Desde la reanudación de la Liga española, el Real Madrid ha disputado sus partidos de local en el estadio Alfredo Di Stéfano de la Ciudad Deportiva de Valdebebas. Esto se debe a que las autoridades del club Merengue aprovecharon la interrupción de la competencia por la pandemia de coronavirus para dar inicio a una serie de obras de gran magnitud en el Santiago Bernabéu.
Las primeras imágenes de los trabajos, compartidas hace alrededor de un mes, sorprendieron a los fanáticos debido a que el estadio mostró una imagen nunca antes vista: sin césped y con una cueva de 30 metros de profundidad en el centro del campo. La construcción de este impresionante túnel tenía como finalidad hacer el espacio para la instalación y puesta en funcionamiento de un moderno sistema de césped retráctil.
Pero, en las últimas horas, este ambicioso proyecto del Real Madrid sufrió un inesperado revés. Según informaron diarios españoles, la idea del césped retráctil deberá esperar al menos un año más para ser una realidad. Es por eso que, en las últimas fotos de la obra que salieron a la luz, la cueva se ve completamente cerrada. El encargado de publicar las imágenes fue Paul Burgess, quien está a cargo del cuidado de las canchas en las que hace de local el equipo Blanco.
Quienes llevan adelante las reformas del estadio advirtieron que la instalación del nuevo sistema de césped implicaba no solamente la colocación de unos rieles especiales, sino también la adecuación de las maniobras a los túneles del subterráneo, ya que el Metro de Madrid pasa muy cerca del estadio. Este último factor agrega una alta cuota de complejidad - y de tiempo extra- a los trabajos.
La idea de los dirigentes del Real Madrid es volver a hacer de local en el Bernabéu en el inicio de la temporada 2020-2021, pautado para mediados de septiembre. Se espera que para ese entonces se permita una cierta cantidad de público, aunque sea un porcentaje mínimo de la capacidad total del estadio. Se calcula que la cuota será de un 30%, por lo que el conjunto Merengue podría permitir el ingreso de unos 25 mil abonados por encuentro, algo que es imposible en el Alfredo Di Stéfano, donde solo entran 6 mil personas. Es por eso que el proyecto del césped retráctil se postergará hasta el próximo verano europeo.
Más allá de esta cuestión puntual, las obras en el estadio del Real Madrid siguen adelante con gran vertiginosidad. Se han desmontado y retirado varias partes de la actual cubierta y el próximo paso será colocar un nuevo techo que tendrá una parte fija (para cubrir todas las localidades) y una retráctil (que tapará todo el campo de juego). Esta, junto a la instalación de un marcador de 360° único en el mundo, es una de las características más importantes del ambicioso proyecto.
Entre otras cuestiones, se ha levantado la estructura metálica de las nuevas torres del paseo de la Castellana, que estarán equipadas con rampas, escaleras mecánicas y ascensores. Estas sustituirán a las actuales torres B y C y servirán para que el tránsito de espectadores sea más fluido. También tendrán una función arquitectónica, ya que serán un soporte estructural de la nueva cubierta.
Además, se ha avanzado en la construcción del nuevo estacionamiento subterráneo, por el que en un futuro ingresarán los micros de los equipos, y se procedió a la demolición del edificio anexo (donde funcionaban oficinas institucionales y una tienda de indumentaria oficial). Allí se levantará un nuevo edificio de diez pisos que estará integrado al estadio.
“Todas estas novedades tienen la finalidad de convertir el Santiago Bernabéu en un estadio vanguardista, con la máxima comodidad, seguridad y tecnología de última generación, y donde los aficionados sigan viviendo experiencias inolvidables”, destacaron desde el club.
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