Mientras el futuro de Lionel Messi en el Barcelona ingresa en horas decisivas, un nuevo foco de conflicto explotó en el club: según informó el diario El Mundo, los Mossos d’Esquadra, la policía autonómica de Cataluña, elaboró un informe mediante el cual concluye que existen evidencias de corrupción en el accionar de la comisión directiva blaugrana, encabezada por su presidente Josep María Bartomeu. Y dio traslado de su investigación al Juzgado de Instrucción número 13.
La recapitulación se basó en el caso llamado Barçagate, que nació a partir de denuncias presentados por terceros y artículos publicados en distintos medios de comunicación, que fueron analizados y profundizados por los Mossos.
El informe sostiene, entre otras irregularidades, que la gestión Bartomeu registra compras con sobreprecios de hasta un 600%, omisiones de los organismos de control o la articulación de despidos ficticios para evitar el costo de las indemnizaciones.
La causa judicial comenzó en febrero, ante la divulgación del hecho de que el club habría contratado una empresa dedicada a erosionar la imagen de referentes del plantel (incluidos Messi y su esposa Antonela Roccuzzo) y opositores a través de mensajes de cuentas en las redes sociales. Posteriormente, una auditoría encargada por la institución señaló que la comisión directiva no había tenido responsabilidad, pero el estudio resultó objetado por el origen del mismo.
Dicho suceso fue uno de los puntos clave en el quiebre de la relación entre Messi y la dirigencia, tanto como las críticas públicas de Eric Abidal (entonces secretario deportivo), los roces por la comunicación de los recortes en los salarios de los jugadores durante la pandemia de coronavirus y la errática política de refuerzos.
Todo indica que en las próximas horas quedará definido el porvenir de Messi. Tras una primera reunión entre jorge, su padre y representante, y el citado Bartomeu, las partes dejaron expuestas sus posturas. La Pulga se considera en libertad de acción en base a la cláusula automática que figura en su contrato. Desde la institución entienden que la cláusula expiró el 10 de junio y que el astro, de 33 años, tiene contrato vigente hasta el 30 de junio de 2021. Por ende, pretenden que se reintegre a los entrenamientos, ahora bajo la tutela del neerlandés Ronald Koeman.
Las posiciones encontradas parecen encaminar el conflicto hacia los tribunales. Y el delantero siempre pretendió una salida acorde con la huella que ha dejado en el club. En consecuencia, a la espera de un nuevo cónclave entre su padre y Bartomeu, analiza seriamente quedarse un año más en Barcelona a cumplir el contrato y luego marcharse libre y sin escándalo.
Con la puja por el momento detenida en ese punto y a la espera de un nuevo cónclave, que se realizaría mañana, a Barcelona le estalló un nuevo problema, que promete ofrecer más capítulos.
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