Lionel Messi rompió el silencio para comunicar que continuará en el Barcelona a casi un mes de la histórica derrota ante el Bayern Múnich por Champions League. “Voy a seguir en el club porque el presidente me dijo que la única manera de marcharme era pagar la cláusula de 700 millones”, anunció luego de analizar seriamente durante semanas la idea de abandonar el club que lo vio llegar en el 2000 con apenas 13 años.
“Luego había otra manera que era ir a juicio. Yo no iría a juicio contra el Barça”, aseguró en la nota que le brindó al portal Goal para dar a conocer su decisión.
“Yo pensaba y estábamos seguros que quedaba libre, el presidente siempre dijo que a final de temporada yo podía decidir si me quedaba o no y ahora se agarran a que no lo dije antes del 10 de junio cuando resulta que el 10 de junio estábamos compitiendo por la Liga en mitad del virus este de mierda y de esta enfermedad que alteró todas las fechas. Y este es el motivo por el que voy a seguir en el club…”, explicó en la entrevista.
“Le dije al club, sobre todo, al presidente, que me quería ir. Se lo llevo diciendo todo el año. Creía que era el momento de dar un paso al costado. Creía que el club necesitaba más gente joven, gente nueva y pensaba que se había terminado mi etapa en Barcelona sintiéndolo muchísimo porque siempre dije que quería acabar mi carrera aquí. Fue un año muy complicado, sufrí mucho dentro de los entrenamientos, en los partidos y en el vestuario”, explicó sobre la maduración que existió detrás de la decisión que había tomado de no continuar.
“Se me hizo muy difícil todo y llegó un momento que me planteé buscar nuevos objetivos, nuevos aires. No vino a causa del resultado de Champions ante el Bayern, la decisión llevaba pensándola mucho tiempo. Se lo dije al presidente y bueno, el presidente siempre dijo que yo al final de temporada podía decidir si me quería ir o si me quería quedar y al final no terminó cumpliendo su palabra”, agregó ante el periodista español Rubén Uría en su casa de Castelldefels.
Leo explicó que le “dolió mucho” que se publiquen “cosas falsas” en su contra y reafirmó que sigue en la entidad catalana: “Claro que me costó mucho decidir. No viene del resultado del Bayern, viene de muchas cosas. Siempre dije que quería acabar aquí y siempre dije que me quería quedar aquí”. Además, aclaró que siempre exigió un “proyecto ganador” pero que “hace tiempo” la situación está a la deriva: “No hay proyecto ni hay nada. Se van haciendo malabares y van tapando agujeros a medida que van pasando las cosas”.
El emblema barcelonista detalló que fue un “drama” familiar el dar a conocer la decisión de marcharse a su esposa e hijos. “Toda la familia llorando. Mis hijos no querían irse de Barcelona. Mateo aún es pequeño y no se da cuenta de lo que significa irte a otro lado y hacer tu vida unos años en otra parte. Thiago sí, es más grande. Escuchó algo en la tele y averiguó algo y preguntaba. No quería saber nada de poder irnos, tener que ir a un colegio nuevo o hacer nuevos amigos. Me lloraba y me decía ’no nos vayamos’”, explicó.
Sin embargo, la única manera de partir era con un juicio y por eso terminó dando marcha atrás: “Yo no iría a juicio contra el Barça nunca porque es el club que amo, que me dio todo desde que llegué, es el club de mi vida, tengo hecha aquí mi vida, el Barça me dio todo y yo le di todo, jamás se me pasó por la cabeza llevar al Barça a juicio”.
Entre otros temas que tocó, reconoció que envió el famoso burofax al club para “hacerlo oficial” ya que la decisión de irse se la había avisado previamente al presidente Josep Bartomeu. “Había llegado el momento de buscar nuevas ilusiones y nuevos rumbos en mi carrera. Él me dijo todo el tiempo: ’Ya hablaremos, que no, que esto y lo otro’, pero nada. Por decirlo de alguna manera, el presidente no me daba bola a lo que le estaba diciendo”.
“No me sentí solo. A mi lado han estado los que están siempre. Eso me basta y me fortalece. Pero sí me sentí dolido por cosas que escuché de la gente, del periodismo, de gente poniendo en duda mi barcelonismo y diciendo cosas que creo que no me merecía”, aclaró, aunque también destacó que toda esta gran crisis le sirvió “para ver quién es quién” ya que hay “mucha gente muy falsa”.
En cuanto al tema legal, volvió a mostrarse enojado porque el club tomó literal la fecha del 10 de junio como el tope de su salida sin tener en cuenta el contexto atípico: “Estábamos en mitad de todas las competiciones y no era el momento. Pero aparte el presidente siempre me dijo ‘cuando acabe la temporada decides si te quedas o te vas’, nunca puso fecha, y bueno, simplemente era hacerle oficial al club que no seguía, pero no para entrar en una pelea porque yo no quería pelearme con el club”.
Si bien se ausentó a los primeros entrenamientos de la era Koeman, el capitán blaugrana advirtió a los fanáticos que se centrará en lo futbolístico a partir de ahora: “Voy a dar el máximo, daremos el máximo para luchar por todos los objetivos y ojalá se de y se pueda dedicar a la gente que lo ha pasado mal. Ojalá poder dar lo mejor y dedicar victorias a toda esa gente que nos acompaña desde arriba y a sus familiares”.
“Voy a seguir en el Barça y mi actitud no va a cambiar por más que me haya querido ir. Voy a dar lo mejor. Siempre quiero ganar, soy competitivo y no me gusta perder a nada. Siempre quiero lo mejor para el club, para el vestuario y para mí. Lo dije en su momento que no nos daba para ganar la Champions. Ya la verdad, ahora no sé qué va a pasar. Hay un entrenador nuevo y una idea nueva. Eso es bueno, pero después hay que ver cómo responde el equipo y si nos va a dar o no para competir. Yo lo que puedo decir es que me quedo y voy a dar el máximo”, anunció.
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CÓMO FUERON LOS DÍAS PREVIOS A LA ENTREVISTA
Jorge, padre y agente del futbolista, viajó hace dos días a España para comenzar a definir el futuro de su hijo. Al llegar al aeropuerto de El Prat, el empresario confesó que era “difícil” que Messi siguiera ligado al FC Barcelona. Sin embargo, luego del primer encuentro cara a cara con el presidente Josep María Bartomeu, comenzó a tomar fuerza dentro del entorno de la Pulga la posibilidad de continuar un año más en el equipo.
Antes de esto sólo hubo unas pocas palabras oficiales del otro lado del mostrador. El secretario deportivo, Ramón Planes, había adelantado la postura de la dirigencia: “No contemplamos ningún tipo de salida de Leo a nivel contractual. Nosotros queremos que Leo se quede. Hay que tenerle un respeto enorme a Leo Messi porque estamos hablando del mejor jugado del mundo y de la historia”. A la decisión de impedir su salida, también se sumó la propia Liga de España, que publicó un comunicado: “La Liga no efectuará el trámite de visado previo de baja federativa al jugador si no ha abonado previamente el importe de dicha cláusula”. Los caminos para irse eran cada vez más estrechos.
Jorge Messi fue el encargado de contestarle a Javier Tebas Medrano, el presidente de la Liga Nacional de Fútbol Profesional de España. El hombre que maneja la carrera del futbolista del Barcelona advirtió horas antes del anuncio de su hijo que “desconocen” el contrato que analizó la Liga para asegurar que no le darían la ficha si no pagaban la totalidad de la cláusula y aseguró que ese ítem ya caducó. “Sin perjuicio de otros derechos que se recogen en el contrato y que ustedes omiten, es obvio que la indemnización de 700 millones de euros, prevista en la cláusula 8.2.3.5, no aplica en absoluto”, señaló en un comunicado que se envió desde la agencia de representación del futbolista.
Messi termina su contrato en el Blaugrana a mediados del 2021, pero meses antes habrá un hecho clave que podría marcar su destino en la institución: las elecciones presidenciales que se celebrarán en marzo.
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