Si uno habla de los argentinos que formaron parte del FC Barcelona, rápidamente se le vienen a la cabeza nombres como Lionel Messi, Diego Maradona, Juan Román Riquelme o Javier Mascherano, entre muchos otros. Sin embargo, hubo una persona que hizo historia en el club varios años antes y desde el otro lado del campo.
Muy querido y respetado por la inmensa familia azulgrana, Nicolau Casaus se convirtió en vicepresidente de la institución en 1978 tras perder en las elecciones presidenciales con José Luis Núñez quien, al ver el enorme carisma y la gran aceptación que tenía entre las masas culé, le ofreció el cargo.
“Así como en el Barcelona, Nicolau Casaus era y fue muy importante para mí en lo que respecta al sector social”, asegura a Infobae Alberto Caloggero, Presidente de la “Penya Nicolau Casaus” de Buenos Aires.
Casaus llegó junto a su familia a Igualada (municipio de Cataluña) en 1918 con tan solo cinco años, procedente de Mendoza. A partir de allí su pasión por el Barcelona fue en aumento a tal punto que fundó su propia peña barcelonista en la ciudad y fue un asiduo activista y defensor del catalanismo durante la Guerra Civil española, postura por la que fue condenado a muerte en una primera instancia.
“Estuve 70 días condenado a muerte, pena que me conmutaron por la de cadena perpetua”, aseguraba en el libro ‘El deporte en la Guerra Civil’ de Julián García Candau. Finalmente pasó cinco años en prisión hasta ser liberado.
Tras recuperar su libertad, continuó con su propósito de difundir la pasión e ideología del Barcelona en cada lugar en donde estaba. “Comenzó a visitar otras peñas, fue aprendiendo y llegó a ser el responsable del área social de las peñas de Cataluña. Todo eso le valieron los votos y la confianza de la gente”, reconoce Caloggero, haciendo alusión a sus dos postulaciones a la presidencia del club.
A pesar de no lograr su objetivo de alcanzar ese puesto, en ambas elecciones se repitió un factor común: no lo querían perder dentro de la institución. En 1965 el presidente ganador Narcís de Carreras lo nombró representante oficial del Barcelona entre las peñas, mientras que en 1978 José Luis Núñez (10.352 votos contra 6.202 de Casaus) le ofreció la vicepresidencia y la responsabilidad del área social.
Durante sus 21 años como directivo se ocupó de hacer hincapié en darle trascendencia al nombre del club a lo largo y ancho del mundo. “Visitaba muchas peñas porque consideraba que cada una era una embajada de Cataluña y Barcelona que tenía que mantener las tradiciones”, explica el actual presidente de la peña barcelonista de Buenos Aires.
“Muchas veces hablé con él en Barcelona. Cada viaje que hacía pedía hablar con él, me recibía y pasábamos largos tiempos hablando del proyecto y las cosas que quería hacer aquí en Buenos Aires y en América”, comenta Caloggero, quien tras tomar las riendas de la “Penya Nicolau Casaus” en 1999, quiso conocerlo personalmente: “Quedé deslumbrado por su claridad en los conceptos que tenía sobre lo que es el FC Barcelona, Cataluña y todo lo que nos da pasión y orgullo”.
SU INFLUENCIA EN EL FICHAJE DE DIEGO MARADONA.
En su estancia dentro de las paredes del club vio desfilar a muchos futbolistas de renombre como Josep Guardiola, Michael Laudrup, Johan Cruyff y Carles Rexach, entre otros, pero sin lugar a dudas, el más sobresaliente fue Diego Armando Maradona quien consideró a Casaus como “su segundo padre deportivo”.
En su nuevo rol como vicepresidente del Barcelona, uno de los primeros viajes del mendocino fue a su país, en medio de los preparativos para la Copa del Mundo que se disputó en 1978 y que tuvo como ganador al conjunto nacional. Durante su estadía, Casaus conoció a un joven futbolista de 17 años que hacía maravillas en Argentinos Juniors.
Desde ese momento, ambos construyeron una gran amistad, “la cual terminó siendo clave en la llegada del talentoso centrocampista al Barcelona”, relató la página oficial del club.
La dirigencia, que consideraba que ese joven tenía talento, pero que aun no estaba preparado para jugar en el primer equipo, se dejó convencer por la insistencia de Casaus y, después de unas extensas negociaciones, el 4 de junio de 1982 Diego Maradona firmaba un contrato como azulgrana, procedente de Boca Juniors.
Según reconoció el sitio oficial barcelonista, durante los primeros días en la ciudad , el Pelusa se instaló en la casa del vicepresidente, a pesar de haber sido uno de los fichajes más caro de la historia: “Para mí, el Sr. Casaus fue mi segundo padre deportivo; después de mi entrenador, él es la persona que más quiero y en el que más confianza tengo”, aseguró en aquel momento.
Con 86 años, su etapa como vicepresidente de la institución iba a culminar en 1999. Año en el que abandonó el cargo al mismo tiempo que se lo nombraba “Vicepresidente honorario del FC Barcelona”. Colaborando específicamente con la parte social, Casaus siguió acudiendo a las instalaciones deportivas hasta 2003. Su delicado estado de salud, y el ascenso de Joan Laporta con su equipo directivo terminaron por alejarlo de “su casa”.
“Siempre hablábamos, siempre me recibía. Pero fue pasando el tiempo, fue empeorando su salud y yo veía cómo se perdía ante mis charlas o preguntas. Los comentarios que hacía a veces no coincidían con las conversaciones que manteníamos”, se lamenta Caloggero.
Finalmente, a los 94 años, el carismático directivo falleció tras padecer una larga enfermedad, por la cual se vio obligado a entrar en un centro hospitalario. “Perdí a un gran maestro, un gran amigo, a una persona que me cambió. Antes de morir yo le juré que, mientras yo viva, la peña barcelonista Nicolau Casaus de Buenos Aires iba a dar de qué hablar”, recuerda Alberto Caloggero.
“A mí no me gusta el fútbol, me gusta el Barça”, “Un partido en el que no está el Barça no me interesa” o “Por encima del Barça, sólo Dios y la familia”, fueron algunas de las frases que salieron de la boca de uno de los argentinos más queridos por el mundo barcelonista.