Entrevista con Salvador Cabañas: el crudo relato del atentado que lo dejó una semana en coma, la dolorosa lección y los detalles de su nueva vida

Hace poco más de 10 años, al ex delantero del América de México y la selección paraguaya le dispararon en la cabeza en el baño del bar y estuvo una semana en coma. Sin embargo, se repuso y hasta volvió a jugar formalmente. Hoy alejado del fútbol, tiene un oratorio en su hogar y ayuda a vecinos y allegados con enfermedades

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El exídolo del América de México y de la selección paraguaya Salvador Cabañas asegura que ya perdonó al hombre que le disparó en la cabeza y truncó su carrera deportiva en el baño de un club nocturno hace 10 años (Foto: AFP)
El exídolo del América de México y de la selección paraguaya Salvador Cabañas asegura que ya perdonó al hombre que le disparó en la cabeza y truncó su carrera deportiva en el baño de un club nocturno hace 10 años (Foto: AFP)

Más de 10 años pasaron de aquel intento de asesinato que le cambió la vida. Salvador Cabañas aún sufre las consecuencias del ataque que padeció en Ciudad de México cuando era jugador del América y estaba en la cúspide de su carrera.

La noche del 25 de enero de 2010, el ex futbolista paraguayo fue a un bar junto a su mujer y su cuñado a tomar unas copas. En un momento, se dirigió al baño, se encontró con un “narcotraficante” que empezó agredirlo y le disparó un balazo en la cabeza. Como consecuencia de la agresión fue sometido a una delicada operación y estuvo una semana en coma. “El balazo que recibí hizo que perdiera parte de la vista del ojo izquierdo, veo muy borroso. Todo mi lado izquierdo es más débil que el derecho, es triste porque nunca me voy a recuperar de eso”, remarcó el paraguayo en diálogo con a Infobae.

En esa misma noche, a Cabañas se le acabó la carrera futbolística que presagiaba un futuro muy prometedor y con un objetivo planteado hace años que se fue al tacho: representar a su país en la Copa del Mundo de Sudáfrica, donde la selección paraguaya dirigida por Gerardo Martino tenía la ilusión del título como nunca antes, producto de su buena performance durante las eliminatorias y teniendo a Salvador en su mejor nivel, siendo la figura del seleccionado.

Hoy, el Mariscal reside en Itaguá, a 30 km de Asunción, junto a su familia y alejado del ambiente del fútbol. En una charla íntima, contó los pormenores de aquel encuentro fatídico con el hombre que intentó matarlo, los detalles de la visita de Maradona a la clínica durante de su recuperación en Buenos Aires, el motivo de por qué quisieron asesinarlo y un encuentro espiritual muy especial…

-¿Siempre soñó con ser jugador de fútbol?

-Siempre soñé con ser futbolista. Desde chiquito les dije a mis padres: “Algún día voy a salir en televisión jugando en el seleccionado. Y siendo el capitán”. Cumplí con mi palabra, por eso siempre estoy agradecido a ellos porque me trataron muy bien. Me enseñaron a ser una gran persona y gracias a Dios fui un futbolista profesional…

-¿Es verdad que cuando se probó por primera vez en el club 12 de Octubre el entrenador de turno lo envió a su casa?

-Me dijo que era muy petiso para jugar al fútbol. Que tenía que crecer más. Yo era jovencito. Nunca me di por vencido. Por eso, siempre digo que mis padres fueron fundamentales en mi carrera. Estuvieron conmigo desde que empecé hasta el último día, me dieron fuerzas para que llegara a primera división…

-¿Su mayor logro fue vestir la casaca de la selección paraguaya?

-Sí, no tengo dudas. Uno siempre sueña con ponerse esa camiseta. Y es lo que más quise. Llegué a ser el mejor jugador y el capitán en ese tiempo.

-Se cumplieron 11 años del triunfo de Paraguay sobre la selección argentina que le permitió clasificarse al Mundial 2010. ¿Qué recuerdos tiene de cuando se enfrentó Messi y tuvo a Maradona como entrenador rival?

-Recuerdo que Argentina vino a Asunción creyendo que nos iba a ganar. Menospreció nuestro juego. Teníamos como entrenador a Gerardo Martino y supuestamente no teníamos chances de clasificar a Sudáfrica. Yo era el capitán del seleccionado y les dije a mis compañeros: “Argentina viene confiada pensando que logrará la victoria. Levantemos la cabeza y demostrémosle a todo Paraguay que valemos mucho”. Uno como capitán debe hablar con el grupo y tratar de levantarle la moral. Le jugamos de igual a igual y nos olvidamos de que enfrente estaba Messi. Él venia siendo el mejor jugador del mundo y su técnico, Maradona, el de todos los tiempos. Imagínate. Los dos mejores jugadores del mundo en un mismo plantel...

-¿Cuál fue el jugador argentino que más lo sorprendió por sus cualidades futbolísticas?

-Yo tuve de compañeros al Pocho Insúa y al Rolfi Montenegro. Fueron tremendos jugadores. Con Sebastián Domínguez y Lucas Castroman también estuvimos juntos en el América.

"Tuve de compañeros al Pocho Insúa y al Rolfi Montenegro, fueron tremendos jugadores"
"Tuve de compañeros al Pocho Insúa y al Rolfi Montenegro, fueron tremendos jugadores"

-¿Qué le parece el paso de los hermanos (Oscar y Ángel) Romero por San Lorenzo?

-Son muy buenos jugadores. Tienen que aprender muchas cosas de lo que es este deporte y la vida. En el fútbol uno gana todo, teniendo mucho dinero, pero no debes olvidarte de que es un juego. Deben aprender bien cómo hacer las cosas para no malgastar su dinero. Deben saber utilizarlo bien y guardarlo. Los paraguayos despilfarran mucho dinero, los que ganan mucha plata se van por ese lado. Gastan mucha plata y casi no compran nada. Hay muchos futbolistas que ganaron fortunas y hoy no tienen nada. Ojalá que no haya jugadores que caigan en eso…

-¿Usted cómo esta económicamente? ¿Tuvo que vender varias propiedades luego del atentado?

-Sí, tuve problemas económicos hasta hace poco. Mi ex mujer empezó a vender algunas cosas sin mi consentimiento. Cuando estábamos juntos hacía lo que quería, vendió muchas propiedades sin mi permiso cuando yo estaba mal y durante mi recuperación. Cuando me recuperé supe bien todo lo que vendió, pero lo más importante no lo pudo vender porque necesitaba mi firma. Ahora, estoy en proceso recuperar muchísimas propiedades que tengo en mi país. Estoy trabajando en un complejo deportivo grande que me genera dinero todo el tiempo. Hasta el momento, con mi cuñado estamos trabajando bien y no necesito vender nada. Estoy alejado del ambiente del fútbol y vivo de lo que tengo.

-¿Cuánto hay de cierto de que su representante cuando estaba internado intentó quitarle dinero?

-Sí, es así. Cuando jugaba en el América abrimos una cuenta en conjunto y lo que cobraba en México se depositaba ahí. Cuando yo estuve mal, él sacó todo el dinero y lo puso en otras cuentas, con otros nombres. Lo importante es que ahora estamos recuperando todo. En su momento lo demandé y lo mandé a la cárcel. De esa manera, descubrí muchas cosas que tenía que ni yo sabía en ese tiempo. Cuando estaba en la cárcel, me dijo muchísimas cosas que había comprado con mi dinero que me ocultaba.

-¿Se sintió solo y abandonado durante su recuperación?

-Solo sí, abandonado no, porque mis padres y mi cuñado estuvieron siempre. Juntos estamos tratando de recuperar todo. En ese tiempo, tenía muchos amigos y cuando se enteraron de que andaba mal económicamente se alejaron. Esos no son los verdaderos amigos. Estaban por el dinero, nomás. Los que están siempre, lo hacen en las buenas y en las malas. Hoy tengo algunos contados, no tengo muchos. Varias personas en las que confío. Nada más.

-¿Qué aprendió luego del atentado que sufrió?

-Que uno no tiene un verdadero amigo siendo famoso y ganando dinero. Es esa situación no existen los verdaderos amigos, son falsos. Eso duele un poco…

-¿Cómo fue la visita de Maradona a la clínica médica cuando llevaba la recuperación en Buenos Aires?

-Sí, me visitó en la clínica Fleni. Fue a verme y me aconsejó cómo tiene que ser en la vida una persona. Además, me dijo que si necesitaba algo que contara con él. Me recalcó: “Siempre voy a estar a tus órdenes para ayudarte. Te dejo mi teléfono y llámame”. Me sorprendió su visita porque nadie sabía que iba a ir. En ese tiempo mi ex pareja estaba conmigo y me dijo: “Hay una persona que te quiere ver y charlar únicamente con vos. Es muy famoso y no quiere que diga su nombre”. Le respondí: “Sí, que pase, no hay ningún problema, voy a conversar con él”. Entró Maradona a la habitación y nos quedamos los dos solos. Estuvo como 10 minutos. Me ofreció muchas cosas para ayudarme: “Lo que quieras, pedímelo. Casa, dinero, yo te voy a dar lo que necesites”. Le agradecí y le remarqué que no hay problemas económicos, que todo estaba pago porque el club América se hizo cargo de mi recuperación. Recuerdo que antes de irse me recalcó: “Un jugador nunca va a estar solo en una situación así porque hay muchos colegas que saben de dónde salen y siempre estarán dispuestos a ayudar”. Fue la alegría más importante de mi recuperación luego de la tragedia sufrida.

-¿Le hubiera gustado jugar en el fútbol argentino?

-En mi época no tenía pensado venir a Sudamérica ya que estaba muy bien en el América, un equipo grande que estaba levantando cabeza. Para mí hubiese sido difícil venir a Boca o a River por la fama que tenía en México y porque además era el futbolista mejor pago de ese país. Pero sí, en otra época me hubiera gustado jugar en Argentina.

"Me conformé con lo que me ofrecieron en América, me preguntaba: '¿Para que voy a ir al Manchester?'"
"Me conformé con lo que me ofrecieron en América, me preguntaba: '¿Para que voy a ir al Manchester?'"

-¿Por su comodidad económica en el América no pegó el salto a Europa?

-La verdad que sí. El América no me quiso vender al Manchester United. Me aseguraron que me iban a duplicar el sueldo y a regalar dos tiempos compartidos en Cancún y en Acapulco. Cumplieron. Aparte, los premios que yo percibía eran muy elevados con respecto a mis compañeros. Me conformé con lo que me ofrecieron. Después, me preguntaba: “¿Para que voy a ir al Manchester?”. Además, acababa de nacer mi hija y estaba pensando en terminar mi carrera futbolística, dedicarme a ellos.

-¿Tenía pensado dejar el fútbol de muy joven?

-Si, tal cual y dedicarme a mi familia por completo. Mi contrato con el América terminaba a mis 32 años. Tenía 29 y me quedaban cuatro temporadas. Luego quería volver a mi país. Quería compartir el tiempo con ellos porque era la única felicidad que tenía. Soñaba con jugar en Europa en mis primeros años como profesional, pero una vez que llegué a México, dije: “Acá estoy bien, para qué más”. Por eso no me quise ir al Viejo Continente.

-¿Cómo se siente a 10 años de haber sufrido un intento de asesinato?

-Me siento bien por suerte, estoy al 100 por ciento. Me ayudó mucho el fútbol a recuperarme porque me cuidaba mucho, siempre tuve una buena alimentación. Además, mi buena recuperación es gracias a mis hijos y a mis padres. Siempre estuvieron a mi lado junto a mi cuñado. Me dieron fuerzas para salir adelante. Cuando me dispararon inmediatamente subí al cielo. Estuve caminando entre las nubes. Recuerdo que entré en un jardín y caminaba por ahí. En la última parte, me cruce con Jesucristo. Me tocó la frente con uno de sus dedos donde me dispararon. Bajó su mano para tocarme mi hombro izquierdo y me dijo: “Te falta mucho para estar acá. Regresa a la Tierra para ayudar a los más necesitados por el poder que te voy a conceder”. Me dio otra oportunidad y se dio cuenta de que no era mi momento. Después de estar una semana en coma, desperté en el hospital sano y salvo. A partir de mi recuperación, empecé a orar oraciones para otras personas, para curarlas. Tengo mi oratorio en mi casa para curar enfermedades a personas conocidas.

-¿Se arrepiente de haber ido al bar la noche del atentado?

-No, no me arrepiento de nada. En ese tiempo tenía tiempo libre. Faltaban cinco meses para el Mundial y estaba de vacaciones. Quería llevar a mi ex mujer a la disco porque ella no disfrutaba nada, no salía…

-¿Qué le dijo Jorge Balderas Garza, el hombre señalado como el que quiso matarlo, cuando lo increpó en el baño?

-Me dijo: “Le estás robando la plata a México. Pedí tu último deseo”. Yo le pregunté: “¿Por qué voy a pedir mi último deseo?”. Me respondió: “Porque vas a morir”. Sacó el arma y me apuntó en la frente. Le dije: “No voy a pedir un deseo porque no voy a morir”. Me insultó y después de 15 minutos, disparó.

-¿Por qué cree que lo atacaron a usted?

-Porque no querían que jugara el Mundial de Sudáfrica 2010. Yo era el líder de la selección de Paraguay y capitán. Hubo alguien que deseaba que yo no estuviera en la Copa del Mundo. Yo en el fondo sé de quién se trata…

-¿Pensó que no iba a sobrevivir estando internado en el hospital?

-Todos decían que no iba a sobrevivir. Los doctores les manifestaron a mis familiares que tenía 15% de chances de vivir. Yo escuchaba eso empotrado en mi cama sin poder moverme ni hablar porque estuve en coma una semana…

-¿Cómo fue ese despertar?

-Muy lindo, pero me cambió la vida cuando el médico me dijo que nunca más iba a jugar al fútbol. Fue un golpe duro. Era joven y todavía me quedaban cuatro años en México. Después, llevé a cabo la recuperación muy bien, lo que me permitió regresar al fútbol profesional en el club 12 de Octubre. Volví a jugar en el 2012 con una bala alojada en mi cabeza. Además, el balazo que recibí hizo que perdiera parte de la vista del ojo izquierdo, veo muy borroso. Todo mi lado izquierdo es más débil que el derecho, es triste porque nunca me voy a recuperar de eso.

"Ese disparo me retiró de lo que tanto amo que es el fútbol"
"Ese disparo me retiró de lo que tanto amo que es el fútbol"

-¿Cómo es vivir con una bala en la cabeza?

-Es difícil. Ese disparo me retiró de lo que tanto amo que es el fútbol. Igual, ya venía pensando en colgar los botines porque había jugado mucho tiempo. Estuve mal pero no me deprimí, me recuperé rápido. Dos años después, volví a una cancha y me costó, pero me ayudó la mentalidad que tengo.

-¿Cómo fue volver a pisar un campo de juego tras su recuperación?

Muy complicado, duro de llevar. Lo intenté hasta hace poco tiempo, pero dije basta. Cuando estuve bien probé en 12 de Octubre (2012), el equipo donde debuté en Primera División. Hice bien mi trabajo porque lo ascendimos a la máxima categoría. Disfrutaron mucho conmigo. Y yo con ellos, pero ya me desligué por completo del fútbol.

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