Patricia Rodríguez nunca se imaginó a sí misma dentro del mundo del fútbol, pero su vida dio un vuelco el día que respondió a un anuncio en una página web para un empleo en un club. En 2014 entró a trabajar como Directora Financiera en el Eibar y dos años después pasó al puesto de Directora Gerente, convirtiéndose así en la primera mujer ejecutiva de un club de la Primera División del fútbol español. Con el tiempo fue sumando cada vez más responsabilidades hasta que sintió que su ciclo en la institución estaba cumplido y dio un paso al costado. El año pasado afrontó un nuevo desafío en su carrera y asumió como Directora General del Elche que actualmente juega en la Segunda categoría. Además, recientemente volvió a hacer historia al ser nombrada vicepresidenta segunda de la Liga y transformarse en la primera mujer en ejercer ese rol.
El “Techo de cristal” es un concepto que hace referencia a las enormes limitaciones y dificultades a las que aún hasta el día de hoy se enfrentan las mujeres para acceder a puestos jerárquicos en las organizaciones. Rodríguez es consciente de estos obstáculos -y de muchos otros- y por eso ha tomado una postura clara. “Siento cierta responsabilidad: si yo estoy aquí e hice mi camino, creo que mi obligación es tratar de ayudar y abrir el paso para otras”, sostuvo días atrás en una charla vía Zoom que organizó Marketing Registrado bajo el título de “Mujeres líderes en el fútbol mundial”.
En su proyecto a cuatro años en el Elche, Rodríguez busca volcar todos los aprendizajes que adquirió en su paso por el Eibar. Su gestión al frente del conjunto del País Vasco se basó en algunos puntos clave como fomento de la internacionalización, la apuesta por la modernización y la cercanía, y las iniciativas sociales, entre otros. Potenciar a la mujer en el deporte profesional fue otro de sus objetivos y, para eso, impulsó la realización de campañas en común entre los equipos de fútbol masculino y femenino del club.
Al día de hoy, la CEO del Elche es una ferviente defensora del fútbol femenino y asegura que no se trata de “una moda”, sino de una disciplina a la que hay que apoyar y fomentar para que, de a poco, puedan verse sus frutos.
Durante su gestión en el Eibar, Rodríguez tomó la responsabilidad de potenciar al equipo femenino del club con mayor inversión y dotándolo de una mayor estructura. También sumó a las jugadoras a las campañas de comunicación en igualdad de condiciones con sus colegas del plantel masculino.
“La respuesta a estas acciones de comunicación fue muy buena y vino muy bien para que los jugadores del conjunto masculino ‘pusieran los pies sobre la tierra’. Las campañas se hacían en los huecos que las jugadoras tenían entre sus trabajos y los entrenamientos. En esos momentos ellos se daban cuenta de que, al final, ellas eran tan futbolistas como ellos y les tenían mucho aprecio y respeto por lo que hacían. De repente se decían a sí mismos ‘Yo estoy aquí un rato, luego me voy a mi casa y gano muchísimo más, y ella no puede mantenerse con el sueldo que tiene aquí. Tiene que tener otro trabajo y aún así lo da todo por jugar y por hacer lo mejor posible’”, recordó Rodríguez.
Fruto de esas apuestas, el Eibar femenino logró el ascenso a la Segunda División en 2015 y en la última temporada alcanzó el gran objetivo de subir a la Primera División, la Liga Iberdrola. Aunque la dirigente ya no está en la institución, la actual CEO del Elche siente que las políticas aplicadas durante su mandato fueron las que derivaron en este exitoso presente.
Una de las frases que suelen repetir quienes aún denostan al fútbol femenino es que la disciplina “no genera dinero”. Más allá de lo discutible de los fundamentos de esta afirmación, Rodríguez tiene una respuesta tajante para quienes sostienen esos discursos: “En los años 2000, aproximadamente un 70% de los clubes de fútbol masculino de España entraron en concurso de acreedores. Entonces yo me pregunto, ¿Qué hay menos rentable que eso? Nada. Todavía no conocemos ningún club de fútbol femenino que haya entrado en esa situación”.
“Yo creo que al fútbol femenino hay que dotarlo de recursos, invertir en él y luego dará sus frutos, igual que los ha dado el masculino. Decir eso de la rentabilidad del fútbol femenino no sirve, porque si por eso fuera no tendríamos fútbol masculino tampoco. Ya hubiéramos dejado de competir y hubiéramos cerrado todos los clubes. Sin embargo, se rescataron. Esa generosidad que como sociedad se ha tenido por el fútbol masculino es la que hoy tendría que recibir el femenino. Los equipos del masculino tienen que arrimar el hombro y apoyar a sus colegas femeninas”, agregó, sin titubeos.
Rodríguez sostuvo que el Mundial de Francia 2019 significó “un punto de inflexión” para la disciplina de mujeres y detalló cuáles deben ser los pasos a seguir para sostener su crecimiento:”Hay que dotarlo de una estructura que se esté dedicando a ese proyecto en particular y que no sea solo darle ‘lo que sobra del masculino’, sino que tenga entidad propia. Hoy hay muchos patrocinadores y medios de comunicación interesados en el femenino. Si hay un proyecto serio y generación de recursos, vamos a conseguir dotarlo de los medios para crecer. Aunque hoy la actividad no esté generando el mismo dinero que el masculino -aunque eso eventualmente llegará- hay que tratarla igual dentro del club y darle las mismas oportunidades, el mismo trato y la misma comunicación”.
“Hay que pensar que esto es para largo, que no es una moda. Hay que sumarse ahora porque el tren va a pasar y, si no lo agarras, te vas a arrepentir”, concluyó la dirigente.
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