“¡Estas son las cosas que te quitan el ánimo y las ganas de seguir trabajando por un futuro mejor! Van a secuestrar a un animal indefenso para comérselo, ¿dónde queda la humanidad en Venezuela, el sentido común y el respeto por lo ajeno? Esta Venezuela no es en la que me crié”.
El entrenador Ramón García Mosquer utilizó sus redes sociales para contar lo ocurrido con Ocean Bay, uno de los caballos emblemáticos del turf venezolano por haber conquistado las dos primeras carreras de la Triple Corona del 2016 en una actuación inolvidable. La noche del domingo se conoció la historia de su robo y tiempo más tarde informó que habían localizados los restos.
Según detalló El Diario, al animal lo hallaron descuartizado y su entrenador denunció que fue raptado para luego ser consumido. En este mismo medio, García Mosquer advirtió que circula un video en espacios especializados del tema donde se ven a los supuestos secuestradores siendo atacados por un grupo de personas y también se visualizan restos del caballo; aunque él confesó que no ha podido mirar la filmación y todavía no existen precisiones de los captores. “Ya no sé qué pensar, dónde quedó mi bella Venezuela”, se había preguntado en redes sociales cuando decidió dar a conocer la noticia del secuestro, antes de enterarse los detalles del macabro desenlace.
El animal había dejado de competir el año pasado y cumplía un rol de semental en el Haras La Alegría, un sitio ubicado en el estado de Carabobo. Según aseguraron, también secuestraron a otra yegua en ese lugar y meses antes había ocurrido un suceso similar con Stellar Babe –la madre de Ocean Bay– en ese recinto especializado ubicado en Güigüe, una ciudad situada a dos horas de la capital Caracas. Estos casos no serían los primeros ocurridos con este tipo de procedimiento en el país, aunque lo acontecido con el animal tomó mayor trascendencia por su historial dentro del turf local.
“Condenamos tan atroz bestialidad. La industria del Hipismo Nacional pierde un pedigree de primer orden en su expansión, en una industria que genera miles de empleos, hoy también azotada por el flagelo de la inseguridad y el hambre desatada”, escribió en sus redes Eleisi Espina, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores Hípicos (Fetrahípica).
“No tengo hijos, pero esto lo estoy sintiendo como si fuera perdido a uno”, se confesó García Mosquer en una entrevista con el citado medio donde recordó sus vivencias con uno de los caballos más emblemáticos de la disciplina en su país tras haber logrado ocho primeros puestos en su trayectoria.
Ocean Bay, nacido en 2013, tuvo su momento más destacado en la hípica venezolana en el 2016 cuando escribió su nombre para siempre en la Triple Corona, la suma de tres carreras clásicas: el Clásico José Antonio Páez, el Clásico Cría Nacional y el Clásico República Bolivariana de Venezuela. El caballo ganó dos y debió desistir de participar en la tercera por una lesión.
“Venía con algunos problemas de salud y por eso nadie pensaba que ganaría. En esa competencia fue el que más dividendo pagó a ganador en la historia del primer Clásico de la Triple Corona José Antonio Páez. No había un caballo que tenía tan poca posibilidad de ganar y lo hizo”, afirmó García Mosquer, quien recordó que el sobrehueso que tuvo el animal obligó a operarlo y tenerlo en reposo durante ocho meses. “Después de la intervención pudo ganar hasta cinco copas”, detalló. Luego, fue destinado al haras donde fue secuestrado el domingo.
“Haras Alegría se encuentra de luto por La desaparición física de su campeón Ocean Bay. Agradecemos a todos los que han escrito y llamado en solidaridad por lo acontecido. ¡Siempre serás recordado Campeón! Gracias por tantas satisfacciones que le diste a tu público. ¡Vuela alto!”, publicaron desde la cuenta oficial del Haras.
Los punteos de casos de similares características en ese país se registran desde el 2016 cuando se hallaron en el Zoológico de Caricuao en Caracas los restos de un caballo descuartizado que había sido reportado como desaparecido horas antes.
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