“Tengo la convicción de que Trincao es un jugador que va a marcar una década y será uno de los mejores jugadores de Europa y del mundo en los próximos años, porque además de tenerlo todo como futbolista, es de una rara calidad humana”, sostiene Antonio Salvador, presidente del Sporting Braga, que logró vender al portugués de apenas 20 años al Barcelona por 31 millones de euros en enero pasado, operación que le permitirá desde ahora compartir equipo con Lionel Messi, además de comenzar a integrar la selección de su país desde la actual Liga de las Naciones, junto a su compatriota Cristiano Ronaldo.
Si CR7 popularizó como nunca a la isla de Madeira, muy probablemente Francisco Antonio Machado Mota Castro Trincao -su nombre completo- consiga lo mismo con Viana do Castelo, una pequeña ciudad situada en el margen derecho del estuario del río Limia en la zona llamada “Del Alto Miño”, con una población avanzada en edad, en la que un cuarto de ella es de gente mayor y con 46.900 habitantes, con un clima mediterráneo y a una hora, en coche, del sur de Vigo.
No es casualidad que a Trincao lo llamen “El Mahrez del Miño”, porque es el río que por un trecho limita España con Portugal antes de desembocar en el Océano Atlántico y porque el argelino Riyad Mahrez, delantero del Manchester City, es el jugador que más se le parece, según lo cree el propio juvenil, que tiene como referente al brasileño Neymar, y a quien ya le dicen también “el nuevo Cristiano Ronaldo”, porque tiene algunas características parecidas, como su potencia y que, aunque zurdo, juega como extremo derecho (si bien puede hacerlo también en la otra banda).
Trincao nació el 29 de diciembre de 1999 y sus comienzos fueron en el Sporting Club Vianense, donde permaneció dos años, aunque en el medio estuvo en las divisiones inferiores del Porto, lo que tal vez habría acelerado su carrera, pero sus padres, muy presentes en su vida, consideraron que era muy pequeño para que estuviera lejos de ellos.
Gonzalo, su padre, recuerda que cuando Trincao tenía apenas tres años “teníamos un largo pasillo en la casa y jugábamos partidos individuales, él con la heladera como arco, y yo con la puerta de entrada. Yo le llegaba a meter nueve goles seguidos, pero para que él no se rindiera, le decía que él todavía podía meterme diez y me dejaba meter otros nueve para empatar y así lograba su motivación y fortalecer su carácter, y cuando comenzaba a crecer, le relataba sus jugadas, imaginando un estadio lleno, y festejaba con él su triunfo”.
Gonzalo cuenta que en la familia no hay antecedentes de ningún futbolista, pero desde que su hijo Francisco comenzó a caminar, “siempre estaba con una pelota. Era loco por el fútbol” y hasta llegó a tener dos “una para jugar con los amigos fuera de casa y otra, para el interior”.
A los once años ingresó al Sporting Braga al ser descubierto por el ojeador Pedro Pires al verlo jugar en un torneo internacional en la vecina ciudad de Ponte de Lima. “Vimos que él tenía una calidad por encima de la media”, recordó, y lo define como “impredecible, audaz y con la capacidad de confrontar con los adversarios. Él puede hacer la diferencia, por su calidad”.
Trincao cambió entonces el estadio Doctor José De Matos del Vianense, por el 1° de Mayo, del Sporting Braga, en el que permaneció por tres años hasta que fue cedido por una temporada al modesto Palmeiras FC , y cuando regresó a los “arsenalistas” tuvo un ascenso vertiginoso. En 2015, y con 16 años, firmó su primer contrato profesional y ya formaba parte de la selección portuguesa sub-17.
El Sporting Braga fue testigo del veloz crecimiento personal y profesional de Trincao, de 1,84 metro de estatura, que se fue destacando por su fuerte personalidad y seguridad, aunque con métodos suaves y tranquilos y sin generar polémicas. “Trincao es un jugador de una personalidad tremenda y muy enfocado en lo que quiere y siempre quiso ser un jugador profesional. Es fuerte, enfocado y resiliente”, sostiene Hugo Vieira, coordinador formativo del Braga.
El 2 de abril de 2016 se produjo su debut con la filial del Sporting Braga en la segunda liga portuguesa, cuando ingresó como suplente de Carlos Fortes (perdieron 2-1 ante el Freamunde). Y se terminó de consolidar en la temporada 2017/18, cuando convirtió cinco goles y empezaron a aparecer clubes interesados, especialmente el Leipzig alemán, y el Atlético Madrid, que siempre peina muy bien el mercado portugués y que llegó a ofertar 12 millones de euros, pero la dirigencia se mostró firme y no quiso venderlo por esos valores, confiando en su futuro.
Y tuvo razón, porque el gran momento de Trincao llegó con el título europeo sub 19 en 2018, en Finlandia, cuando Portugal venció 4-3 a Italia en la final con un gol suyo, en un torneo en el que resultó el máximo anotador (cinco tantos) y el jugador con más asistencias (tres), en un equipo que contaba con jugadores como Rubén Binagre (Wolverhampton), Diogo Costa (arquero del Porto), Jota (Benfica) y sus compañeros en el Sporting Braga David Carmo y Moura. Su entrenador, Helio Sousa, lo sintetizó con claridad sus características: “Persistencia, mentalidad ganadora y creer en él mismo”. “Fue el momento en el que Trincao comenzó a reclamar su lugar en el fútbol portugués”, define Carmo. Al final de 2018 fue elegido como atleta revelación de Viana do Castelo por la Cámara local en la Gala del Deporte.
Fue entonces que el presidente del Sporting Braga, Antonio Salvador, le hizo firmar un nuevo contrato por cinco años, con una cláusula de rescisión de 31 millones de euros y el sitio web Transfermarkt lo colocó entre los 24 talentos internacionales del futuro. Con su equipo marcó 9 goles en 23 partidos.
Su mejor amigo en el fútbol es David Carmo, quien destaca en el documental “O menino sem medo” –"el chico sin miedo"- que Trincao “es quien más me ayudó y siempre le estaré agradecido”. Y que el joven delantero “siempre tuvo que probarse a sí mismo” y que desde que lo conoce vive y piensa como profesional: “No se pierde un día de gimnasio y en nuestras salidas, sólo bebe agua”.
El propio jugador del Barcelona suele sostener que “cada una de las decisiones que uno tome en la vida debe ser con el fútbol en la mente y eso marca la diferencia”, mientras que Carmo proporciona otra clave de su éxito: “tiene unos padres ejemplares”.
Si su madre no quiere ver ningún partido por el estrés que le producen (los ve ya grabados y conociendo el resultado de los partidos), su padre está más pendiente del minuto a minuto: “Siempre me llama antes y después de los partidos, pero en uno que no jugó, no se comunicó por varias horas y entonces les pregunté a sus compañeros que tampoco ingresaron y me dijeron que se había ido al gimnasio, pero que ellos, no. Él siente placer por jugar al fútbol. Lo primero que hace cuando entra al campo es ver dónde estoy y siempre espero que cuando haga goles me los dedique y ya desde que era chico, aunque yo trabajaba, me daba tanto placer ver sus entrenamientos que buscaba alguna ex cusa para acercarme”.
Su debut en Primera se produjo un día antes de su cumpleaños 19, el 28 de diciembre de 2018, cuando el Sporting Braga venció 4-0 al Vitoria Setúbal en la fase de grupos de la Copa de la Liga portuguesa, reemplazando a Fransérgio a 28 minutos del final del partido. Y fue tal su rendimiento, que el DT Abel Ferreira lo hizo debutar cinco días más tarde por la Liga en la victoria como local sobre Marítimo, a cuatro minutos del final y entrando por Dyego Sousa.
La primera vez que lo citaron para un partido internacional fue ante los turcos de Basaksehir, por la Europa League. El DT Braga no sabía que tenía menos de 19 años porque el jugador parecía demasiado maduro. “Recién me di cuenta cuando tuve que pedirle permiso a los padres para viajar”, reconoció.
Tuvo que esperar casi un año para marcar su primer gol internacional, el 12 de diciembre de 2019, por la fase de grupos de la Europa League y también tuvo una asistencia, en la victoria del Braga por 4-2 ante el SK Slovan Bratislava y así el Braga avanzó al primer lugar en la tabla. Y poco menos de un mes más tarde, el nuevo entrenador, Ruben Amorim, lo puso como titular el 4 de enero pasado, y marcó su primer gol en el torneo local en el triunfo como visitante de 1-7 ante el Belenenses. En abril pudo jugar la final de la Copa de la Liga ante el Porto como local (entró por Galeno en el minuto 50), en el que el Braga ganó el título con un gol agónico de Ricardo Horta.
Su paso por el Sporting Braga acabó siendo una ráfaga, porque entre sus 94 partidos con 15 goles entre los equipos B y A y sus grandes actuaciones en las selecciones juveniles de Portugal, apareció el Barcelona y el 31 de enero pasado lo fichó pagando los 31 millones de euros de su cláusula, para que se incorporara el 1 de julio, para la nueva temporada 2020/21, tratando de no equivocarse como cuando en 2003 tuvo que elegir entre dos estrellas emergentes lusas, Ricardo Quaresma y Cristiano Ronaldo, y optó por el primero.
Trincao firmó entonces un contrato por cinco años, hasta 2025, y se estableció una cláusula de 500 millones de euros, la misma que la que tienen jugadores de la trayectoria de Gerad Piqué, Sergio Busquets y Jordi Alba, y apenas superado por Antoine Griezmann y Lionel Messi.
Precisamente, cuando se concretó su fichaje al Barcelona, recibió un Whatsapp de Griezmann (“Vamos, carallo”) y de inmediato se puso a estudiar castellano con intensidad y comenzó a pedirle consejos a Abel Ruiz, jugador de la cantera del Barcelona que los catalanes cedieron al Braga por seis meses, hasta el pasado 30 de junio, aunque con opción obligatoria de compra por 8 millones de euros.
Desde el momento de la firma del contrato con el Barcelona, el tradicional diario deportivo portugués A Bola suele llamarlo “El señor de los 31 millones” y lo colocó en el primer lugar de una clasificación que hace desde los años Noventa entre los fabricadores de situaciones de gol, tras su gran segunda rueda con el Braga. Ese primer lugar ya lo ocuparon anteriormente Drulovic (en cuatro ocasiones), José Antonio Reyes, Pablo Aimar o James Rodríguez. Trincao obtuvo 20,5 puntos por participar en quince situaciones que terminaron en gol, provocar dos penales y un tiro libre directo al arco.
Para dicho medio se trata de “un jugador de clase e irreverente”, y sólo un jugador del Sporting Braga había ganado este juego (Mossoro, en la temporada 2012/13). La publicación lusa da cuenta de que Trincao participó en un tercio de los 61 goles del equipo en la liga, en la que finalizó en la tercera colocación y él convirtió 9 goles y tuvo 13 asistencias.
Una vez fichado por el Barcelona, Atalanta lo pidió prestado y con una opción de compra de 50 millones de euros, pero los azulgranas siempre lo pensaron para tenerlo en sus filas para la temporada 2020/21.
En cuanto a la transferencia por 31 millones de euros, se llegó a hablar de hasta 7 millones más por la intermediación (1,5 millones por “servicios de intermediación” y 5,5 en bonus por objetivos alcanzados por el intermediario, algo por lo que el Barcelona se atajó ante el New York Times, aduciendo que en todo caso ése será un tema del Braga y no del club catalán).
A Trincao lo representa el ex jugador Bruno Carvalho Santos, pero Jorge Mendes, uno de los agentes más poderosos del mundo, se terminó involucrando en la transferencia y las fuentes del mercado de futbolistas hablaron siempre de cifras “llamativamente especiales” tratándose de un jugador tan joven, aunque especifican que pudo deberse a que la Juventus se metió en el medio de la negociación (y allí el representante portugués de Gestefute tiene una gran influencia a través de haber colocado en La Vechia Signora a Cristiano Ronaldo).
Lo cierto es que Mendes terminó llevándose casi el 25 por ciento por la intermediación cuando la FIFA especifica que no debe pasar del 10 (el portugués ya había cobrado 36 millones por el pase de otro compatriota, Joao Félix, al Atlético Madrid, sobre 138 que costó la transferencia).
Esta transferencia al Barcelona y sus grandes actuaciones en la pasada segunda rueda de la Liga y el título de la Copa de la Liga, le valieron a Trincao ser convocado por Fernando Santos para la selección absoluta, campeona de la Eurocopa y de la pasada Liga de las Naciones de Europa, y días pasados pudo debutar en el 4-1 ante Croacia del 5 de septiembre, cuando ingresó a doce minutos del final.
Trincao será el noveno jugador portugués que vestirá la camiseta del Barcelona después de Luis Figo, Vitor Bahía, Fernando Couto, Simao Sabrosa, Ricarddo Quaresma, Deco, André Gomes y Nelson Semedo. Precisamente Deco, brasileño nacionalizado portugués, sostuvo que su joven compatriota “tiene mucha calidad y mucho futuro. Es el clásico jugador zurdo que arranca desde la banda y va hacia adentro. Tiene un remate fácil cuando se dirige a posiciones centrales. Tiene uno contra uno y remate. Es un jugador que me gusta mucho”, pero advierte que “en el Barcelona, los jugadores que vienen de afuera tienen que tener un rendimiento inmediato, pero si le dan minutos, puede triunfar”.
Considerado una de las estrellas futuras de Portugal, junto a Joao Félix, Gedson Fernandes (Tottenham), Rafael Leao (Milan), Diogo Dalot (Manchester United) y Jota (Benfica), Trincao advirtió en una entrevista oficial con el canal “Barça TV” que se considera “muy fuerte mentalmente” y que “entiendo que el Barcelona es el mejor club del mundo y cuenta con los mejores jugadores, pero yo no tengo paciencia, odio ser suplente y estar en el banco sentado”. Y todos saben que cuando se propone algo, lo consigue. Y puede llegar a ser una de las grandes sorpresas de la temporada.
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