El pasado jueves 30 de julio Nico Hülkenberg se dirigió a cumplir con un evento promocional y recibió un llamado desde el Autódromo de Silverstone, donde la Fórmula 1 corrió su cuarta y quinta fecha “¿Estás libre este fin de semana?”, fue la pregunta. La rápida respuesta del alemán fue un “sí”. A esa altura él siguió de cerca la baja de Sergio Pérez por su test positivo de COVID-19. Fueron dos carreras las que Checo estuvo ausente. Pero en los eventos británicos el germano volvió con todo y expuso a los pilotos de Racing Point, al mexicano y a su compañero, el canadiense Lance Stroll.
Hulk -como se lo conoce- pasó de estar retirado de las pistas y ser comentarista para un canal de televisión de su país a generar una fiebre con el público. Ahora dos equipos lo sondearon para 2021 y hasta hay rumores sobre un posible reemplazo en Ferrari a su compatriota, Sebastian Vettel, en caso de que no llegue a fin de año.
Una vez Bernie Ecclestone definió a la F-1 como una trituradora de carne. Una máquina de destruir a las personas, en especial a los pilotos. Algunos ejemplos solventan la postura del magnate inglés que condujo la categoría por casi 40 años. El caso de Hülkenberg es un ejemplo. A fines de 2019 se fue con más pena que gloria. De hecho nunca supo qué era la segunda palabra en la Máxima. Aquel 12º puesto en Abu Dhabi 2019 fue su pálida despedida luego de nueve temporadas donde prometió más de lo que cumplió. En ese momento se retiró con un triste récord: era el piloto con más carreras en la historia de la categoría sin subir al podio: 177.
El nacido en Emmerich am Rhein -una ciudad al oeste de Alemania- el 19 de agosto de 1987, llegó a la F-1 con 23 años y mucha chapa. Fue campeón en casi todas las categorías promocionales que compitió: en karting consiguió dos títulos nacionales (2002 y 2003), Fórmula BMW (2005), A1 Grand Prix (2006/2007), el Máster de Zandvoort de Fórmula 3 (2007), Fórmula 3 Euro Series (2008) y la GP2 (2009), hoy conocida como Fórmula 2. Cumplió de forma notable su escalera al cielo. Aunque con el correr de los años, se transformó en un infierno…
Para 2010 Williams se llevó a la joya alemana. Ese pibe que algunos dijeron que iba a ser el sucesor de Michael Schumacher. De hecho en sus inicios su carrera fue manejada por Willi Weber, ex representante de Schumi, quien definió a Hülkenberg como un “talento increíble” y le puso el apodo de Hulk.
Aunque otro germano de la misma edad tomó el legado y en ese ejercicio obtuvo el primero de sus cuatro campeonatos seguidos: el propio Vettel. Hülkenberg solo logró una pole positions (la única en su campaña en F-1) en Brasil. Ahí se le agregó el mote de Increíble Hulk por ser el más rápido en la clasificación a bordo de un auto que no era de punta. Sin embargo, el no cumplir con las expectativas globales de la temporada lo dejó afuera en 2011, donde apenas fue piloto de Force India para los ensayos libres de los viernes.
Retornó como titular en 2012 de la mano de ese equipo donde en Bélgica logró su mejor resultado: cuarto. El podio estuvo cerca, pero no llegó. Volvió a acariciarlo en Corea del Sur (2013) y Bélgica (2016). En el medio estuvo el consuelo de ganar las 24 Horas de Le Mans en 2015 con el equipo Porsche, que no ganaba allí desde 1998. No es común en los últimos años que un corredor, siendo titular en un equipo de F-1, también gane en la legendaria carrera francesa. Aunque Nico siguió en deuda en la Máxima y su luz se empezó a apagar.
Renovó expectativas con su ingreso a Renault en 2017, pero tampoco tuvo el mejor medio mecánico. En 2018 superó a su joven compañero de equipo, el español Carlos Sainz (7º vs. 10º) y fue su mejor posición general en un año. Pero en 2019 lo superó el australiano Daniel Ricciardo (9º vs. 14º). Antes de terminar el ejercicio anterior, el Rombo anunció su salida y el retorno del francés Esteban Ocon.
El olvidable 12º lugar en el circuito de Yas Marina en Abu Dhabi fue una triste despedida. Nico se fue con el negro récord de ser el piloto que más carreras corrió sin subir al podio. Fue inconsistente -es cierto- con sus 33 abandonos por errores propios y fallas en sus diversos monopostos. Aunque éste punto es clave: nunca tuvo un auto competitivo, de punta de verdad, para mostrarse.
Los Racing Point o “Mercedes rosas”, por su parecido a los coches alemanes (los mejores de la F-1), y la controversia que se generó este año a raíz de la copia del diseño de sus conductos de frenos, demostraron ser muy fuertes. Hülkenberg tuvo revancha y aceptó con gusto la invitación del equipo inglés. Seguro que llegó por algo que él no quiso que fue reemplazar durante dos carreras a un colega que contrajo COVID-19, como Checo Pérez. Aunque también supo que era –tal vez- su última chance de demostrar de qué estaba hecho.
En la primera carrera en Silverstone clasificó 13º, pero no pudo largar por fallas mecánicas. Dos semanas después de aquella llamada hubo otro resultado positivo de Pérez y Nico volvió reemplazarlo. Bajo presión, sin sobrarle nada, dio el ciento por ciento y brilló en la clasificación siendo tercero. Las redes sociales explotaron y muchos fanáticos rogaron que pueda conseguir su podio.
Sin embargo, en la competencia que celebró los 70 años de la categoría, Hulk no pudo lograrlo. Fue séptimo luego de una llamativa detención en los boxes que le ordenaron en el final y terminó detrás de Stroll… A veces ganar no lo es todo y ciertos resultados pueden resultar un éxito. La actuación parcial del teutón lo puso en los ojos de todos. Este fin de semana Pérez retornará ya que su último test de COVID-19 le dio negativo. Nico, por su parte, recuperó la consideración de los jefes de equipos. Sus colegas confirmaron que no estaba retirado. Y ratificó que era una buena opción, no solo para ser una reserva.
En declaraciones al medio alemán Auto Motor und Sport, Nico admitió que “tuve charlas con dos equipos”, pero no dio los nombres. El diario suizo-alemán Blick aseveró que esas escuderías son Alfa Romeo y Haas. “Incrementar las expectativas sería una exageración. Desde hace algún tiempo, he estado hablando con dos equipos. No sé si algo ha cambiado ahora, pero no parece que sea así”, reconoció Hulk, como bajando los decibeles del tema.
No obstante, su labor puede llegar a dar un batacazo. Alfa Romeo y Haas emplean motores Ferrari y esta semana surgió un rumor sobre un posible reemplazo de Hülkenberg en el coche que podría dejar vacante Vettel si no llega a fin de año en la Scuderia. Seb no seguirá en 2021 en el equipo de Maranello y cada vez es más complicada su relación con el jefe de la escuadra, Mattia Binotto. El cambio de su chasis para este fin de semana ni siquiera es un alivio. Y ante su hartazgo en La Rossa y su posible arribo a Aston Martin (actual Racing Point) en el venidero ejercicio, una salida antes de que se concluya el presente campeonato no parece descabellada.
En la despedida de Hulk de forma regular al fines de 2019, Vettel lo elogió y afirmó al sitio italiano Formulapassion que “el hecho de que un piloto como Nico no tenga asiento para el próximo año es amargo. Esto muestra que algo en la F-1 no funciona correctamente”. Ambos se conocen desde la época del karting.
En 2021 los pilotos de Ferrari serán el monegasco Charles Leclerc (quedaría como número 1) y el mismo Carlos Sainz. Si se diera la posibilidad parcial en la Scuderia en 2020, Hulk sabe que es la mejor vidriera para cerrar su reingreso permanente a la Máxima. Si lo consigue esa puede ser su última esperanza para alcanzar el anhelado podio.
En su regreso, sin el mejor timing, sin manejar un coche de la Máxima desde el 1 de diciembre de 2019 y retirado de las pistas, en pocas horas se volvió a subir a un monoposto y demostró lo que es capaz. No le sobró una bala, pero ahora varias puertas se le abrieron y buscará tener otras posibilidades y regresar.
Tiene con qué. Por ejemplo el inglés Ross Brawn, jefe técnico de la F-1, sostuvo que “la competencia en Silverstone iba a ser un reto físico increíble para Nico. No sé cuánto le dolía el cuerpo al final de la carrera, pero fue una gran actuación durante todo el fin de semana de alguien que acababa de llegar”. Y reveló que “casi lo fiché hace unos años, cuando estaba a cargo de Mercedes. Si Lewis (Hamilton) no hubiera venido, Nico era nuestra segunda opción. Siempre lo respeté mucho. Es un piloto muy fuerte que debería estar en la F-1”.
Si el alemán puede ganarse otra vez un lugar como piloto titular, es porque hizo mérito. Si lo consigue buscará quitarse esa mochila que arrastra hace años de ser el que más carreras (ahora 178) tiene sin un podio. Lograrlo sería una liberación. Seguro que cuando debutó en 2010 soñó con ser campeón mundial algún día y no en intentar superar un cuarto lugar como mejor resultado. La vuelta de Nico Hülkenberg superó su reto al destino. Lo reivindicó como deportista porque demostró su vigencia. El ambiente supo que está en carrera y que su fuego sagrado sigue intacto. El Increíble Hulk de la F-1 dejó de ser un comic y se transformó en un héroe de la vida real.
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