A pesar de las quejas de su presidente, Dana White, la UFC se vio forzada a interrumpir su actividad durante ocho semanas a raíz de la pandemia de coronavirus. Sin embargo, tras conseguir las autorizaciones pertinentes de parte de las autoridades, la compañía de artes marciales mixtas más importante del mundo reanudó sus peleas este sábado por la noche en el Jacksonville Veterans Memorial Arena del estado de Florida, Estados Unidos.
El evento UFC 249 fue programado sin público y bajo estrictas medidas sanitarias, con el objetivo de cuidar la salud de los peleadores y de todos los involucrados en la organización. En total, serán tres jornadas de peleas. El miércoles 13 de mayo será la segunda y tres días más tarde, el 16 de mayo, la tercera.
Las 15 mil butacas vacías le dieron un marco inusual a una competencia en la cual los espectadores son actores fundamentales con sus gritos, aplausos y ovaciones. Antes de ingresar al recinto, a todos los participantes del evento (peleadores, entrenadores, auxiliares, periodistas, camarógrafos y empleados, entre otros) se les tomó la temperatura.
Una vez que comenzaron la peleas, estas tuvieron un desarrollo bastante similar al acostumbrado. Los peleadores, los jueces y el presentador no usaron tapabocas, aunque sí lo hicieron los integrantes de los equipos. Las imágenes de la televisión permitieron ver cómo algunos de los auxiliares se quitaban esa protección a la hora de dar indicaciones. No faltó la modelo que sostiene el cartel con el número del round -que en esta ocasión fue Brittney Palmer-, aunque esta vez no ingresó al octágono, sino que permaneció a un costado del mismo.
Al terminar cada contienda, hubo abrazos entre los protagonistas y sorprendió la cantidad de gente dentro del octágono (se llegó a ver, incluso, hasta a diez personas en el reducido espacio), algo que se contradice con las recomendaciones de distanciamiento social emitidas por los distintos organismos de salud locales e internacionales. Sin embargo, la limpieza y desinfección del reducto fue constante.
En la previa del evento, UFC dispuso una serie de medidas sanitarias como la reducción a la mitad de la dotación de personal. También se dispuso que a al llegar a Jacksonville, Florida, todos los peleadores, entrenadores, auxiliares, periodistas, camarógrafos y empleados fueran llevados a un puesto de revisión en el cual se les tomó la temperatura y se les sacó sangre para una prueba de anticuerpos. También se les hizo un hisopado a través de las cavidad nasales. En uno de esos controles, el luchador brasileño Ronaldo Souza dio positivo y lo mismo sucedió con dos de sus asistentes. Como era de esperarse, el sudamericano fue apartado de la velada.
Una vez en el hotel, todos los involucrados en el evento debieron respetar un estricto aislamiento y distanciamiento social.
La velada de UFC 249 comenzó con los combates preliminares para luego dar inicio a la cartelera estelar con las peleas de Henry Cejudo vs Dominick Cruz, Francis Ngannou vs Jairzinho Rozenstruik, Jeremy Stephens vs Calvin Kattar y Greg Hardy vs Yorgan de Castro. El plato fuerte será la contienda entre los norteamericanos Tony Ferguson y Justin Gaethje por el título interino de peso ligero. El Cucuy Ferguson es el máximo retador al cinturón de la categoría y su pelea iba a ser contra el ruso Khabib Nurmagomedov, dueño de la corona que no pudo salir de su país ante las restricciones en los vuelos por causa de la pandemia que golpea al mundo. El vencedor deberá unificar las coronas luego contra The Eagle.
Cabe destacar que en Florida las autoridades permiten los eventos deportivos sin espectadores si toman medidas de prevención frente a la pandemia de COVID-19. A la fecha, Estados Unidos registra más de 1.300.00 casos confirmados de coronavirus y ha superado las 79 mil muertes.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: