La serie El Presidente, que subió a su plataforma Amazon Prime y retrata el escándalo de FIFA Gate desde la óptica de Sergio Jadue, ex titular de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile, y con presencia estelar del personaje que encarna a Julio Gondona (el actor Luis Margani), narrador de la historia, generó ruido en el mundo del fútbol, y malestar en la familia de Don Julio, que decidió un millonario juicio a la empresa. “Están utilizando la vida de una persona para lucrar”, informó la responsable jurídica de la familia sobre la presentación que se enmarcará en la caratula de “daños y perjuicios”.
Pero el enojo no se redujo al plano legal. Los seres queridos del ex presidente de la AFA, fallecido en 2014, emitieron un comunicado manifestando “nuestro dolor y repudio con la utilización del nombre, caracterización y datos de la vida privada de nuestro padre, así como con la falsa imputación de actos que afectan su dignidad, buen nombre y honor”.
El escrito, firmado por la familia y dos de sus hijos (Julio Ricardo y Liliana Nélida) busca resaltar los logros de Grondona en su carrera dirigencial, que tuvo a Arsenal de Sarandí e Independiente como plataformas de despegue hacia el sillón de la calle Viamonte que ocupó durante 35 años, y hacia la FIFA, en la que tuvo el rol de vicepresidente. Y descartó las imputaciones que le hace la serie.
“Nunca estuvo involucrado en una causa judicial por algún delito que pusiera en duda su honestidad. Entonces, cuando solapados bajo una cámara, amparados por una abusiva y desnaturalizada libertad de expresión y movidos exclusivamente por un afán exclusivamente económico, pretenden ensuciar su memoria, no hablan de Don Julio, hablan de ellos mismos”, rubricaron.
El cierre del escrito lleva el sello del célebre anillo que llevaba Don Julio: “Como vos decías papá: ‘Todo pasa’. La fama fugaz, malintencionada, dura segundos. La historia, más eterna, nos pertenece. Y nadie puede arrebatárnosla”.
EL COMUNICADO COMPLETO
Ante el estreno el día 05.06.2020 de la Serie “El Presidente”, Liliana Nélida Grondona y Julio Ricardo Grondona, hijos de Julio Humberto Grondona, manifestamos nuestro dolor y repudio con la utilización del nombre, caracterización y datos de la vida privada de nuestro padre, así como con la falsa imputación de actos que afectan su dignidad, buen nombre y honor. La satirización a la que el filme apela, que lo pone como principal hacedor de un esquema de corrupción, encubre un repugnante acto de cobardía, aprovechando el hecho de su fallecimiento para negarle su posibilidad de defensa. Ahora, es mucho más fácil atacar su figura, tergiversando la realidad de los hechos. Don Julio, como se lo conocía, sí fue un hacedor, pero del fútbol local, sudamericano y mundial. Sin su participación, el peso de la Argentina y de Sudamérica, en su conjunto, en este deporte, nunca hubiera tenido la relevancia que adquirió. Por lo demás, participó activa y decididamente en la inserción y desarrollo del fútbol a nivel mundial, de una manera como nunca antes se había pensado. Contribuyó a que el sentimiento futbolístico, sobre todo respecto del seleccionado nacional, ingrese a todas las casas; fomentó el desarrollo de pequeños clubes que ni en sueños hubieran visualizado su participación en un primer nivel; colaboró con que jugadores ignotos, salidos del interior, alcanzaran la categoría de ídolos mundiales. Fue indiscutido por sus pares y respetado por Papas, Gobernantes y personalidades de todas las áreas, tanto nacionales como internacionales. Tuvo críticas, detractores y se contaron historias, que siempre enfrentó y aclaró, cara a cara, defendiendo su dignidad sin nunca rehuir jamás al debate. Nunca estuvo involucrado en una causa judicial por algún delito que pusiera en duda su honestidad. Entonces, cuando solapados bajo una cámara, amparados por una abusiva y desnaturalizada libertad de expresión y movidos exclusivamente por un afán exclusivamente económico, pretenden ensuciar su memoria, no hablan de Don Julio, hablan de ellos mismos. Fue un trabajador incansable, desde su pequeña ferretería hasta el fin de sus días. Fue un padre ejemplar, siempre atento a sus hijos y sus nietos; de esos de “antes”, difícil de encontrar en los tiempos que corren. Eternamente enamorado de Nélida, su esposa, compañera y pilar fundamental de toda su vida. Un amigo entrañable, del que se recibía todo cuando se necesitaba algo. Se fue de esta vida trabajando, de pie, en lo que era su obra y pasión: el Fútbol. Miles lo lloraron y miles lo recuerdan. Está presente en cada estadio y en cada cancha de barrio, como su Club Arsenal de Sarandí, emblema de la superación social y deportiva. Su memoria y trayectoria no se ensucian por una película que “mal-informa” conscientemente para obtener un mezquino rédito económico, que apela a la bajeza de mentir un relato; por personas que solamente buscan beneficios personales sin importarles las demás personas; que no conoce la historia ni menos tienen elementos para justificar sus falsos dichos, sostenidos sólo por la impunidad que la irresponsabilidad les otorga; ni por empresas extranjeras a las que nada importa el sentimiento argentino, pero que siempre encuentran traidores para ensuciar nuestra identidad. Don Julio murió limpio y tiene su lugar en la Historia.
Finalmente, aclaramos que no somos representados por ningún abogado mediático, ni tenemos intención de que el caso, tan caro a nuestros sentimientos, tenga una definición televisiva. Resguardamos el dolor para nuestra intimidad; las ofensas para nuestra paz espiritual y la defensa de nuestros derechos para la Justicia, que es el ámbito donde deben dirimirse estas cuestiones.
Como vos decías papá: “Todo pasa”. La fama fugaz, malintencionada, dura segundos. La historia, más eterna, nos pertenece. Y nadie puede arrebatárnosla.
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