Este lunes el el Dynamo Dresen, conjunto de la tercera división, dio el batacazo en la Copa de Alemania al golear en los 32avos de final por 4 a 1 al Hamburgo, equipo de la Bundesliga que regresó esta temporada a la máxima categoría luego de haber pasado un año en segunda. Luego del partido, uno de los futbolistas del cuadro que resultó perdedor protagonizó un episodio violento en las gradas.
Toni Leistner, de 30 años, saltó a las tribunas, en donde había cerca de 10 mil espectadores para enfrentarse a un aficionado local. El video que se viralizó expone la brutalidad con la que el futbolista increpa al seguidor de su equipo, lo toma de la camiseta y lo arroja al suelo. De inmediato, varios hinchas se sumaron al conflicto para agredir verbalmente al jugador, quien contuvo su ira y descendió nuevamente al campo de juego en medio de los empujones que recibió.
Tras algunos minutos, el alemán escribió un breve comunicado en sus redes sociales para disculparse por lo ocurrido en el estadio y también para aclarar que su bronca inició al oír insultos sobre su familia: “Fue extremadamente y masivamente malintencionado contra mi familia, mi esposa y mi hija. En ese momento, mi mecha explotó, especialmente porque éste era un juego extremadamente emotivo para mí”. Si bien se desconocen las palabras pronunciadas por el aficionado, se sabe que la pareja del zaguero está embarazada y con fecha de parto muy próxima, lo que pudo haber sensibilizado al jugador.
Leistner, quien protagonizó el episodio luego de dar una entrevista a la transmisión oficial una vez que terminó el partido, no sufrió sanción alguna, ya que los jueces se habían retirado del terreno de juego. Sin embargo, no se descarta que la federación alemana actúe de oficio y le otorgue un duro castigo.
El hecho que se viralizó en las redes sociales recordó la celebre patada de Éric Cantona el 25 de enero de 1995, cuando fue expulsado tras hacer una entrada al guardameta del Crystal Palace, Richard Shaw. Luego, un aficionado del equipo rival, llamado Matthew Simmons, le gritó desde la grada de Selhurst Park: “Vete a tu país, bastardo”. Sin titubear, el delantero francés corrió hacia él y le dio una patada voladora en el pecho.
El último caso de esta índole en el fútbol europeo sucedió a principios de año cuando Eric Dier, del Tottenham, fue suspendido por cuatro partidos por la federación inglesa de football (FA) por un altercado con un hincha en las tribunas, tras la eliminación de su equipo de la Copa de Inglaterra contra Norwich, a principios de marzo. El defensor también fue multado con 40.000 libras (50.000 dólares) por haber subido a las gradas, donde su hermano tenía un enfrentamiento con un simpatizante, después de una derrota por penales contra el último clasificado de la Premier League en octavos de final.
En ese momento, Dier había reconocido una “conducta inapropiada”, pero una comisión disciplinaria independiente estimó que su actitud había sido también “amenazante”, una circunstancia agravante que el jugador negaba, ya que no hubo enfrentamiento físico y la policía no inició un proceso al jugador.
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