Más allá que al fútbol de Suecia se lo asocie con la figura del gigante Zlatan Ibrahimovic, hay otro jugador que marcó una etapa en la selección del país nórdico y que también brilló en clubes importantes del fútbol de Europa. Henrik Larsson, recordado goleador del conjunto nacional sueco, llevó sus conquistas por diferentes lugares del mundo.
Después de comenzar su carrera en el fútbol de su país, desembarcó en el Feyenoord de Rotterdam donde jugó durante cuatro temporadas antes de cambiar de destino: en 1997 se puso la camiseta del Celtic FC, de Escocia, institución en la que se convirtió en una estrella del Viejo Continente gracias a sus goles -marcó 242 en 313 partidos- y los ocho títulos que consiguió con el equipo escocés.
Y fue justamente en su etapa en el fútbol del Reino Unido que Larsson atravesó uno de los peores momentos de su vida y sufrió la muerte de su hermano a causa del consumo de drogas. Así lo contó el ex atacante sueco en diálogo con el podcast The Lockdown Tactics. “Cuando estaba en Escocia mi hermano estaba enganchado a las drogas. Sabiendo las cosas que sabía y tener que salir y rendir cada semana era difícil. Al final, mi hermano murió de sobredosis”.
Ante uno de los escenarios más difíciles, Larsson explicó que necesitó de ayuda profesional para superar tamaña perdida, al igual que para darle soporte emocional a sus padres. “La presión y la preocupación de mis padres cada noche y la mía también. No es fácil y es importante hablar de ello. Es importante compartir cómo te sientes y que te puedan ayudar. Esa ayuda debe ser profesional. Yo acudí cuando mi hermano falleció y me sentía mucho mejor después. Tienes que hablar con alguien y abrirte para que te puedan ayudar. De lo contrario, te sentirás culpable de ciertas cosas”, dijo.
Una vez que superó la muerte de su hermano, a Larsson se le terminó el contrato con el Celtic escocés en 2004. Y fue ahí donde uno de los clubes más reconocidos del mundo tocó su puerta. Aquella versión del Barcelona de Frank Rijkaard que tenía a Ronaldinho, al camerunés Samuel Eto’o y a unos jóvenes Lionel Messi y Andrés Iniesta fue el lugar perfecto para darle un nuevo impulso hacia el final de su trayectoria futbolística.
“Dije que me gustaría jugar en algún sitio caluroso. Pensaba en España pero nunca que el Barcelona iba a venir a por mí. Crecí viendo a Romario, Laudrup, Koeman... Fichar por este equipo fue un sueño que se hizo realidad. Teníamos un equipo fantástico. Los entrenamientos eran increíbles. Ronaldinho hacía cosas que no sabía que se podían hacer un balón. Xavi era bueno pero luego, fue mejor. Iniesta era un crío y Messi también”, recordó Larsson.
Aquellas dos temporadas con el conjunto catalán fueron a puro vértigo para el goleador sueco. Más allá de festejar la obtención de dos títulos de liga y una Supercopa de España, lo mejor para Larsson fue haber sido protagonista del triunfo del Barcelona en la final de la Champions League 2006 frente al Arsenal en la capital de Francia.
“Para mi fue muy especial. Perdí una gran final en Sevilla con el Celtic. No fue una buena experiencia precisamente pero luego pude ganar la final de París, la competición más grande de clubes que puedes ganar. Estaba tan feliz que decidí no beber nada esa noche porque quería acordarme de todo”, dijo el delantero que anotó 19 tantos con la camiseta blaugrana.
Una vez que se despidió de Cataluña, Larsson jugó un puñado de partidos en el Manchester United hasta que volvió a Suecia para retirarse en el club en el que hizo su debut como jugador profesional, el Högaborgs BK, y luego inició su carrera como entrenador en su país natal.
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