Casi cinco años después, el ex tenista estadounidense James Blake afirma que jamás pensó que un hombre alto que corría hacia él fuera un policía de la Ciudad de Nueva York vestido de civil. Blake, que ya no jugaba para entonces, se encontraba ese día en la ciudad porque asistía al US Open y estaba parado afuera de un hotel en Manhattan.
“Creí que era un aficionado que corría hacia mí, alguien que iba a decir ‘oye, te ví jugar de este modo o de este otro, estuve en ese partido, mi hijo juega tenis’. Yo estaba sonriendo y tenía mis manos abajo”, recuerda.
Pero Blake, quien es afroestadounidense, fue confundido con un sospechoso implicado en fraudes con tarjetas de crédito. En el video se ve cuando el agente encubierto sujeta del brazo al tenista y lo arroja contra la acera. El jugador queda con la cara en el piso y es esposado.
Ese incidente intensifica la reacción de Blake al video de la muerte de George Floyd, quien pereció poco después de que lo detuviera la policía de Minneapolis la semana pasada.
“Me fui a la cama muy triste, muy deprimido, veía esto una y otra vez. Me desperté a mitad de la noche sin que pudiera dejar de pensar sobre los sucesos ocurridos ahí y los que me sucedieron en 2015. Me entristece ver que ese tipo de acciones de la policía continúan, ese tipo de brutalidad, en particular que afecte específicamente a la comunidad afroamericana y personas de tez morena”, declaró Blake el martes desde su casa en San Diego.
Blake, alumno de Harvard, llegó a ser número 4 en la clasificación mundial, el lugar más alto que alcanzó en esa clasificación (2006). Hoy es director de torneos del Abierto de Miami y dijo que el incidente de 2015 lo transformó en un “activista accidental”.
El ex jugador comenzó a aprovechar su fama para hablar más abiertamente sobre el racismo y la brutalidad policial. “Votar es una forma de avance”, dijo, incluso en las elecciones locales. Blake apoya la protesta pacífica y señaló que tal vez no se hubieran hecho arrestos en el caso de Floyd sin las recientes manifestaciones en Minneapolis y otras ciudades.
También apoya reformas a la policía, como mejoramiento de paga, mejor capacitación y organismos independientes que investiguen las irregularidades de los agentes. En castigo, al policía que derribó a Blake se le descontaron cinco días de vacaciones. “No me parece que una persona como esa deba portar una placa”, dijo.
Señaló que las cicatrices de su experiencia quizá no puedan ser borradas nunca, y piensa en ello con frecuencia. “Me encantaría cambiar esto, pero para lo que me reste de vida quizá me ponga más nervioso cuando tenga un encuentro con un policía”, agregó.
Blake afirmó que la muerte de Floyd subraya cuán afortunado fue por haber sobrevivido a su propio calvario. Se dijo agradecido de que él estuviera solo al momento de aquel incidente sin sus hijas, hoy de 6 y 7 años.
“No les he mostrado el video de cuando me derriban al piso, porque no sé si ellas lo entenderían ahora. Con lo visto en las noticias de la última semana, mi esposa y yo hemos comenzado a pensar cuándo empezaremos a hablar con ellas de muchos de estos problemas: la brutalidad policial y el racismo, y lo que ocurre en este país”, lamentó.
Por Steven Wine (AP)
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