Poco a poco Mick Schumacher va haciendo su camino dentro del mundo automovilístico. El joven suizo-alemán de 21 años fue creciendo a nivel deportivo con el paso del tiempo a tal punto que está a un paso de alcanzar su debut en la Fórmula 1.
De un perfil bajo, Mick entiende a la perfección quién es su padre dentro del Gran Circo, pero sin embargo, esta dispuesto a soportar la presión de lo que significa ser “el hijo de”, tal como explicó en una carta que publicó en el sitio oficial de Under Armour.
En el texto también aseguró que durante su infancia, mientras daba sus primeros pasos, tanto él como sus padres Michael y Corinna, consideraron apropiado el hecho de cambiar su apellido para que no se lo asociara desde tan pequeño a uno de los máximos referentes del automovilismo mundial.
“Había usado diferentes nombres para una especie de carrera encubierta, mejorar sin demasiada notoriedad de ser ‘el hijo de mi padre’”, reveló Mick, que en ese entonces utilizaba el apellido Betsch de su madre.
“Pero sinceramente, no siento ninguna presión para mantener el apellido o hacer exactamente lo que hizo mi padre. Mi mayor estrés proviene de cómo me pongo pensando en lo que hice mal y cómo puedo mejorar”, reconoció el actual piloto de Prema Powerteam de la Fórmula 2 y miembro de la Ferrari Driver Academy.
“Desde el principio me di cuenta de que quería ser piloto de Fórmula 1, ser campeón. Salté a los karts cuando tenía tres años , tal vez entonces todavía no era un kart real, y pasé a las carreras nacionales a las ocho. Cuando tenía 11, 12 años, sabía que quería hacer esto profesionalmente”, aseguró.
Michael Schumacher se convirtió en una leyenda de la competencia motora más importante del mundo. El heptacampeón es sinónimo de Ferrari, la histórica escudería con la que cosechó cinco de esos siete títulos de forma consecutiva (2000 a 2004).
“La gente vio las revistas y las partes ‘famosas’ de mi papá, lo que entiendo totalmente. Lo entiendo. Quiero decir, corrió cinco campeonatos consecutivos de Fórmula 1 el año después de que yo naciera, y es increíble, ¿verdad?”, reflexionó Mick.
“Pero nunca vi a mi padre sólo como ‘el mejor conductor del mundo’. Él siempre, ante todo, es mi papá. No tomo las lecciones que me ha dado por sentado.”, afirmó el piloto de 21 años y confesó que uno de los consejos que le dio “es mantenerse estable, nunca llegar demasiado alto o demasiado bajo”.
“Al final, tengo confianza en lo que puedo hacer. Tengo que ‘ser’ porque no me he dado otra opción. Estoy enamorado de lo que hago; De alguna manera, he estado haciendo esto durante 18 años de mi vida, y tengo 21 años. Y no me detendré hasta llegar al escalón más alto de ese podio. Estaré rociando el champán y me reiré con mi equipo”, sentenció.
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