Las semillas que Marcelo Bielsa plantó hace dos años en su arribo a Leeds United empiezan a ser frutos que se recogerán en breve. Tras vencer 1-0 al Barnsley, los Blancos quedaron a un paso de obtener el anhelado ascenso a la Premier League y la derrota del West Bromwich posterior confirmó la noticia: volverán a codearse otra vez con grandes potencias a nivel nacional y mundial pero también los llevará a una reestructuración en todos los ámbitos. Los millones que ingresarán por derechos de transmisión televisiva y sponsors aumentarán notablemente.
La segunda división británica se yergue por ser una de las más poderosas de Europa y compite con varias ligas de primera de otros países por el caudal de dinero que gestiona en la explotación de derechos de TV y publicidad. Pero el salto de calidad con un ascenso es superlativo: se estima una diferencia de 170 millones de libras esterlinas (unos 214 millones de dólares).
Los británicos ostentan el campeonato más antiguo del mundo (la FA Cup) y también se ufanan de contar con el partido más caro del mundo. ¿Cuál es? El que disputan los dos finalistas de los Playoffs de la English Championship, el torneo que ya tiene a su primer ascendido tras la consagración del Leeds. Ese match que se disputa en el estadio de Wembley, y define el último ascenso desde la segunda categoría, es considerado así por la brutal diferencia de ingreso que recibe el ganador y ascendido a la Premier con respecto al perdedor.
Desde hace meses el dueño mayoritario del club, el italiano Andrea Radrizzani, estudia propuestas por nuevos sponsors de cara a la 2020/2021 que tendrá a Leeds United como protagonista de la Premier. Lógicamente pretende renovarle el vínculo a Bielsa para que luche contra las potencias de Jürgen Klopp (Liverpool), Josep Guardiola (Manchester City) y José Mourinho (Tottenham), entre otras.
Esta inyección económica será vital para reordenar sus finanzas, gestionar renovaciones y fichar refuerzos (en las últimas semanas sonó el nombre de Lucas Martínez Quarta, defensor de River). A esta altura el reordenamiento es clave porque los últimos tres balances habían arrojado pérdida pese a las constantes inversiones del magnate milanés que posee una fortuna de 500 millones de euros.
Al final de cada temporada la federación realiza un balance público en el que blanquea los ingresos por derechos de televisación de los 20 clubes que participaron de la Premier. El año pasado se repartieron 2.785 millones de euros (unos 3.180 millones de dólares) y tanto el campeón como el último de la tabla se aseguraron una base de 91 millones de euros (103 millones de dólares). Las variables que ensanchan las arcas son los derechos de retransmisión nacional internacional, los ingresos comerciales de la competición y la posición final en la tabla de posiciones.
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