La aburrida carrera que hoy se vio en el Gran Premio de Bélgica de Fórmula 1, entregó un impacto con el fuerte accidente que protagonizaron el italiano Antonio Giovinazzi (Alfa Romeo) y el inglés George Russell (Williams). Fue en el inicio de la séptima fecha del año, cuando tras el incidente sus monoplazas quedaron destruidos, pero que no tuvieron consecuencias físicas para los corredores.
Giovinazzi perdió el control de su coche, embistió contra las defensas y quedó cruzado sobre la pista. Aunque partes de su auto quedaron sueltas. Russell logró eludir el auto del italiano, pero no una de las ruedas del Alfa Romeo y también terminó chocando.
Ambos competidores se bajaron por sus propios medios y fueron caminando hacia la parte externa de la pista. También hubo otro elemento del vehículo italiano que impactó sobre el halo de la máquina inglesa. Otra demostración de que esa protección (integrada desde 2018), si bien no es estética, es necesaria.
Este incidente y el por qué de la importancia del halo, trae el recuerdo de lo ocurrido con el brasileño Felipe Massa en Hungría 2009, cuando un elemento del auto de su compatriota Rubens Barrichello (BrawnGP), impactó sobre la visera del entonces piloto de Ferrari, que perdió el conocimiento y terminó chocando. Felipinho podría haber perdido la visión, pero pudo recuperarse y luego de una pausa volvió a correr.
“Me siento desafortunado y afortunado ahora mismo. Destrozado, ya que estábamos teniendo una gran carrera, pero realmente me alegro de tener el halo en estos autos ahora o podría haber sido mucho peor”, reconoció Russell en su cuenta de Twitter.
“La adrenalina de una carrera prometedora se convirtió en la decepción de un grave accidente. Ahora mismo siento la necesidad de pedir disculpas a mi equipo que trabajó para ponerme en las mejores condiciones y a George Russell por comprometer su carrera”, admitió Giovinazzi por la misma red social.
Sus accidentes no fueron en el sector más veloz del escenario belga. Aconteció a la salida de una curva y una corta recta. No obstante, fueron fuertes y eso quedó demostrado en los daños que sufrieron sus monoplazas.
La monótona carrera belga donde venció otra vez el inglés Lewis Hamilton (Mercedes), sólido líder del campeonato, tuvo pocas alternativas y una de ellas fue este incidente. Ello obligó a la neutralización de la prueba que duró cuatro vueltas con el ingreso del auto de seguridad. Fue gran un susto y solo hubo que lamentar fierros rotos. Los autos de la Máxima dieron otra muestra de su seguridad. Giovinazzi y Russell pueden dar fe de ello.
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