Charla íntima con Diego Forlán a 10 años del Mundial de Sudáfrica: “Cambiaría mis títulos por la chance de jugar la final”

Una década después de ser el Balón de Oro de esa Copa del Mundo, el actual DT de Peñarol le confesó a Infobae los secretos de su éxito y el legado que dejó aquella selección

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Los goles de Diego Forlán en Sudáfrica 2010

No habrá actuación individual en la historia de los Mundiales como la de Diego Maradona en México ‘86, ningún jugador ha influido tanto en la conquista del trofeo como el astro argentino en territorio azteca. Difícilmente se repita porque el éxito ya no depende tanto de un solo elemento, sobre todo en un fútbol donde el factor colectivo tiene cada vez más ponderación, donde los aspectos tácticos y estratégicos del juego se han convertido en esenciales para la competencia. Aunque es innegable que todo equipo necesita un revulsivo, alguien con la cuota de creatividad necesaria para romper los moldes, tal como lo fue Diego Forlán para Uruguay en el Mundial de Sudáfrica 2010.

Ya ha pasado una década de aquella gran actuación de un Forlán que jugó la Copa del Mundo como un futbolista consagrado en Europa. Había sumado prestigio en el Manchester United pero alcanzó su mejor versión en el Villarreal de Pellegrini y Riquelme, y luego se transformó en líder del Atlético Madrid. En diálogo exclusivo con Infobae, el actual entrenador de Peñarol repasa sus claves del éxito de aquel campeonato: la importancia de la preparación física, sus funciones en los planes del ‘Maestro’ Tabárez, los secretos de su excelsa pegada y el legado que dejó aquel equipo en todo un país...

— Tu Mundial no empezó en Sudáfrica, hubo una gran preparación física al cierre de esa temporada, con más de 60 partidos al hombro...

— Sí, en realidad ya desde antes de jugar en Independiente yo ya hacía trabajos aparte, de autodidacta. Eran trabajos que yo veía que necesitaba para dedicarme al fútbol. En aquellas épocas, te estoy hablando del año 96, yo hacía mucha musculación, cuando en realidad estaba mal visto. Hacía trabajos técnicos en el jardín de mi casa por la tarde. Ahí fui conociendo gente que me iba brindando más apoyo en el área profesional, que me daba más herramientas…

— Perdón que te interrumpa... ¿Por qué siempre priorizaste tanto lo físico?

— Lo que pasa es que yo desde chico andaba bien, ya desde el baby fútbol que hacía muchos goles. Pero a medida que fui creciendo, el desarrollo físico me costó mucho más, fue más lento el mío, y mi físico no era el mismo que el del resto de los juveniles. Tenía la técnica y el talento pero no me acompañaba el físico, cada vez me costaba más. Necesitaba más masa muscular. Y ahí empecé a trabajar mucho el dominio de pelota con ejercicios de musculación en la transición, que como te digo estaba mal visto y me daba miedo crecer mucho en masa muscular y después quedar, como decimos, un poco “duro”. Pero fueron pasando los años y fui mejorando, y en el 2005 conocí a Santi (NdR: Santiago Alfaro), que hoy es el preparador físico de mi cuerpo técnico, y empezamos a trabajar de forma más profesional. Fuimos creando una buena base y todos los años sobre el final de temporada le dábamos una vuelta de tuerca, trabajábamos mucho más fuerte para llegar bien al final.

— ¿Entonces esa preparación para el Mundial de Sudáfrica fue habitual para vos?

— Claro, así lo fuimos haciendo en 2005, 2006, 2007, 2008 y 2009. Trabajé siempre con él menos en la primera temporada, la que gano el ‘Pichichi’ y la Bota de Oro 2004/05. Yo lo conozco después de eso y todos los sprints finales de las temporadas hacíamos lo mismo. Él venía a mi casa durante un mes y medio o dos meses para trabajar doble o triple turno. Y entonces para 2010 yo ya venía con una buena base, todo se fue dando de forma natural. Igualmente, ya cuando clasificamos al Mundial, hicimos una planificación especial para llegar de la mejor manera. Metí alrededor de 40 o 50 entrenamientos más que el resto de mis compañeros de la selección de Uruguay y del Atlético Madrid, pero claro también eso venía cotejado con el buen rendimiento que tenía en el ‘Atleti’. Hacía triple turno cuando todos hacían uno solo. Fue un riesgo. Pero igual no fue de un día para el otro, hacía cinco años que lo venía haciendo. Se venía el Mundial y me preparé así.

— En lo anímico, ¿qué era más combustible: el éxito de ese momento o la sed de revancha por no clasificar a Alemania 2006?

— No, sed de revancha no. A mí lo que me llenaba más, como profesional, era la seguridad de sentirme bien físicamente. Sabía que con eso, dentro de la cancha, iba a poder repetir esas buenas acciones e iba a ser más complicado para cualquier defensor que me tocara enfrentar. Si estaba bien físicamente, técnicamente iba a estar muchísimo mejor. Eso era motivación suficiente. Y después la sola posibilidad de jugar un Mundial, cuando no se me había dado en 2006. Por más que sí había estado en Corea-Japón 2002, en 2006 habíamos perdido la chance de clasificar y había sido un dolor importante. Yo estaba en un muy buen momento en esa época en el Villarreal. El 2010 en ese momento estaba lejos, podía pasar cualquier cosa. Pero no diría que fue sed de revancha, era más que nada querer aprovechar el momento, llegaba el Mundial y quería disfrutarlo.

Diego Forlán hizo varios goles de larga distancia durante el Mundial de Sudáfrica 2010 (AFP)
Diego Forlán hizo varios goles de larga distancia durante el Mundial de Sudáfrica 2010 (AFP)

— Esa selección de Uruguay empezó con 3-5-2 en el debut ante Francia pero después jugó 4-4-2 el resto del torneo, ¿por qué crees que el ‘Maestro’ Tabárez apostó por el primer esquema y luego lo cambió?

— Es una pregunta más para él, pero el primer partido fue muy parejo, terminamos 0-0. Pasa que no tuvimos puntos altos como después a lo largo del Mundial. Seguro no vio al equipo como él pensaba. Siempre pasa en este tipo de competiciones que los entrenadores llegan con un equipo pero terminan con otro.

— Vos en 3-5-2 eras delantero, después en el 4-4-2 te convertiste más en mediapunta... ¿Cuánto influyó eso en tu gran rendimiento?

— Mucho, me empecé a sentir más cómodo. Teníamos a (Edinson) Cavani que jugaba por la banda derecha, hacía muy bien el ida y vuelta, tapando y moviéndose bien tácticamente en esa labor de cuarto volante, tenía llegada al gol. Luis (Suárez) era la referencia en el área y yo era el segundo delantero, bajaba mucho a conectar con los mediocampistas para distribuir el juego y después también llegar al gol. Entre los tres nos acomodamos muy bien.

— ¿Y a nivel defensivo cómo te afectó?

— Mi ventaja es que la función era muy similar a la que hacía en ese momento en el Atlético Madrid, que al igual que Uruguay no era un equipo de tener mucho la posesión de pelota. Ambos eran equipos de contragolpe, de respuesta. Yo tenía que tapar al mediocentro rival, al jugador que tenía la pelota del equipo contrario. En el momento de respuesta, la idea era estar bien posicionados. Yo me movía entre líneas, para recibir la pelota y poder empezar a conectar con el resto, ya sea con Luis (Suárez), con el Palito (Pereira) que iba y venía bastante por izquierda, o con Edi (Cavani) del otro lado.

— Igual tu mejor socio fue el balón, la ‘Jabulani’... ¿Mito o verdad eso de que era una pelota especial?

— Sí, me adapté muy bien. Todo el mundo hablaba de la pelota pero yo, que tuve la oportunidad de jugar con diferentes tipo de balones, te digo que todas se mueven mucho. Son complicadas para los arqueros pero también para los jugadores, sobre todo al momento de tener precisión. Capaz con las otras pelotas, cuando yo empezaba en el fútbol, era mucho más fácil elegir el palo. Sabías que casi siempre iba al palo que elegías. Hoy a cualquier pelota le pegás y tenés que buscar más precisión de arco, porque la pelota se mueve tanto que no necesitás apuntar a un palo, ya es complicada para el arquero aunque vaya al medio. Entonces yo con la Jabulani, como con el resto, si pateaba de 35 metros me preocupaba solamente porque el tiro fuera al arco. Si era cerca, como en el gol de Ghana, ahí sí quise que fuera al segundo palo. Después la pelota hace el movimiento que hace, pero más por la pelota en sí. Lo mismo en el gol contra Sudáfrica, busqué la zona donde terminó entrando. Pero en mi opinión, yo por la velocidad con la que le pegaba y de la forma que le pegaba, lo único que necesitaba era que la pelota fuera al arco. Ya con eso iba a complicar al arquero o forzarlo a dar un rebote para que lo aprovechara un compañero. Me focalizaba mucho en que no se vaya para arriba. Quizás si buscaba tanto un palo o un ángulo, podía desperdiciar una oportunidad.

— Con esa técnica no te fue para nada mal, fuiste uno de los goleadores de la Copa del Mundo...

— Sí, igual sigo insistiendo que la FIFA debería cambiar el criterio, la puntuación me parece un poco injusta. No porque no me lo hayan dado a mí, yo soy feliz de haber estado entre los goleadores y que me hayan dado el Balón de Oro. Pero para el día de mañana, sería mucho más justo que sea el goleador el que haga más goles. Estamos de acuerdo que los penales son diferentes, pero yo tuve 6 goles en realidad, porque participé de una definición por penales y ese gol vale. Si tenemos tantos jugadores que tienen los mismos goles, como se dio aquella vez, me parece a mí que lo que tendría que marcar la diferencia son los penales y ahí, en caso de empate, sí ir a los minutos jugados. Creo que es lo más justo para el día de mañana, no por mí, yo ya marché. Porque en definitiva estamos calificando goles y entonces... ¿al final el gol mío de la definición por penales contra Ghana no vale nada? Sí, claro que sí. Y te digo una cosa, se lo voy a tratar de tirar a la gente de FIFA.

— Bueno pero además marcaste el ‘Mejor Gol’ y te eligieron Balón de Oro… ¿Fue el Mundial perfecto o hay alguna espina clavada?

— Yo cambiaba todo por, y te lo digo de corazón, por lo menos tener la chance de estar la final. Todos los premios individuales, regalo todo por la posibilidad de jugar la final.

— ¿También cambiarías tus títulos de clubes por esa final?

— Mmmm… Sí, sí. Yo por jugar esa final del Mundial lo hago, jugar una final del mundo no es para cualquiera. Los otros premios y trofeos son espectaculares y son impresionantes. Pero por jugar la final, soy capaz de cambiar todos.

Diego Forlán dice que trata de trato "estar cerca del jugador" al igual que el 'Maestro' Tabárez (AFP)
Diego Forlán dice que trata de trato "estar cerca del jugador" al igual que el 'Maestro' Tabárez (AFP)

— ¿Por qué Uruguay suele sufrir en las Eliminatorias pero después es de los que más lejos llega en los Mundiales?

— Fue así muchas veces, salvo el Mundial pasado que llegamos a cuartos de final después de clasificar segundos. Pero sí, anteriormente nos costaba mucho, las últimas Eliminatorias fueron diferentes… ¿Cómo se explica? No sé. Quieras o no, sin hacer comparaciones, cuando Argentina va al Mundial tiene que ganarlo. Y si no lo ganás es un fracaso. Es algo que no está bien. Son equipos que son candidatos por la calidad de jugadores que tienen, por la historia, por la camiseta... Lo reconozco. Pero de ahí a tener la obligación, es diferente. Lo mismo nosotros, siempre tenemos la obligación de clasificar al Mundial. Y hoy en día en todos lados hay grandes jugadores de fútbol y eso no garantiza nada igual, no significa que puedas tener un buen equipo y logres buenos resultados. Depende de muchas cosas eso. Tener esas obligaciones hace que sea difícil disfrutar, lo que implica que no lo estás haciendo de la mejor manera. Y están Francia, Brasil, Alemania, hay muchas selecciones que te pueden ganar. Yo como jugador, y mismo ahora como entrenador, siempre quiero ganar todos los partidos, lo que no significa que pueda hacerlo. Existe esa responsabilidad, sé quién soy, en qué selección juego, en eso estoy de acuerdo. Así lo sentimos, lo hacemos de esa manera. Pero también hay que ser consciente que en un partido de fútbol nosotros podemos ganar pero el contrario también. La mochila del Mundial existe pero no es tan fácil, los demás juegan también.

— ¿Hay algo del ‘Maestro’ Tabárez en el Forlán que entrena a Peñarol?

— Es difícil, porque a nivel de selecciones hay menos contacto con los jugadores. Si bien en la previa a las competiciones pasamos un mes juntos o varias semanas, ahí sí visualizó un poco más de similitudes. Yo trato de estar cerca del jugador, de conocer cómo es cada uno. Eso es muy importante y en eso el ‘Maestro’ hacía mucho hincapié.

— ¿Has soñado con dirigir a Uruguay en un Mundial?

— Obviamente, así como alguna vez soñaba con dirigir a Peñarol y hoy estoy acá. Una vez que empezás esta carrera hay que ir viendo paso a paso, las experiencias que vas teniendo, si te va gustando y si aspirás a eso o estás contento con lo que estás haciendo. Como sueño, me encantaría. Pero no me quiero apurar.

Diego Forlán actualmente es el entrenador de Peñarol (EFE)
Diego Forlán actualmente es el entrenador de Peñarol (EFE)

— ¿Por qué la selección de Uruguay del Mundial 2010 dejó una huella tan profunda?

— Primero, porque veníamos de la década del ’90 que, como decías vos, nos costó clasificar. En el ’94 y el ’98 no clasificamos al Mundial, en el 2002 llegamos con lo justo y no pasamos la fase de grupos. Después no fuimos al 2006. Fue un período para nada bueno, cuando íbamos a los Mundiales era a ver qué pasaba. Y en Sudáfrica 2010 fue todo lo contrario, nos costó clasificar pero después el equipo fue aguerrido, jugó bien y llegó a semifinales. Entonces obviamente que viniendo de esa sequía mundialista fue algo espectacular, por eso marcó a muchísimos niños, jóvenes e incluso a gente grande que venía con esos malos momentos en la selección de los últimos 20 años. En el ’90 llegamos a octavos pero clasificamos a último momento, en el Mundial ’86 sufrimos la goleada con Dinamarca, lo mismo en el ’82. Con la calidad de jugadores que había no lográbamos tener los resultados que todo el mundo, incluso yo como niño, esperábamos. No se nos daba, lamentablemente. Pero en el 2010 se dio todo, por más a que nivel sudamericano ganamos la Copa América, la gente recuerda más el Mundial.

— ¿Hacia dónde va Uruguay con la generación de Nandez, Torreira, Bentancur y Valverde? ¿Creés que va a cambiar el estilo histórico de la ‘Garra Charrúa’?

— Dependerá de los jugadores. Hoy en el mediocampo tenés jugadores técnicamente muy buenos, que tienen altura y están en grandes equipos, haciéndolo muy bien. Hay jugadores aguerridos como Nahitan Nandez o como Lucas Torreira también, que a su vez es un buen pasador y técnicamente es muy bueno. Dependerá de eso. Y si los tenés, sin lugar a duda se puede dar esa transformación.

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