Mientras se desarrolla el epílogo de la Liga de España tras el parate por la pandemia de coronavirus, Barcelona y Lionel Messi (a través de su padre Jorge) parecen encaminar la negociación por la renovación del vínculo del capitán del equipo, que el próximo miércoles 24 de junio cumplirá 33 años. Luego de meses de turbulencia por las diferencias que se hicieron públicas con la dirigencia del elenco culé, el delantero argentino estaría dispuesto a firmar un nuevo contrato que finalizaría en junio de 2023 (el actual expira en 2021).
El ofrecimiento en danza representa un verdadero supercontrato. Porque en tiempos en los que las economías de los clubes se contrajeron por la crisis disparada por el COVID-19, a Messi no le tocarían lo que percibe anualmente, alrededor de 100 millones de euros brutos. Así lo consignan los medios españoles, que aseguran que tendrá premios por disputar más del 60% de los partidos de cada temporada (algo habitual en su foja de servicios) y por los títulos que consiga liderando a la escuadra blaugrana, con un bonus más generoso si alza la Champions League.
Además, se especula con la posibilidad de que el Barcelona le ofrezca una “prima de renovación”, dado que no percibirá un incremento anual. ¿De qué se trata? De un monto fijo por única vez que los clubes suelen abonarle a los futbolistas que acepten renovar su vínculo una vez que entran en su último año de contrato; es decir, que están a 12 meses o menos de quedar en libertad de acción, instancia en la que Messi ingresa el próximo 30 de junio.
La prima de renovación suele ser un monto importante, dado que representa una compensación ante la decisión del futbolista de no escuchar otras ofertas que pueden ser superiores a la de su actual club. Un ejemplo: hace casi dos meses, Neymar rechazó una oferta de prima de renovación por parte del PSG que ascendía a 100 millones de euros.
Más: el nuevo lazo entre Barcelona y la Pulga incluiría una cláusula especial al final de cada temporada; la misma de la que disfrutó, por ejemplo, Andrés Iniesta. A través de esa, Messi puede evaluar en el epílogo de la competencia fuerte si desea continuar o prefiere romper el vínculo, siempre y cuando no se marche a reforzar un adversario culé en la Liga de España o en las competencias europeas. Iniesta optó por jugar sus últimos años en el Vissel Kobe de Japón.
¿El atacante de la selección argentina se guarda la carta de un posible regreso a su país, para cumplir el sueño de vestir oficialmente la camiseta de Newell’s, el club de sus amores? ¿Le abre la puerta a la Major League Soccer de Estados Unidos, que sueña con tener a Messi y Cristiano Ronaldo en sus filas? Si rubrica el acuerdo, se despediría de Barcelona con 36 años. Incluso allí, si el físico lo acompaña como hasta ahora, podría continuar jugando. Por lo pronto, el plan Messi 2023 de Barcelona está en marcha.
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