Barcelona sabe que Lionel Messi será el último ejemplar que dejará el club de aquellas figuras que le dieron forma a uno de los mejores equipos de la historia con Josep Guardiola. Comprende, también, que el capitán es uno de los pocos que quedan que puede transmitir esa filosofía y viralizar entre los jóvenes los valores que se enseñan en La Masía. Leo, a sus 32 años, tiene todavía mucho hilo en el carretel pero no es un secreto que atraviesa sus últimos años como profesional.
Frente a todo ese panorama, en Cataluña hace años que se vienen preparando para desarrollar la llamada era “post Messi”, como bien confesó el propio presidente Josep Bartomeu hace tiempo atrás. La obsesión por alcanzar el fichaje de Lautaro Martínez se encuadra en ese plan mayor que excede el presente absoluto: será otra pieza más de esa columna vertebral para la era post Messi. No hay plan B para ese puesto: el nombre es el de Lautaro.
Los diarios catalanes recuerdan que la primera piedra angular de ese proceso se dio con una contratación que fue un acierto: la elección del joven Marc-André Ter Stegen, quien llegó con 22 años para cubrir la vacante de Víctor Valdés y seis temporadas más es un indiscutible pilar del proceso de transición que tiene a Messi como capitán.
En esa misma línea se dio recientemente el arribo del holandés Frenkie de Jong (23 años) o del brasileño Arthur (23 años), aunque este último no cumplió del todo con las expectativas y podría ser utilizado como moneda de cambio en un mercado de pases que se avizora movido para el Blaugrana ante el reordenamiento de la economía mundial que obligaría a utilizar el trueque entre clubes como una moneda de cambio más habitual que los exorbitantes montos millonarios que se manejaron hasta el presente.
El club tuvo algunos aciertos, pero también algunos tropiezos como la frustrada contratación del otro holandés del Ajax Matthijs de Ligt. A sus 20 años, el defensor finalmente eligió la Juventus y declinó fichar por Barcelona para aprender el rol de líder de la defensa que en el corto plazo quedará vacante ante una obvia salida de Gerard Piqué (33 años).
Ese master plan también incluyó la llegada de Ousmane Dembelé, el delantero francés de 23 años que acumuló más lesiones que alegrías y ahora también podría ser utilizado como una ficha valiosa en un trueque.
La línea de sucesiones tiene como uno de los objetivos encontrar recambios tentadores en La Masía, pero por el momento sólo el delantero de 17 años Ansu Fati consiguió hacer un poco de ruido. Mientras tanto, se espera por la explosión de jovenes talentos como Riqui Puig, Carles Aleñá (hoy a préstamo en Betis) y el defensor Juan Miranda González (cedido en el Schalke 04). Otro de los apellidos que sonaba fuerte como el de Carles Pérez, finalmente fue adquirido por la Roma tras jugar una temporada a préstamo.
Todos estos parámetros son fichas que la directiva tiene en cuenta pensando en éxitos presentes, pero también en dejar una plantilla consistente cuando llegue el momento que más temen: la denominada era post Messi que se cerrará con los adiós de Jordi Alba, Sergio Busquets, Piqué y obviamente el capitán argentino.
El argentino Lautaro Martínez, que ya se hizo un lugar como titular en la selección argentina como acompañante de Leo y Sergio Agüero, será la gran apuesta del Blaugrana para iniciar el relevo de un Luis Suárez (33 años) que recién en el reinicio del torneo volverá tras una larga lesión. Tras gritar 25 goles en dos temporadas en el Inter, Barcelona está dispuesto a hacer una serie de movimientos para cerrar su llegada por más que tenga que transferirle a la entidad italiana dos o más jugadores.
De Jong y Lautaro –sin dejar de lado a un Ter Stegen con 28 años recién cumplidos tiene nivel para sostenerse varios años más– son parte de esa nueva columna vertebral a la que todavía le faltan piezas esenciales. Sin embargo, todavía hay tiempo por delante para encontrar a aquellas que encajan a la perfección aunque eso demande más pruebas y errores.
El proceso de Guardiola quedó lejos en el tiempo y la directiva sabe que el gran secreto del éxito se esconde en la transmisión de la filosofía. Aquella que Josep aprendió de Johan Cruyff y le trasladó a Messi, Iniesta o Xavi, el gran señalado para ser entrenador del equipo en el corto plazo y quien ya dio su bendición mediática para el arribo de Lautaro.
Seguí leyendo: