El primer cara a cara de Jorge Messi, padre y representante del astro argentino, y Josep Bartomeu, es historia. Del lado del jugador también se hicieron presentes Rodrigo, uno de sus hermanos, y parte del equipo de abogados que lo asesoran. Allí, las partes expusieron sus posturas, las mismas que ya son públicas, pero sin llegar a un acuerdo. El delantero, que hace poco más de una semana envió un burofax formalizando su mirada, entiende que es jugador libre amparándose en la cláusula automática gratuita que figura en su contrato. La institución entiende que la misma expiró el 10 de junio, que sigue siendo parte de la plantilla hasta el 30 de junio de 2021 y pidió que se reintegre a los entrenamientos.
Mañana habrá un nuevo encuentro, pero parece difícil un acuerdo, al menos en el corto plazo. Tan difícil como fue para todos los que participaron del cónclave llegar al mismo, que se llevó a cabo en las instalaciones del club, sin ser seguidos por la guardia periodística.
Tras haber tenido una reunión preliminar con sus asesores letrados en las oficinas de la Fundación Messi, Jorge y Rodrigo se trasladaron a un restaurant (la Focaccia de Dante Gori), famoso por sus pastas y su típicos platos de comida italiana. Luego de almorzar, dejaron el lugar sin dialogar con la prensa, se subieron al auto y partieron raudamente.
En realidad, más temprano, el padre de la estrella había dialogado al pasar con Deportes Cuatro y había dejado varias sentencias. Dijo que es “difícil” que se quede en Barcelona y que no habló ni con el Manchester City ni con Pep Guardiola.
Pero en la puerta del local gastronómico pasó como un avión frente a las cámaras y micrófonos. Es que allí comenzó el operativo distracción. Jorge logró evadir a los automóviles que lo seguían. Infobae pudo confirmar que tanto él como sus acompañantes cambiaron de vehículo para despistar y llegar al club sin testigos. La guardia periodística estaba apostada en la casa de Messi en Casteldefels y en las oficinas de la Fundación, sitios a los que nadie logró captar el regreso... Porque había cambiado el destino. Una gambeta digna de su hijo, aunque volante en mano.
Pero la estrategia no se agotó allí. Para que la atención no se desviara hacia las instalaciones del Barcelona, los medios apostados en el hogar de Lionel registraron la aparición del auto de Josep Bartomeu en la puerta de la casa; sin embargo no lo manejaba el presidente. Se detuvo y continuó camino, cumpliendo con su rol de señuelo.
Así se concretó el encuentro tan esperado, más allá de que el resultado no fue concluyente ni para Barcelona ni para Messi. Mañana se aguarda un nuevo cónclave, ¿y un nuevo operativo cinematográfico para evadir los ojos de la prensa?
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