Ayrton Senna y Alain Prost en McLaren, Rubens Barrichello y Michael Schumacher en Ferrari, Max Verstappen y Daniel Ricciardo en Red Bull, Esteban Ocon y Sergio Checo Pérez en Racing Point... Si uno le preguntara a un piloto de Fórmula 1 quién es su máximo rival a vencer, podríamos apostar que la gran mayoría de ellos dirían que es su compañero de equipo.
Muchas veces la rivalidad entre ambos corredores supera ampliamente a la que existe entre una escudería y otra. Mercedes Benz lo tiene muy claro después de vivir en carne propia lo que sucedía entre Nico Rosberg y Lewis Hamilton. En su primer año, a medida que la competencia entre ellos aumentaba, la Flecha Plateada veía cómo sus pilotos eran superados por Sebastian Vettel, Mark Webber (Red Bull) y Fernando Alonso (Ferrari).
Fueron tres años de duras batallas internas hasta que finalmente, tras imponerse a Hamilton y ganar el campeonato del 2016, Rosberg anunció su retiro. “No esperaba que desayunaran juntos, porque no se caían bien, pero la relación era pésima. Estaban tan mal que no se saludaban”, relataba Niki Lauda tras la salida de alemán.
En ese entonces, Toto Wolff (Director Ejecutivo de Mercedes) admitió que estaba confundido al creer que la competencia interna sacaría lo mejor de cada uno para luchar por el título y fue así que, a pesar de tener nombres como Fernando Alonso o el propio Vettel para que ocuparan esa butaca vacía, eligió a Valtteri Bottas.
De perfil bajo y buenos resultados, el finlandés pasó de Williams a Mercedes en 2017, y tras hacerlo el director de la escudería alemana explicó: “Nico nos hizo enfrentarnos a una situación muy complicada y fue difícil encontrar al piloto adecuado, pero nos tomamos el tiempo necesario para decidir y, finalmente, conseguimos el hombre adecuado para el equipo”.
“En el pasado siempre creí que una rivalidad muy feroz entre compañeros sería buena para el equipo porque se presionarían entre ellos. Creo que la lección que aprendí es que probablemente no sea así. Se necesitan dos compañeros de equipo de primer nivel que se empujen el uno al otro en el coche, pero la rivalidad no debe trasladarse fuera de la pista”, había señalado en diálogo con Motorsport tras el arribo de Bottas.
La segunda temporada de Nico y Lewis fue la peor de todas. Su mala relación había quedado en evidencia después del GP de Mónaco, en la que el alemán realizó una maniobra muy polémica que perjudicó la clasificación de su compañero, el cual se perfilaba para obtener la “pole”. Finalmente Rosberg terminó ganando en el circuito de monegasco a nueve segundos de Hamilton.
Eso, sumado a los controvertidos episodios que protagonizaron en el GP de Barein y el GP de España, determinaron cómo sería de allí en adelante la convivencia. Para colmo, un choque en el GP de Bélgica iba a ponerle la guinda a esa temporada.
El equipo aprendió tras aquella mala experiencia y en esta ocasión la situación mejoró, incluso el propio Hamilton confesó que la armonía que se manejaba con la llegada de Bottas era mucho mejor y que fue clave para la obtención de su cuarto título en la Fórmula 1.
“Siento que tengo la mejor relación de trabajo que he tenido con cualquier compañero que tuve hasta ahora. No hay juegos, sin trampas. Hay completa transparencia y eso me gusta”, reconoció a la web de la F1.
“La dinámica entre Valtteri y Lewis nos hizo desarrollar el coche de una manera muy eficiente y nos permitió ganar los dos campeonatos, así que no me arrepiento ni por un segundo de la situación en la que estamos hoy”, destacaba Wolff por su parte.
Sin embargo, algo corría en las venas del finlandés, que entendió su rol y lo acató quizás hasta en contra de su propia voluntad: “Ha habido muchas cosas difíciles de aceptar, en términos de qué clase de papel iba a tener yo en el equipo. Soy más un piloto de apoyo. Es difícil, lo único que busca un piloto es ganar la carrera”, explicó en el documental de Netflix Drive To Survive.
“Cuando Lewis me vence es como si me apuñalara”, aseguró el ex piloto de Williams, y agregó: “Estar en el mismo equipo que Lewis a veces es una molestia, porque es demasiado rápido”.
“Bottas ha sido un caballero por dejarme pasar”, reconocía Hamilton después de ganar el Gran Premio de Rusia del 2018. “Valtteri ha sido un auténtico caballero. Puedo entender lo difícil que ha sido para él, que merecía la victoria. Ha sido trabajo de equipo”. Una acción estratégica que difícilmente se hubiera cumplido si su compañero continuaba siendo Rosberg.
“Un día difícil. Un buen resultado como equipo, pero personalmente ha sido bastante difícil. Lewis está luchando por el campeonato, así que siempre tenemos un plan”, compartía sus sensaciones encontradas Bottas luego de esa carrera.
Incluso en el GP de Silverstone de hace 10 días fueron varios los que consideraron que el finlandés reprimió su capacidad para beneficiar al británico: “Tuvo el mejor comienzo. Estaba junto a Hamilton y sacó el pie del acelerador en la primera curva. ¡No! ¡Mantén el pie adentro! Esa era su oportunidad de ganar el Gran Premio, allí mismo y él desaceleró”, exclamó el ex piloto y comentarista Jolyon Palmer en el podcast Checkered Flag de BBC 5 Live.
“Somos fuertes como equipo y no permitiremos que una relación entre pilotos se deteriore hasta el punto de tener un efecto negativo en el equipo. Tras lo de Nico y Lewis, nos aseguraremos de sacar tarjetas amarillas y rojas. Pero estamos lejos, no es el caso”, reconoció Wolff en 2019.
“Creo que formar parte de un equipo tan grande es la oportunidad que todo piloto quiere tener, porque te permite también llegar al siguiente nivel si trabajas duro y usas todas las herramientas que puedas dentro del equipo. Es un trabajo duro para mí en la pista tratar de ganarle, pero no me gustaría tener otro compañero de equipo”, destacó el finés a principios de la temporada.
La labor de Bottas, en silencio y respetando las tareas que se le asignan, le dio muy buenos resultados al equipo a tal punto que recientemente renovó su contrato con Mercedes y continuará siendo el segundo piloto de cara al 2021 por detrás de Hamilton.
Mirándolo a lo lejos el equipo funciona a la perfección, estirando cada vez más las distancias con Ferrari, su inmediato perseguidor histórico, y demostrando que son la escudería más poderosa de la parrilla por encima de la siempre pujante Red Bull.
Pero si uno se acerca y se mete en las entrañas del team puede ver que hay un deportista de élite que mantiene una lucha interna entre sus ansias de competir y su deber como “piloto de apoyo”. Desde su llegada a Mercedes, Valtteri Bottas fue testigo de cómo su compañero ganó los tres últimos campeonatos mundiales mientras él ocupó la tercera, quinta y segunda posición.
Rosberg también peleó esa batalla, sin embargo, él pareció haber tomado otro camino: “Fueron 20 años de competición los que se redujeron a ese momento (GP de Abu Dhabi 2016). ¿Lograr o no lograr mi sueño? ¿Ser o no ser campeón mundial? Fue una situación delicada. Tras cruzar la línea los primeros sentimientos fueron de alivio, luego vino la alegría. En ese momento entendí que lo había logrado”, explicó al canal de la F1 dos años después de vencer a Hamilton y coronarse en la máxima categoría.