¿Michael Schumacher lo “icardeó” a Heinz-Harald Frentzen? Se trata del verbo que se naturalizó desde que Mauro Icardi empezó su relación con Wanda Nara, la ex mujer de alguien que fue su amigo, el delantero Maxi López. La historia de los futbolistas argentinos no fue exactamente igual que la de los ex pilotos alemanes de Fórmula 1, aunque acá también uno terminó saliendo con quien era la novia del otro. Vale aclarar que si bien se conocieron desde la época del karting, tampoco tuvieron un fuerte vínculo personal. Luego del drama que empezó a vivir el Kaiser con su accidente de esquí a fines de 2013, Frentzen aseguró que “no llegaron a ser amigos” y que siempre “corrieron con respeto”, a pesar de que su ex pareja, Corinna Betsch, eligió formar una familia con el siete veces campeón mundial.
Frentzen y Schumacher no nacieron en cunas de oro y les costó mucho sus inicios en el automovilismo. En el caso de Frentzen (conocido como HH por las iniciales de sus nombres) y que es el protagonista de esta historia, como no tuvo plata para llevar su karting en un tráiler, lo transportó en un coche fúnebre que era de la empresa familiar a cargo de su padre Heinrich-Harald Frentzen. Nacido el 18 de mayo de 1967 en Mönchengladbach, se destacó en el karting donde fue campeón nacional en 1981 y ahí empezó a competir contra Schumacher. “Era un año y medio más grande que Michael y eso en los campeonatos juveniles se nota mucho”, reconoció. Luego pasó a categorías promocionales como la Fórmula Lotus Opel y la Fórmula 3 Alemana.
A finales de los años 80, Alemania tuvo pilotos en la F-1 como Bernd Schneider, Christian Danner, Joachim Winkelhock y Volker Weidler, pero que no se pudieron mostrar sus verdaderas condiciones por correr en equipos pobres. Entonces Bernie Ecclestone, por entonces a cargo de la Máxima, quiso potenciar la imagen germana en la categoría y su idea fue promover a jóvenes que el día de mañana pudieran consagrarse.
El magnate inglés se reunió con la federación alemana del automovilismo que presentó dos candidatos, Frentzen y Schumacher. En 1989 les pusieron un objetivo: el primero que gane una carrera en la F-3 obtendría como premio una prueba en un F-1. Schumacher lo consiguió al triunfar en Österreichring (Austria). Se dio el primer chispazo ya que Frentzen lo acusó de haberlo sacado de la pista…
De todos modos el campeonato de ese año de lo llevó Karl Wendlinger, que también llegó a F-1, pero no se lució porque corrió en escuderías poco competitivas. El austríaco sumó 164 puntos y por solo uno superó a Frentzen y Schumacher que empataron en el subcampeonato. En el mano a mano entre ellos los números arrojaron un empate técnico:
Poles positions: F (3) vs. S (2).
Récords de vuelta: F (1) vs. S (0).
Victorias: F (3) vs. S (2).
Podios: F (6) vs. S (7).
Abandonos: F (1) vs. S (0).
Top 10 en carrera: F (10) vs. S (10).
Top cinco en carrera: F (7) vs. S (10).
Al año siguiente Schumi se quedó con el título de la especialidad y nunca le cumplieron la promesa de la prueba sobre un F-1… No obstante él, HH y Wendlinger fueron reclutados por Mercedes que en 1988 y de la mano de la escudería suiza de Peter Sauber volvió con todo al automovilismo grande. Fue en el Campeonato Mundial de Sport Prototipos (hoy WEC), donde la casa teutona logró el título en 1989 y 1990, pero con otros corredores. En los primeros ensayos de los novatos, Jochen Neerpasch, director de competición de Mercedes, recordó que “de los tres, HH era el que más rápido agarraba ritmo, tenía talento natural y parecía que todo le salía fácil. Luego estaban Michael y Karl, en ese orden. De todos modos, los tres eran realmente buenos”.
Sin embargo, en 1990, Frentzen solo corrió una carrera con el Sauber C11 del denominado Mercedes Junior Team. HH priorizó su temporada en la Fórmula 3000 (en ese momento la categoría antesala a la F-1) en el equipo de Eddie Jordan (anoten este nombre).
Más allá de lo deportivo Frentzen mantuvo un buen vínculo con Schumacher. En alguna ocasión se los vio a ambos y a Corinna Betsch, la novia de HH, cuya relación comenzó en marzo de 1989. Ella era una empleada administrativa de una oficina. El periodista alemán Ralf Bach, que en esa época era editor de Auto Zeitung y estuvo muy cerca de ellos y en especial de Schumacher, en 2018 recordó en diálogo con el medio TZ que “a Michael le gustaba escuchar y bailar la música de Marianne Rosenberg (una cantante alemana de pop)”.
La situación fue extraña. Schumacher se sintió atraído por Corinna. Hubo quienes afirmaron que Schumi siempre habría estado al acecho para acompañar a la pareja de Heinz-Harald cuando él no pudo hacerlo. Hasta que un día dio la estocada y le preguntó a la rubia “¿quieres dar una vuelta en moto?”. Fue un viaje sin retorno para la relación de ella con HH. Luego de 19 meses de noviazgo lo dejó por Michael a quien cuida hasta el día de hoy. Su esposo lucha por vida desde el 29 de diciembre de 2013, cuando sufrió el grave accidente de esquí en los alpes franceses.
También en 1991, Schumi tuvo un enfrentamiento con Frentzen en otra situación: debutó primero en F-1. Fue el 25 de agosto con el equipo Jordan. Por su parte HH siguió en la Fórmula 3000, pero con el Team Vortex y redondeó dos malos ejercicios en 1990 y 1991 (18º y 14º). En 1992 y 1993 emigró a la Fórmula 3000 japonesa donde tampoco descolló más allá de estar en una de las principales escuadras como el Team Nova (14º y 9º). Tuvo que esperar hasta 1994 para llegar a la Máxima y fue también con el equipo Sauber y los motores de Mercedes. En ese año Schumacher (con Benetton) alcanzó el primero de sus siete títulos y en 1995 se casó con Corinna. Tuvieron dos hijos, Gina María y Mick, piloto de Fórmula 2 y que sueña con seguir los pasos de su padre.
Hasta que en 1997 llegó la gran oportunidad para Frentzen. Pudo sumarse a Williams, por entonces la escudería más poderosa, en reemplazo del inglés Damon Hill, quien le habría pedido a Sir Frank Williams 8.000.000 de libras esterlinas anuales para renovar su contrato. El team-manager británico no accedió a la solicitud del entonces campeón mundial y su lugar lo ocupó HH, quien habría firmado por 2.500.000 de libras esterlinas para la temporada.
Por primera vez Alemania tuvo dos firmes candidatos a la corona. Y la prensa germana aseveró que Frentzen era el único que con un coche de similares prestaciones podía superar a Schumacher. “Siempre me presioné para poder llegar a la F-1. Creo que si uno no hace su propia presión y no se motiva en forma personal, se va con la mente a otra parte. Por eso es necesaria la presión. A veces más, otras menos, pero siempre hay. Recuerdo que en las primeras pruebas que hice con Sauber en Mugello (autódromo italiano), tenía la presión de demostrarle a la gente que no creía en mí, que podía manejar un F-1”, contó HH a principios de 1997.
Sobre su gran rival, Schumacher, sostuvo que “es un gran piloto, quizá el mejor, y también sabe trabajar el aspecto psicológico de sus rivales, como demostró días atrás al declarar que yo tenía toda la presión para ganar. Pero esas declaraciones ni me molestan, ni me presionan. Solo me motivan más para cumplir con todos aquellos que confiaron en mí. En la pista se terminan las palabras”.
La forma de vida de ambos siempre fue distinta. La sencillez de Frentzen contrastó con la altanería de Schumacher. Frentzen nunca cobró sumas súper millonarias a diferencia de Schumacher. Es cierto que tampoco ganó tanto como él. Ese año la afición alemana estuvo dividida a pesar de que Schumi, ya en Ferrari, peleó por el título hasta la última fecha. Fue aquella polémica definición donde el Kaiser le tiró su auto encima al canadiense Jacques Villeneuve, que era el otro postulante al cetro y compañero de equipo de Frentzen. Por su maniobra el alemán fue desclasificado de la carrera en Jerez de la Frontera (sede del GP de Europa), del campeonato de 1997. La gloria quedó para el hijo del recordado Gilles.
Con la exclusión del puntaje de Schumi, HH quedó como subcampeón. Esa temporada ganó por primera vez (San Marino) y en 1998 siguió en Williams, aunque con un monoposto poco competitivo. En 1999 retornó a las huestes de Jordan (el equipo con el que debutó Schumacher) y con un auto que no fue de punta, consiguió dos victorias (Francia e Italia) y culminó tercero en las posiciones generales. En lo personal también tuvo revancha ya que se casó con Tanja Nigge, con quien tuvo tres hijas Lea, Sarah y Fenja.
Siguió corriendo en F-1 hasta 2003. También recaló en los equipos Prost (2001), Arrows (2002) y culminó donde empezó, en Sauber (una carrera en 2002 y todo 2003). En tanto que corrió en la Argentina en los últimos cuatro años que la categoría visitó nuestro país: fue quinto en 1995, en lo que fue su mejor resultado en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez. Luego abandonó en 1996 y 1997. Y resultó noveno en 1998. En sus diez temporadas en la Máxima largó un total de 156 carreras, consiguió dos poles positions, 18 podios y seis récords de vuelta.
Su campaña siguió en el DTM (Campeonato Alemán de Turismo) y más tarde en carreras de larga duración. Se retiró en 2014 y no se olvidó de los suyos. No se le cayó ningún anillo y manejó uno de los coches fúnebres de la empresa familiar, un Clase E de Mercedes. Y reveló un dato interesante: “Mi hermana Nicole heredó el negocio familiar fundado por nuestro padre (falleció ese año), y yo conduzco el coche fúnebre por las calles de Mönchengladbach. Incluso durante mi campaña en la F-1, más de una vez ayudé a mi papá con su negocio y ahora lo estoy haciendo con mi hermana”, le aseguró al diario Kölner Express.
Más tarde HH se involucró en el rubro de las energías renovables y en 2015 se mudó a una casa que cuenta con recarga solar. También comenzó a probar autos de carrera eléctricos y apuesta a esa alternativa para un futuro en el automovilismo que ya tiene en la Fórmula E como su principal categoría. Suele verse en algunas carreras en Europa, es muy querido por los fierreros, aunque mantiene su bajo perfil.
Sobre la delicada situación que atraviesa Schumacher y su verdadero vínculo, le indicó a Speedweek que “nos parecíamos mucho, pero nunca llegamos a ser amigos. Cuando corríamos nos tratamos con respeto. Tampoco sentí que era lo suficientemente cercano como para contactar a su familia después de su accidente de esquí. Por supuesto que mantengo mis dedos cruzados por él, Corinna y sus hijos”.
Solo en la temporada de 1997, Heinz-Harald Frentzen tuvo un auto de igual o mejor potencial que Michael Schumacher en la F-1. Nunca mezcló en la pista algún rencor por temas personales como el caso de Corinna. En lo deportivo ¿Qué hubiese pasado si habría tenido más chances con autos competitivos? Todo quedó en el terreno de las conjeturas. Lo cierto es que HH fue uno de los que más conoció a Schumi arriba y debajo de los autos.
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