Se hizo costumbre que los clásicos de Porto Alegre entre el Gremio e Internacional no terminen con 22 jugadores ni tampoco en paz. En las últimas ediciones siempre hubo peleas entre los protagonistas, y este miércoles volvieron a ser noticia por un escandaloso desenlace en su partido correspondiente a la final de la segunda fase del Campeonato Gaúcho.
En la victoria del Tricolor por 2-0 sobre el Inter, tal como sucedió en marzo en la Copa Libertadores o como casi acontece hace dos semanas por la cuarta jornada del torneo estadual, el partido terminó de la peor manera: con todos los futbolistas –incluidos los suplentes– y los entrenadores, envueltos en una batalla campal.
Corría el minuto 81 del encuentro cuando Isaque marcó el segundo gol para Gremio (el primero lo había marcado Maicon en el minuto 50) y varios jugadores fueron a festejar a una de las esquinas, como es habitual.
Pero en simultáneo con la celebración, Patrick empezó a discutir con el colombiano Luis Orejuela y eso derivó en una gresca multitudinaria. El mediocampista de Inter tomó del cuello al defensor colombiano de Gremio, lo que motivó al resto a intentar separarlos pero de forma violenta.
Si bien la transmisión de TV no mostró el origen de la pelea, el árbitro Leandro Vuaden siguió todo de cerca y mostró la tarjeta roja a ambos jugadores, además de amonestar a los entrenadores, Eduardo Coudet y Renato Gaúcho, quienes ingresaron al campo para separar a sus hombres pero también quedaron envueltos en los empujones.
Además de la baja de Orejuela, en Gremio tampoco podrán contar con el argentino Walter Kannemann para el primer partido de la final del Gauchão contra Caxias, ya que recibió su tercera tarjeta amarilla en los minutos finales del Gre-Nal y deberá afrontar una fecha de suspensión.
De esta forma, Gremio volvió a ser el equipo vencedor en el clásico de Porto Alegre y alzó el trofeo llamado Copa Francisco Novelleto Neto. El elenco dirigido por Renato Gaúcho, al igual que los pupilos del Chacho Coudet, se preparan para lo que será el inicio del Brasileirão –inicia este fin de semana sin público en las gradas– y están expectantes a lo que suceda con la Copa Libertadores.
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