En Ferrari hay síntomas de preocupación. Movimientos que dejan en claro el mal clima que predomina en la histórica escudería de Maranello. Los resultados son esquivos desde hace más de una década y la temporada 2020, con apenas cuatro carreras, ya parece haber confirmado ese camino negativo. En medio de reestructuraciones internas buscando afinar los componentes del team y a la espera del desembarco del español Carlos Sainz Jr. para cubrir la salida de Sebastian Vettel, el joven líder del equipo en pista rompió el silencio para hablar sobre el presente que viven.
“Dar una fecha para ganar es difícil. Atravesamos un momento muy complicado para Ferrari, por lo que llevará bastante tiempo, cuánto no sé, pero en 2022 habrá un cambio significativo de reglas y esa será una gran oportunidad para abrir un nuevo ciclo de éxitos de Ferrari”, explicó el monegasco Charles Leclerc en una extensa entrevista que le brindó al medio italiano La Gazzetta dello Sport. Sus palabras van en sintonía con las declaraciones de John Elkann, presidente de un grupo empresario que integra Ferrari: “No espero ver al equipo ganador hasta 2022”.
El hombre en el que Ferrari se apoya para el reinicio de una nueva era tiene 22 años y se formó en la Driver Academy de la entidad italiana, que logró su último título de constructores en el 2008 y el título de pilotos en el 2007 de la mano del finés Kimi Räikkönen. Mientras la hegemonía de Mercedes lleva seis temporadas y se encamina hacia la séptima, Leclerc advirtió: “Será muy difícil ganarles alguna carrera, pero lo intentaremos de todas las formas posibles y dando todo en la pista”.
En un momento donde cada vez más las críticas sobre el auto que presentó Ferrari este año se acentúan, el monegasco dio su punto de vista: “El equipo y el coche son muy importantes, un 65%, si no más. Luego el piloto es el que debe marcar la diferencia y llevar al equipo por el camino correcto”.
En su rol de nuevo líder del equipo ante la ya anunciada partida de Vettel, Leclerc empezó a asumir la carga que deberá llevar sobre sus hombros. “Es un honor y también una responsabilidad, porque Ferrari sigue siendo Ferrari y me siento responsable de poner en lo alto de nuevo su nombre. No estamos en un momento fácil, pero es interesante tener un proyecto común tan largo. Te permite construir algo interesante, un nuevo ciclo”, explicó el muchacho que renovó su contrato a fines del año pasado y que permanecerá sentado en una butaca del Cavallino Rampante hasta 2024.
“La pasión de este equipo es algo increíble, no sólo dentro sino también fuera. Ningún otro equipo tiene una base de seguidores tan grande. Es como una fiebre. Esto es lo que para mí único en Ferrari”, señaló esperanzado por volver a darle las alegrías a los fanáticos como alguna vez les dio el mítico Michael Schumacher.
También recordó a su amigo Jules Bianchi, quien sufrió un impactante accidente en octubre del 2014 a bordo de su Marussia durante la carrera de Fórmula 1 en el GP de Japón y tras pasar nueve meses en coma, murió. “Teníamos una gran conexión, éramos familia. Me llevó un día a Maranello, porque tenía que ir a la FDA (Ferrari Driving Academy). Estacionamos el coche en la puerta, Jules pasó pero a mi me detuvieron. Jules me dijo: ‘Trabaja y quizás algún día te dejarán pasar'”, dijo sobre su amigo.
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