La victoria del Barcelona 4-1 ante el Villarreal le sirvió al equipo para dejar en un segundo plano una semana agitada, con roces entre el plantel y el cuerpo técnico y la noticia de que las negociaciones entre Lionel Messi y la institución de cara a la renovación del contrato ingresaron a la nevera. Antoine Griezmann volvió a ser titular (y anotó un gran gol), la Pulga ofrecio dos asistencias y el elenco de Quique Setién redondeó, al fin, una actuación auspiciosa, que al menos le permitió mantenerse a cuatro puntos del líder Real Madrid.
Tras el encuentro, Josep María Bartomeu, presidente de los culés, dialogó con los medios presentes en el estadio del Submarino Amarillo. Y explotó por cómo se está aplicando la Asistencia Arbitral por Video (VAR), luego del polémico trabajo de la tecnología en la victoria del Merengue frente al Athletic Bilbao (sobre todo en dos participaciones de Sergio Ramos ignoradas por el equipo arbitral) y el gol anulado a Messi en el triunfo blaugrana.
“En el gol de Messi el VAR ha actuado bien, Vidal estaba fuera de juego”, aceptó el directivo. Pero luego arremetió: “El VAR no está dando la talla que todos queríamos. Desde que ha pasado el post confinamiento ha habido muchos partidos que no ha sido equitativo y ha favorecido siempre al mismo equipo, y muchos equipos se han visto desfavorecidos. El VAR debe ayudar al árbitro, durante los últimos partidos todo el mundo ha visto imágenes en las que no se ha utilizado bien el VAR”.
Luego se refirió al caso Messi, tras una semana plagada de rumores. Al delantero, de 33 años, se le vence el contrato en enero de 2021, y todavía no hay acuerdo entre las partes. Los cruces varios sembrados a lo largo de 2020, como la falta de refuerzos de renombre, el entredicho con el secretario deportivo Eric Abidal, el tironeo por la reducción de los sueldos ante la crisis del COVID-19 y la incomodidad con parte del cuerpo técnico (sobre todo con el asistente Eder Sarabia) ampliaron la distancia entre las partes y en Barcelona sonaron todas las alarmas
Incluso comenzaron a crecer las versiones de que clubes como el Manchester City de Pep Guardiola aguardan por la definición de las conversaciones para abrirle las puertas a Messi. Sin embargo, Bartomeu, que en 2021 enfrentará la elección de autoridades en el club, fue tajante.
“No voy a dar detalles, pero Messi ha dicho muchas veces que acabará su vida futbolística en el Barcelona. Estamos centrados en la competición y hay negociaciones con muchos jugadores, Messi quiere seguir y quiere acabar aquí, le quedan muchos años y le vamos a disfrutar durante mucho más tiempo”, aseguró, buscando desalentar definitivamente los rumores.
Según consignaron los medios españoles, Barcelona le ofrece al astro otros dos años de vínculo. En tiempos en los que las economías de los clubes se contrajeron por la problemática disparada por el COVID-19, a Messi no le tocarían lo que percibe anualmente. Además, aseguran que tendrá premios por disputar más del 60% de los partidos de cada temporada (algo habitual en su foja de servicios) y por los títulos que consiga liderando a la escuadra blaugrana, con un bonus más generoso si alza la Champions League.
Y se especula con la posibilidad de que el Barcelona le ofrezca una “prima de renovación”, dado que no percibirá un incremento anual. ¿De qué se trata? De un monto fijo por única vez que los clubes suelen abonarle a los futbolistas que acepten renovar su vínculo una vez que entran en su último año de contrato; es decir, que están a 12 meses o menos de quedar en libertad de acción, instancia en la que Messi ingresa el próximo 30 de junio.
La prima de renovación suele ser un monto importante, dado que representa una compensación ante la decisión del futbolista de no escuchar otras ofertas que pueden ser superiores a la de su actual club. Un ejemplo: hace casi dos meses, Neymar rechazó una oferta de prima de renovación por parte del PSG que ascendía a 100 millones de euros.
Más: el nuevo lazo entre Barcelona y la Pulga incluiría una cláusula especial al final de cada temporada; la misma de la que disfrutó, por ejemplo, Andrés Iniesta. A través de esa, Messi puede evaluar en el epílogo de la competencia fuerte si desea continuar o prefiere romper el vínculo, siempre y cuando no se marche a reforzar un adversario culé en la Liga de España o en las competencias europeas. Iniesta optó por jugar sus últimos años en el Vissel Kobe de Japón.
Pero por el momento todo parece haber entrado en pausa, más allá de que Bartomeu buscó diseminar la paz.
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