“Messi tiene las puertas abiertas del Manchester City. A todos nos gustaría contar con él. Es el mejor del mundo y de la historia. Nosotros tenemos jugadores extraordinarios, pero ninguno tiene el destaque de Messi. Pero está donde quiere estar. No es ni planteable”.
La frase pertenece a Ferrán Soriano, de 52 años, el CEO del City Football Group, la compañía que maneja el monstruo de la Premier League y que ha diversificado sus inversiones en otros cinco países, con New York City FC (Estados Unidos), Melbourne City FC (Australia), Yokohama Marinos (Japón), Girona FC (España) y Club Atlético Torque (Uruguay). Corría marzo de 2018, estaba a días de brindar una conferencia en la Argentina, la tierra donde nació la estrella con la que trabajó (y se entendió de maravillas) cuando fue vicepresidente del Barcelona. Y hablaba de un sueño que entonces tenía color de utopía.
Messi no iba a dejar Barcelona. No se había marchado del club que lo cobijó y lo transformó en leyenda en 2016, cuando debió enfrentar el juicio contra el fisco y coqueteó con la institución que tiene a Pep Guardiola como entrenador y filosofía futbolística adoptiva. No iba a pasar jamás, más allá del deseo declamado.
Pero lo impensado sucedió. Primero llegó el escarnio del 2-8 Barcelona ante el Bayern de Múnich por la Champions League, los roces del capitán con la dirigencia, el arribo de Ronald Koeman como entrenador, quien decidió marginar a futbolistas cercanos al astro como Luis Suárez (y con modos criticados). Y luego el burofax que el delantero envió a las oficinas administrativas del club para informarles a los directivos que se amparaba en la cláusula de salida automática para marcharse, el escenario que Soriano no imaginaba en la entrevista con Infobae.
Pues bien, el CEO hoy es el hombre clave en el plan de seducción de los Ciudadanos para lograr el gran impacto del mercado de pases: la incorporación de Messi, de 33 años, al plantel del Man Blue. Soriano, como hombre de números y negocios, y Txiki Beguiristain, director deportivo de MC y ex futbolista del Barcelona y de la selección española, componen la avanzada del club para cerrar la historia. También, a distancia, Sergio Agüero, amigo del atacante y aguijón permanente vía mensaje, y el mismísimo Guardiola, con el que la Pulga ya habría hecho contacto.
Los sondeos informales existen desde hace varios días, pero el lunes se desarrollaría el primer cara a cara entre Soriano y Jorge Messi, padre y agente de Leo, quien se traslada a Europa este fin de semana. A su vez, los medios españoles e ingleses subrayan que el club está en condiciones de asumir el sueldo de Messi y un eventual costo del pase si es que se impone la postura del Barcelona de que la cláusula de salida gratuita expiró o, en su defecto, si para acordar una salida elegante las partes arreglan dejar un dinero en la tesorería de la institución de Cataluña (por ejemplo, el precio de mercado, que ascendería a alrededor de 120 millones de euros).
Licenciado en Ciencias Empresariales, entre 2003 y 2008 fue vicepresidente económico y director general del Barcelona, el Barcelona que brillaba con Ronaldinho, que vio brotar a Messi, que le entregó el buzo de entrenador a Pep Guardiola para que iniciara una de las eras más brillantes de la historia del fútbol.
“Yo no sabía nada del fútbol, venía del mundo de los negocios. Tuve que aprender desde el mundo de la empresa y el sentido común. No es verdad que la pelota entra o no entra, y eso depende de la suerte; la pelota entra si trabajas bien. Si tomas una secuencia de 10 años en la vida de un club, la suerte no juega ningún papel. Lo que conduce al éxito o fracaso es el trabajo”, es su dogma, que resulta contagioso.
Su axioma quedó reflejado en un libro: La pelota no entra por azar, que editó con su experiencia en el blaugrana. El proyecto que encabeza, y que se nutrió del manual del Barça, vincula estrechamente lo que sucede sobre el césped, la propuesta futbolística, con el aspecto económico, pero de una manera atractiva. El show vende, incluso más que los títulos. “Jugar bonito te coloca en otro nivel a largo plazo, es el mejor negocio”, plantea.
“No es una teoría, es práctica. Cuando tomamos el Barcelona había terminado séptimo la temporada; contaba con dos estrellas argentinas, Riquelme y Saviola. Y luego ganamos todo. El cambio comenzó en 2003, y el posicionamiento ha quedado marcado. Si hubiésemos ganado igual sin jugar tan bien, hubiera sido una victoria efímera”, amplió su idea ante la consulta de Infobae en 2018.
“¿Qué significa tener a Messi en tu staff? ¿Qué le dio Michael Jordan a los Bulls? Es el mejor del mundo, es una suerte. Barcelona ha tenido esa suerte y le dio una proyección extraordinaria al club. Barcelona también ha ayudado a Messi en esta proyección. No hay nada mejor”, puso en valor el hecho de contar con una figura de la dimensión de la Pulga en su organización. Ese efecto movilizante busca disfrutar nuevamente como punta de lanza del hasta ayer nomás impensado sueño de conseguir el desembarco de Messi en Manchester City.
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