No fue el mejor partido de Barcelona, que le ganó con lo justo al Athletic Bilbao para volver a tomar distancia del Real Madrid en la cima de la Liga de España: recién mejoró su nivel en el segundo tiempo, con la frescura que le inyectaron los ingresos de Ricky Puig y Ansu Fati. No fue el mejor partido de Lionel Messi, celosamente perseguido y en un equipo con poco cambio de ritmo para vulnerar a un adversario bien estructurado. Sin embargo, el talento del capitán blaugrana, que este miércoles cumple 33 años, afloró cuando debió: fue el encargado de asistir a Iván Rakitic para el 1-0 final.
Ese enganche dentro del área que favoreció la irrupción del croata para el remate cruzado marcó un nuevo hito en su carrera: el delantero argentino se apuntó la asistencia N° 250 con la camiseta del Barcelona. Un interesante consuelo, dado que no logró anotar su gol N° 700, que se le negó ante el Sevilla y en el Camp Nou ante el Bilbao.
Los números no hacen más que avalar su influencia dentro del conjunto culé que no encuentra su mejor versión, ni la brillante de Guardiola, ni la más utilitaria de Luis Enrique o Ernesto Valverde. En lo que va de la Liga anotó 21 goles (es el actual Pichichi) y ofreció 15 asistencias. Solo en seis de las fechas en las que participó no gritó ni entregó un pase-gol. ¿Cómo le fue a su equipo en dichos encuentros? Perdió tres y empató otros tres.
Tuvo tres interesantes posibilidades de anotar: una jugada individual a los 9 minutos, en la que terminó intentando una vaselina que contuvo el arquero; una típica acción con su sello a los 79′, de derecha a izquierda (su intento combado se fue apenas afuera), y un remate similar tras un eslalon de Ansu Fati, que provocó viento junto al palo. Además, le entregó una excelsa asistencia a Antoine Griezmann, quien definió mal y con el guardameta encima.
Messi también protagonizó una polémica: a los 69 minutos, pisó sin intención a Yeray, quien había ido al piso para disputar el balón. El árbitro Gil Manzano no consideró que hubiera falta y los futbolistas del Bilbao prácticamente no protestaron. Pero la foto fue utilizada, sobre todo por los medios afines al Real Madrid, para marcar una supuesta injusticia.
Si de imágenes hablamos, el partido dejó varias instantáneas que prueban el temor que infunde la Pulga en sus adversarios. Una de ellas se transformó en viral: Messi, rodeado por siete rivales en la puerta del área, intentando buscar un callejón donde filtrar la pelota.
Pero hubo más. Por ejemplo, la foto de la particular barrera que armó el Athletic para evitar un gol de Leo de tiro libre. Ya un clásico, aunque no por eso menos peculiar, estuvo conformada por cinco hombres y otro recostado en el campo de juego, para evitar que intentara el remate rasante, por debajo del salto.
Este sábado, en Vigo, Barcelona volverá a jugar con el objetivo de continuar en la punta del torneo. Y Messi intentará firmar su gol 700, que se viene negando, aunque de todos modos siempre deja perlitas para destacar, como sucedió ante el Bilbao.
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