Mike Tyson, de 54 años, ha remarcado que su regreso al deporte de los guantes tiene dos objetivos: uno personal y otro solidario. El primero de ellos es demostrarse a sí mismo que ha dejado atrás la etapa oscura de su vida en la que se rodeaba de fiestas, drogas y alcohol, período que había desembocado en depresión y sobrepeso. El segundo busca recolectar dinero para donarlo a personas en situación de calle, como dejó en claro en varias entrevistas.
Pese a que aún se desconoce quién será su rival, el ex púgil tiene la cabeza en su vuelta y a veces comparte algo de su entrenamiento con sus millones de fans. En esta ocasión, publicó en sus redes sociales un video que parece un trailer de película en el que se lo ve completamente transpirado y lanzando fuertes golpes contra una bolsa.
“Siganme y prepárense para rugir”, escribió el ex campeón mundial de los pesos pesados en su cuenta de Instagram , en donde sus seguidores aguardan por conocer la fecha de su regreso al cuadrilátero.
En mayo el legendario deportista aseguró que no se enfrentaría a su ex rival y compatriota Evander Holyfield en el combate de exhibición, que marcará su regreso a la actividad tras 15 años. Días más tarde el propio Holyfield explicó que no hubo acuerdo por el simple hecho de que él quería que la pelea no tuviese un ganador, pero Tyson sí pretende que alguien se quede con el triunfo. Desde entonces han surgido varios nombres, pero ninguno ha firmado el contrato.
Mientras tanto, Tyson continúa con su preparación, que le ha permitido volver a estar en gran estado físico y mental: “He estado entrenando, boxeando y me siento muy bien. He bajado de 289 libras a 220 y me siento en plena forma”, manifestó a principios de julio en diálogo con el sitio especializado Fighthype. Es decir, que ha perdido 69 libras, el equivalente a 31,2 kilogramos.
El ex púgil lleva varias semanas sometiéndose a un exigente entrenamiento junto a su entrenador Rafael Cordeiro, un coach brasileño especialista en Muay Thai y líder de los entrenamientos de un equipo de MMA. A fines de abril, 15 años después de su retiro, dijo que comenzaría a prepararse para hacer combates de exhibición para recaudar fondos y ayudar a las personas más necesitadas en la crisis del coronavirus.
Pese a los videos que difunde, varios especialistas han advertido que su vuelta puede significar un riesgo mayúsculo. Una de las voces que así lo expresó fue la de Bob Arum, promotor del campeón actual Tyson Fury, quien reconoció que recibió un llamado para organizar el combate y optó por desistir: “Se trata de algo grave, no voy a participar en algo que podría ser realmente mortal”, señaló en diálogo con Sky Sports. “Mike Tyson era un gran luchador, ahora tiene más de 50 años. No va y pelea realmente en serio contra un tipo que está en la cima de su carrera en sus 30 años. Eso no está bien y nadie debería alentarlo”, insistió en un tono preocupado por lo que podría significar para Mike Tyson medirse ante el mejor boxeador del momento.
Ya han pasado 15 años desde su última pelea oficial, la derrota ante Kevin McBride en 2005. La difusión de sus videos entrenando, ensayando golpes y en un estado físico envidiable, a sus 54 años, encendió a sus fanáticos, quienes esperan por la confirmación de un evento que será tan polémico como atrapante.
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