Fue una reunión privada, casi secreta. Una charla de la que sólo se sabe que estuvieron Lionel Messi y Ronald Koeman. No se conocen precisiones sobre el lugar, la duración o si hubo más integrantes en el cónclave. Sólo se filtró una frase de dudas, impactante, que habría emitido el futbolista rosarino y lo transformó en la portada de todos los diarios deportivos del planeta. Demasiados interrogantes en torno a la figura del símbolo del Barcelona, un síntoma de que verdaderamente está evaluando su partida independientemente de las versiones que rodean a su persona desde hace varias semanas y se intensificaron en las horas más recientes.
Los rumores vienen y van. Aunque hay algunas frases que pueden marcar la contundencia del momento de incertidumbre que rocía al cielo del Blaugrana. Desde el presidente Josep Bartomeu, hasta el jovencito Pedri y su inocente declaración en su presentación formal como refuerzo. Messi se puede ir del club que le abrió las puertas en septiembre del 2000 pensando en que jamás volvería a irse. O sí...
El primero en tocar el tema fue el presidente Bartomeu en la entrevista que brindó a las horas del 2-8 ante Bayern Múnich que marcó un punto final para una era en el club y fue un resorte de los cambios profundos que se vienen desarrollando. El máximo directivo insistió con que Messi no se irá, pero sus declaraciones dejaron entrever el disgusto que hay puertas adentro en la familia del rosarino. Toda una señal si se tiene en cuenta el peso específico de las palabras del mandatario.
“Hablé con Jorge Messi. Me dijo lo que todos sabemos y lo que nos pasa a todos, que hay una fuerte decepción”, contó en uno de los tramos. “Messi está decepcionado y frustrado como lo estamos todos”, reiteró en otro de los pasajes. En todas las partes que hizo referencia a Leo, automáticamente unió a su boca una afirmación de continuidad. “Tiene contrato hasta 2021 y lo sabe”, aclaró por un lado. “Ha sido doloroso pero hay que levantarse y generar ilusión y pensar cómo reharemos todos”, fue otro de los mensajes que le envió desde los medios. “No es un fin de ciclo, porque un nuevo ciclo sería sin Messi, y Messi seguirá”, buscó disipar los rumores con contundencia.
Lo dicho por Bartomeu debe diseccionarse y entender que hablar del dolor de Messi dice mucho más de lo que afirma en sus pocas palabras. Dado el hermetismo habitual alrededor del Leo, no es común oír frases de este estilo.
Sin embargo, esas declaraciones del presidente que llamó a elecciones para marzo del 2021 suman mayor peso si se complementan con las dichas por Koeman en su presentación como entrenador. “No sé si tengo que convencer a Messi. No sé si es sí o no, no sé. Es el mejor jugador del mundo y al mejor del mundo lo quieres tener en tu equipo. Por mi parte, me encanta trabajar con Messi porque te gana partidos. Si tiene el rendimiento que siempre ha demostrado, estaría contentísimo si quiere quedarse. Todavía tiene contrato, pero a partir de hoy es hablar con él. Pero porque es capitán...”, lanzó el DT holandés sentado al lado de Bartomeu. Una pieza más para entender al rompecabezas que se arma puertas adentro.
A esto hay que sumarle una declaración desde la ingenuidad. Una simple expresión de deseo que desde el desconocimiento de lo que ocurre en el trazo fino del club marca la sensación que predomina por Cataluña. El joven Pedri, que a sus 17 años desembarcó como refuerzo proveniente de Las Palmas, habló de sus ganas de estar con Messi: “Quiero aprender del mejor, que está aquí y espero que se quede...”.
El cóctel tiene algunos ingredientes más. Otras piezas del rompecabezas perdidas en la línea del tiempo. “Quiero estar en el Barcelona todo lo que pueda, hacer toda mi carrera porque esta es mi casa. Tampoco quiero tener un contrato largo y quedarme aquí porque tengo un contrato, sino porque quiero estar bien físicamente, jugar y ser importante y ver que hay un proyecto ganador. Quiero seguir ganando cosas en el club, quiero seguir consiguiendo cosas importantes. Lo más importante para mí es tener un proyecto ganador”, advirtió en septiembre del 2019 tras algunos tropiezos. Las malas sensaciones se intensificaron: Barcelona fue eliminado de la Copa del Rey (en cuartos de final), de la Supercopa de España (en semifinales), de la Champions League (en cuartos) y perdió la Liga ante el Real Madrid.
Aquella entrevista con el diario Sport de un año atrás, hoy toma un significado más que especial. Aunque para entender la magnitud de la decisión que está masticando Leo en la tranquilidad de los Pirineos de Cataluña también hay que posicionarse sobre sus palabras de hace unos meses. “Siempre digo que de acá no me quiero ir. Tengo el sueño de poder jugar en Newell’s, pero no sé si se va a dar porque hoy tengo una familia y está por delante de mis deseos. Intentaré convencer a la familia, porque hay que convencer a los hijos también. Thiago es grande, tiene a sus amigos. Cuando le tiro en joda que nos vamos a algún lado, no le gusta nada. Estamos un mes en Argentina y ya quiere volver con sus amigos”, explicó en TyC Sports sobre el peso de tomar una decisión que también afectará a su esposa Antonella y sus tres hijos.
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