Los Boston Celtics vivieron su segunda época dorada en la NBA durante la década de los 80. Es que después de los ocho títulos consecutivos entre el final de los 50 y el comienzo de los 60 de la mano de Bill Russell, y más allá de algunas victorias en los 70, la llegada de Larry Bird le devolvió a la franquicia ese sentido de pertenencia que pocas consiguieron en la liga más famosa del mundo del básquet.
Al final de la temporada 85-86, todo era felicidad en Boston. Después de superar en las finales a los Houston Rockets de Hakeem Olajuwon y Ralph Sampson, el plan para continuar con la dinastía tenía nombre y apellido. Red Auerbach, histórico entrenador de la etapa gloriosa del equipo en el inicios de la liga, y que por entonces era el presidente y gerente general de los Celtics había logrado generar una negociación en la previa al Draft de la NBA para quedarse con el jugador llamado a ser una súper estrella de la competición.
Len Bias, un joven que se había convertido en uno de los mayores prospectos del básquet universitario después de su gran paso por la Universidad de Maryland, esperó a graduarse para presentarse al sorteo de selección de jugadores de la liga profesional con un sólo mandato: ser elegido por Boston y sumarse a un equipo que, ya cansado por las luchas en la cancha contra Los Ángeles Lakers, pedía a gritos una cara nueva para renovar el espíritu de un plantel golpeado por las lesiones y el trajín de los míticos enfrentamientos frente a Magic Johnson y compañía.
Fue así que el 18 de junio de 1986, 24 horas más tarde de ser seleccionado en el puesto número 2 por la franquicia con más títulos en la NBA, Bias se subió al coche de su padre James para volver a Washington. Una vez que arribó al campus de la universidad, Len se reunió con algunos de sus compañeros del equipo de básquet y otros del team de fútbol americano de la escuela. Salió fuera de su residencia para sumarse a un encuentro y regresó, según los testimonios de los otros protagonistas del hecho, cerca de las 3 de la madrugada.
Keith Gatlin, compañero de cuarto del inolvidable número 24 de Maryland, recordó hace algunos años cómo fueron las últimas horas junto al jugador que pretendía generar un impacto tan grande en la NBA como lo había hecho al final de aquella temporada un joven Michael Jordan en los Chicago Bulls. En diálogo con el medio estadounidense The Undefeated, el base del equipo de básquet, dijo: “Cuando nos vimos, lo felicité y le dije que estaba feliz por él. Al estilo típico de Lenny, minimizó todo. Estaba emocionado por ir a un equipo que acababa de ganar un título y parecería que iba a tener la oportunidad de ganar muchos más”.
Aquella noche, Gatlin no fue parte de la fiesta privada que se gestó en la habitación de Bias. “Lo último que me dijo fue: ‘Te veré en la mañana y tomaremos algo de desayuno’. Escuché que algunos de los chicos regresaron a la suite alrededor de las 3 AM. Entraron a su habitación y cerraron la puerta. Me di la vuelta y me fui a dormir”, advirtió uno de los amigos íntimos de la estrella naciente del básquet estadounidense.
Pero lo peor todavía no había ocurrido. “Nunca vi a Lenny tomar nada más que un trago. Nunca lo vi en una situación en la que sentía que tenía que preocuparme”, advirtió su amigo en la publicación del deporte norteamericano. Entonces, ¿cómo se produjo la muerte de un joven atleta de 22 años que tenía garantizado un futuro prometedor?
La respuesta está íntimamente relacionada con un viejo conocido de la infancia de Len. Fue Brian Tribble el chico que se sumó a los festejos en el cuarto del jugador recién elegido por los míticos Celtics. Fue el mismo personaje que, según corroboró la Justicia luego, llevó la droga que Bias consumió al igual que el resto de los participantes de aquel encuentro que pasó de la alegría al dramatismo cuando la figura del equipo de baloncesto de la Universidad de Maryland comenzó a convulsionar luego de haber ingerido cocaína.
Según los reportes de la policía de Washington, Bias se desvaneció en algún lapso entre las 6.25 y las 6.32 de la mañana del 19 de junio hace más de tres décadas. Ese último horario coincide, además, con el registro de la llamada que el propio Tribble hizo al servicio de emergencia denominado 911.”Estoy hablando de las necesidades de una persona, Len Bias necesita ayuda”, dijo el hombre que le proporcionó los estupefacientes a la víctima. “Está bien, no importa cuál es su nombre. ¿Cuál es el problema?”, se escuchó del otro lado de la línea.
Después de varios intercambios de preguntas y respuestas en la comunicación, hubo un tramo que anticipó que la mañana iba a terminar en tragedia. “Por favor, vengan lo más pronto posible. Esto no es una broma”, dijo Tribble, al mismo tiempo que le informó a la persona de emergencias que estaba haciendo todo lo posible para ayudar a su amigo que no respiraba. “Le estoy dando respiración boca a boca, usted puede escucharlo. Este es Len Bias, usted tiene que traerlo de nuevo a la vida. En serio, señor, vengan rápido...”.
Una vez que vinieron al rescate de la joven estrella, nada pudieron hacer los médicos para salvarle la vida. A pesar de haber ingresado a la sala de urgencia del hospital Leland Memorial en Riverdale Park, los intentos fueron en vano. La muerte de Len Bias fue registrada minutos antes de la 9 de la mañana. “Mientras nosotros esperábamos, salió la Sra. Bias. Ella me abrazó y me dijo: ‘Lo perdimos. Prométeme que serás fuerte’. Nosotros lloramos. Golpeamos las paredes. Nos derrumbamos. No era una linda imagen. Seguí pensando: ‘Alguien me está jugando una broma’”, mencionó el amigo y compañero del conjunto universitario Keith Gatlin.
La noticia generó una conmoción en el mundo del deporte de los Estados Unidos. El médico John Smialek, que examinó el cuerpo de deportista, fue certero con su sentencia de muerte. “El Sr. Bias murió de una intoxicación por cocaína que le provocó una interrupción de la actividad eléctrica normal del cerebro que controla los latidos del corazón. Esto resultó en una serie de repentinas convulsiones y paros cardíacos”. Cuatro días después de aquella noche, más de 10 mil personas se acercaron al estadio de la Universidad de Maryland para acompañar a la familia de Len en su despedida.
Rápidamente, las autoridades activaron una investigación del caso que terminó con tres confirmaciones: Bias consumió cocaína de extrema pureza -el estudio indicó un 98%- y Brian Tribble, su amigo de la infancia, fue acusado en octubre de ese 1986 por posesión y por ser distribuidor de droga. Al año siguiente, el estado retiró los cargos contra el hombre que le proporcionó la sustancia que derivó en la muerte de la estrella naciente que la NBA esperó pero que nunca llegó a jugar en la liga. Más allá que su desaparición quedó impune, el Congreso de EEUU promulgó una ley antidrogas llamada la Ley de Len Bias en 1988 que lleva su nombre con la intención de fortalecer el cuidado y la prevención ante el consumo de fármacos.
En los cruces en los que se enfrentaron Jordan y Bias, el número 24 fue un poco mejor en lo estadístico. Nadie con certeza podrá decir jamás que Len habría sido más que Michael en la NBA. Lo que tampoco jamás se podrá saber es si el histórico 23 de los Bulls hubiera sido tan dominante como lo fue a su época dorada si el hombre que estaba llamado a ser su gran rival lo hubiera enfrentado como todos esperaban.
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