De Alemania al mundo. La Bundesliga ha vuelto a reactivar su temporada 2019/20 y se ha convertido en la primera liga de fútbol de élite que hace nuevamente rodar su pelota en plena pandemia de coronavirus. El balón no se detuvo en países como Turkmenistán, Bielorrusia o Nicaragua, pero el regreso del campeonato alemán significa la vuelta de un certamen deportivo de difusión mundial y es también el inicio de una nueva era. Se han jugado cinco partidos de los nueve correspondientes a la Fecha 26 y eso ha permitido ver el desarrollo de varios protocolos sanitarios para evitar los contagios de COVID-19, medidas que podrían replicarse durante un largo período, quizás por meses o incluso por más de un año, y en varios torneos de alto nivel.
Después de varias semanas de entrenamientos condicionados y la realización de miles de pruebas entre futbolistas, técnicos, fisioterapeutas y personal de los equipos, la liga alemana ha decretado su regreso con casi un mes de antelación de las fechas que manejan a mediados de junio para su reanudación tanto la Liga de España, como la Serie A y la Premier League. Aún sin la creación de una vacuna, la Bundesliga ha logrado adaptarse a los tiempos que corren e implementó algunas modificaciones que podrían acabar convirtiéndose en la normalidad. Alemania marca el camino entre la inevitable incertidumbre con estos cambios profundos:
• DESINFECCIÓN DE PELOTAS Y DISTANCIA PREVENTIVA
Después de varias semanas de entrenamientos bajo estrictas normas sanitarias y con restricciones para evitar contagios, como quedar concentrados en hoteles o centros deportivos, o cumplir en sus hogares con normas muy detalladas de confinamiento –por ejemplo, un DT no pudo dirigir por salir a hacer compras–, los equipos de la Bundesliga hicieron su regreso a la competencia.
La vuelta fue bajo algunas normas, como el uso obligatorio de mascarillas en todos sus integrantes, que se dividieron en varios autobuses para respetar el distanciamiento social. Además, la entrevistas en la previa del partido se hicieron a distancia y los balones fueron desinfectados antes, durante y después de la disputa de los partidos.
• TRIBUNAS VACÍAS O CON HINCHAS DE COTILLÓN
Todos saben que uno de los grandes atractivos son las atmósferas y el calor del público. Pero en tiempos de coronavirus, el fútbol será a puertas cerradas. Y el contraste fue muy impactante en la Bundesliga, un certamen que tiene un promedio de más de 40.000 personas por partido en los últimos 15 años.
Esta jornada particularmente contó con la disputa del Clásico del Ruhr entre Borussia Dortmund y FC Schalke 04 en el Signal Iduna Park, un estadio que tenía un promedio de asistencia de 81.154 personas esta temporada. Lo habitual en un partido de esta magnitud era escuchar a los aficionados alentar constantemente, pero esta vez los únicos sonidos fueron los impactos al balón y los gritos entre los jugadores, lo que se repitió en cada estadio en los que hubo acción este sábado.
Pero también hubo equipos, como el Borussia Mönchengladbach, que se las ha ingeniado para simular la asistencias de sus fanáticos con 12.000 recortes de cartón que llenaron el Borussia-Park para su próximo duelo que será ante el Bayer Leverkusen el 23 de mayo.
• EL JUEGO ROMPIÓ EL DISTANCIAMIENTO
Una de las cuestiones más extrañas en el regreso del fútbol de Alemania a la competencia ha sido que los jugadores han respetado al máximo las distancias en el túnel de vestuarios, antes del inicio de los partidos –no hubo saludos protocolares ni mascotas y los equipos salieron en tandas diferentes al césped– y hasta en los festejos de goles, donde se vieron mayormente choque de puños y codos, pero la esencia del juego y su dinámica los ha forzado inevitablemente a tener que chocar con rivales.
• MASCARILLAS PARA TODOS
“Tendré que quitarme la mascarilla justo antes de empezar a gritar y volver a ponérmela justo después de dejar de hacerlo. No va a ser fácil. Tendré que practicarlo un poco”, había bromeado Julian Nagelsmann, DT del RB Leipzig, antes de la Fecha 26. Todos los entrenadores de la Bundesliga tuvieron usar mascarillas hasta el momento de dirigir, solo ahí pudieron quitársela.
No obstante, una de las imágenes más recurrentes en esta vigesimosexta jornada ha sido que todas las personas que estuvieron implicadas en el desarollo de los partidos, incluso los suplentes, recogepelotas y ayudantes, estuvieron con la boca y la nariz cubiertas.
• EL FÚTBOL DE LOS CINCO CAMBIOS
Unos días antes del reanudarse la competición, la Deutsche Fussball Liga (DFL) confirmó oficialmente que la Bundesliga y la 2. Bundesliga iban a hacer uso de la posibilidad de los cinco cambios que ha abierto la FIFA para cuidar el físico de los futbolistas. Los clubes alemanes no dudaron en aplicar esta variante y, por ejemplo, en el 'Clásico del Ruhr’ ingresaron nueve jugadores: cuatro del Dortmund, cinco del Schalke.
En el resto de los partidos, el FC Augsburg, Hoffenheim, SC Freiburg y el Fortuna Düsseldorf hicieron cuatro cambios, mientras que Eintracht Frankfurt, Borussia Mönchengladbach, SC Parderborn y Hertha Berlin también aprovecharon los cinco. Cada vez que un jugador salía de la cancha debía colocarse una mascarilla e ir al banco de suplentes. Eso sí, la totalidad de las sustituciones solo pudieron hacerse en tres oportunidades, algo que garantiza que la cantidad máxima de interrupciones del juego sean las mismas de siempre.
Hay una intención de no modificar demasiado un deporte que tiene más de 150 años de vigencia, pero es inevitable ante una pandemia que ha cambiado al mundo. La Bundesliga ha dejado postales que que probablemente se repliquen en cada rincón del planeta donde vuelva a rodar el balón. Nos ha mostrado al fútbol en tiempos de coronavirus.
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