Este martes se cumplió el primer aniversario de la histórica pelea donde Andy Ruiz se convirtió en el primer mexicano en conseguir campeonatos mundiales entre los pesos completos. Sin embargo, en este año ocurrieron polémicas alrededor del púgil, que incluso perdió sus fajas.
El 1 de junio de 2019, un boxeador desconocido sorprendió al mundo del boxeo al noquear al invicto Anthony Joshua. Andy Ruiz, con los complejos de su físico en contra, logró lo que ningún mexicano consiguió en la historia de este deporte hasta ese momento.
Todo comenzó cuando se dio a conocer el dopaje de Jarrell Miller, quien iba a pelear en un principio con Joshua. En ese entonces, el mexicano aprovechó las redes sociales para mandarle un mensaje por Instagram al promotor Eddie Hearn.
“Dame la pelea, voy a pelear más fuerte que cualquiera de los hombres que han mencionado, voy a darle una mejor pelea y voy a vencer a Anthony Joshua", reveló Hearn en la previa sobre la elección de Ruiz, tras conocerse el triple positivo de Miller.
Con este antecedente, el Destroyer se subió al encordado del mítico Madison Square Garden. Aunque besó la lona en una ocasión, el pugilista azteca se repuso para conectar en la humanidad del británico un fuerte golpe en el séptimo asalto que le dio la victoria.
Con esta sorpresiva pelea, Andy se colocó el cinturón de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), el de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y el de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
Después vinieron los miles de escándalos. Primero asistió a una condecoración que le dio el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, donde comentó: “Hice historia para México y quiero que todos sepan que soy mexicano también y ando bien orgulloso de estar aquí”.
Ante el anuncio de una revancha, llegaron las críticas hacia Ruiz por su falta de interés en los entrenamientos y su sobrepeso. Mientras tanto, Joshua disminuyó su peso y se mostraba más fuerte que la última vez que se enfrentaron.
El 7 de diciembre culminó lo que parecía ser un sueño para el mexicano. En todo el encuentro, Ruiz fue dominado por su rival con un exceso de velocidad y movimientos rápidos a lo largo y ancho del cuadrilátero. Aunque no lo noqueó, Anthony venció por decisión unánime en las tarjetas.
“Toda la raza que me anda apoyando, pido perdón, para la que viene me voy a poner más listo y vamos a agarrar la victoria”, enfatizó el púgil azteca después de la pelea. No obstante, ya era muy tarde, pues las ilusiones de una nueva revancha terminarían ese mismo día en la conferencia del británico.
En los siguientes meses aumentó la polémica de su estrepitosa derrota. Sus familiares, estrellas del boxeo y ex campeones pedían que el azteca regresara a los entrenamientos, pero él terminó con la relación laboral con su entrenador, Manny Robles, complicando su regreso al cuadrilátero.
Hubo personas como Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), que buscaron a Andy para conseguir que se levantara del bache. No fue hasta que Eddy Reynoso, entrenador de Saúl “Canelo” Álvarez, lo convenció de que fuera “a su esquina”.
“Vamos a empezar a trabajar sus movimientos defensivos. Hay que trabajar mucho los contragolpes, fintas, más combinaciones, condición física. Hay que trabajar muchos aspectos y esperemos que todo salga bien”, indicó el nombrado mejor entrenador de 2019 en una entrevista con Fox Sports.
Ahora sólo falta un rival para que Ruiz regrese a los encordados. No hay nombres en la lista, pero definitivamente volveremos a ver la fuerte pegada del único mexicano campeón mundial de los pesos completos del boxeo.
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