Luego de tener libre el domingo, el plantel de Barcelona volverá a entrenarse este lunes en el turno tarde. Y allí se haría presente por primera vez Lionel Messi, luego del conflicto con el club que lo tuvo con los dos botines fuera de Cataluña. A 20 días del inicio de la nueva temporada de la Liga de España, a menos de una semana del primer amistoso (el sábado frente al Gimnastic de Tarragona), se espera que el delantero, de 33 años, se reintegre a los trabajos luego de haber tomado la decisión de permanecer en el equipo, aunque a regañadientes, para evitar una confrontación legal con la institución.
Los aficionados, por lo pronto, se convocaron a través de las redes sociales para brindarle su apoyo. “Messi te necesita. Demostremos que la voz de los medios no es la nuestra”, convoca la cuenta @TsunamiCuler desde la campaña #GraciesCapitá (gracias capitán en catalán).
Tras un año convulsionado, con resultados deportivos pobres (con el 2-8 ante Bayern Múnich en la Champions League como bandera), roces con la dirigencia y timonazos en la elección del cuerpo técnico, Messi había tomado la determinación de marcharse, la cual hizo efectiva con el envío del burofax que hizo explotar la polémica, amparándose en la cláusula que figuraba en su contrato y le permitía declararse libre. Sin embargo, Barcelona alegó que la misma expiraba el 10 de junio. Y que el vínculo del capitán se hallaba vigente hasta el 30 de junio de 2021.
Ante ese tironeo, con Manchester City y el PSG aguardando para entrar en acción, Messi retrocedió a disgusto, no sin antes sentar su postura crítica hacia la cuestionada conducción encabezada por Josep María Bartomeu y hacia el andar del Barcelona de los últimos años.
“El presidente siempre dijo que yo al final de temporada podía decidir si me quería ir o si me quería quedar, y al final no terminó cumpliendo su palabra. Quería un proyecto ganador y ganar títulos con el club para seguir agrandando la leyenda del Barcelona a nivel de títulos. Y la verdad que hace tiempo que no hay proyecto ni hay nada, se van haciendo malabares y van tapando agujeros a medida que van pasando las cosas”, subrayó en la entrevista con el sitio Goal.
“Voy a seguir en el club porque el presidente me dijo que la única manera de marcharme era pagar la cláusula de 700 millones. Y que luego había otra manera, que era ir a juicio. Yo no iría a juicio contra el Barça no iría nunca porque es el club que amo, que me dio todo desde que llegué. Es el club de mi vida, tengo hecha aquí mi vida, el Barça me dio todo y yo le di todo, jamás se me pasó por la cabeza llevar al Barça a juicio”, justificó.
“Hay un entrenador nuevo y una idea nueva. Eso es bueno, pero después hay que ver cómo responde el equipo y si nos va a dar o no para competir. Yo lo que puedo decir es que me quedo y voy a dar el máximo”, anticipó, con una frase en la que prometió el compromiso habitual, pero al mismo tiempo sembró las preguntas que aún hoy no tienen respuestas sobre su futuro. Y que todo indica que recién empezarán a tenerlas con el correr de los días.
¿Cómo será la relación con el entrenador?
El primer contacto con Ronald Koeman no fue precisamente auspicioso. Si bien el neerlandés desglosó públicamente las bondades de contar con Messi, en la intimidad le adjudican una frase que, no por el espíritu, sino porque parece tener al 10 como destinatario, no le habría caído en gracia: “Se terminaron los privilegios en el plantel”. A su vez, el entorno del futbolista también dejó trascender que no le parecieron correctas las formas mediante las que les comunicó a algunos referentes (como Luis Suárez y Arturo Vidal) que no entraban en su proyecto: por teléfono.
El primer mal paso no implica necesariamente que la relación sea irremontable: basta con rememorar que Messi tuvo choques fuertes con Luis Enrique y luego, en la misma temporada, terminaron alzando juntos la Champions League. Pero tanto Leo como Koeman tienen un temperamento fuerte. Y habrá que ver cuánta paciencia tiene pensada invertir el argentino, dadas las circunstancias de su permanencia.
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¿Cuál será el rol de Antoine Griezmann ante la continuidad de Messi?
El delantero francés, por el que Barcelona le pagó 120 millones de euros al Atlético Madrid, nunca terminó de encontrar su lugar en el equipo la última temporada, a excepción de un puñado de partidos iluminados, como en la goleada ante Villarreal. Incluso se especuló con una salida del campeón del mundo. Pero el panorama cambió con el Messigate. Varios medios españoles señalaron que, ante la inminente partida del capitán, Koeman ya le había señalado a Griezmann que le esperaba un papel “estelar”.
Nuevo cambio de planes. Messi se quedó. ¿Y ahora? Antoine, por su parte, cuando se adivinaba la definición de Messi, declaró: “Sólo esperamos que se quede”. ¿Podrán al fin congeniar en el césped?
¿Cómo jugará el Barcelona y qué función tendrá Messi?
El plantel culé sumó un hombre de experiencia (Miralem Pjanic) y dos jóvenes promesas como el portugués Trincao y Pedri, proveniente de Las Palmas. Busca incorporar un mediocampista mixto que también aporte “músculo”, como el neerlandés Wijnaldum, un defensor y un delantero centro. El argentino Lautaro Martínez vuelve a aparecer en la órbita blaugrana, en una operación en la que una vez más hay diferencia económica. La alternativa, menos costosa y diferente en las características, es Memphis Depay, delantero del Olympique de Lyon, la sorpresa de la Champions League. El hombre del Inter, más un finalizador. El de Países Bajos, un hombre de todo el frente de ataque.
La elección definirá también el estilo de juego en ofensiva. Si Messi será armador, una función en la que brilló en la última temporada, o el equipo necesitará más de él en el área, teniendo en cuenta que su amigo y socio Luis Suárez quedó relegado y aparece cerca de la Juventus. Otro nombre que espera por acción: Ansu Fati, de gran actuación en la UEFA Nations League con la selección de España.
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¿Cómo reaccionarán los fanáticos y los medios españoles luego de que coqueteó con la salida?
La convocatoria para respaldarlo por parte de los aficionados respalda la idea de que el amor no se rompió. También las manifestaciones durante los últimos días, que apoyaron a Messi y repudiaron a Bartomeu, pidiendo la dimisión. Pero habrá que ver qué sucede cuando el Camp Nou hable en masa (a partir de que la pandemia de coronavirus permita el acompañamiento de público). Otro detalle no menor: en su declaración, Leo se mostró mortificado por la reacción de los medios catalanes ante el affaire burofax. ¿Eso propiciará más críticas, o que sean más filosas?
¿Cómo logrará separar lo que ocurra en el campo de juego y lo que suceda en los escritorios, frente a la presión de la finalización del contrato acercándose?
Tic, tac, tic, tac. La decisión de continuar en el Barcelona desactivó la bomba de su despedida anticipada. Pero el vínculo de Messi con el club continúa venciendo el 30 de junio de 2021. Y con la presente dirigencia difícilmente se sienta a negociar una renovación. Ese hecho incontrastable lo acompañará a lo largo de la temporada, como una presión extra. En diciembre, además, si así lo deseara, ya podrá cerrar un acuerdo con otra institución pensando en el período 2021-2022; en este caso, ya sin discusión, como jugador libre.
¿Aguardará para decidir a las elecciones de marzo de 2021, con la expectativa de un cambio de conducción que le presente un proyecto a la altura de sus ambiciones de presentar batalla en todas las competencias (sobre todo en la Champions League)?
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