Son momentos de mucha incertidumbre, hasta los científicos carecen de absoluta certeza sobre el desarrollo, la cura y el impacto de la pandemia de coronavirus, lo que alimenta las inseguridades en torno a la práctica del deporte profesional… ¿Es el sudor un transmisor del COVID-19? ¿Escupir dentro de un campo de juego será prohibido por los reglamentos? ¿Se terminarán las celebraciones multitudinarias, los abrazos, saludos e intercambios de camisetas? Hay respuestas poco certeras para tantos interrogantes pero la golpeada industria del fútbol necesitaba reactivarse y Alemania ha dado el primer paso. La Bundesliga confirmó que se retomará su torneo el próximo sábado 16 de mayo bajo estrictas medidas de seguridad e higiene con el fin de completar su temporada 2019/20 y evitar una catástrofe económica. Se ha convertido en la máxima referencia para el fútbol y otros deportes de equipo en los que no se puede usar mascarillas ni mantener las distancias constantemente.
Desde la Deutsche Fussball Liga (DFL), el organismo que regula la primera y la segunda división del fútbol germano, reconocieron que el plan de juego elaborado junto a la compañía de medicina deportiva Task Force ha generado interés de otras ligas del mundo. Son pioneros e inevitablemente su modelo de higiene podría marcar el camino en varias disciplinas profesionales. No obstante, también es cierto que los recursos nacionales le permiten a la Bundesliga llevar adelante esta revolucionaria iniciativa. “Podremos volver a jugar porque tenemos la suerte de vivir en un país que tiene uno de los sistemas sanitarios más modernos y más eficaces del mundo lo que, si somos honestos, muchos no veíamos así antes de esta crisis”, reconoció Christian Seifert, presidente de la DFL.
Es cierto las políticas de Estado en Francia ha obligado a la Ligue 1 a decretar como campeón al PSG y que las de Holanda derivaron en el cierre de la Eredivisie sin vencedor ni descensos. En Argentina, por caso, también debió darse por terminados todos los torneos. Pero también hay varios países en los que los futbolista han vuelto a los entrenamientos, ya sea individuales o grupales, pero ocupando las instalaciones de sus respectivos clubes. Alemania marcó el camino en este sentido porque hubo elencos que empezaron con trabajos individuales a fines de marzo, avalados por el gobierno de sus respectivas regiones. Entre el 23 de marzo y el 6 de abril, los 36 clubes que componen la Bundesliga y la 2. Bundesliga hicieron su retorno.
Comenzaron con grupos de cuatro o cinco jugadores, sin contacto físico –en ejercicios o saludos entre compañeros– con los participantes llegando en auto particular 15 o 20 minutos antes de comenzar y retirándose inmediatamente después de terminar. Sin ducharse en los vestuarios, ni actividades extras (desayunos, almuerzos o charlas colectivas). Tampoco se permite el acceso del público o a la prensa. Todos los clubes incrementaron las tareas de limpieza y desinfección en las zonas comunes de sus ciudades deportivas. A esto se le ha sumado la capacidad de realizar test masivos, con una disponibilidad de 20.000 pruebas semanales –solo representa el 0,4% de la capacidad de prueba disponible en el país–, que han permitido aislar a las personas contagiadas. En una primera tanda de 1.700 pruebas hechas a jugadores y otro personal del equipo, como el cuerpo técnico y fisioterapeutas, hubo 10 positivos de COVID-19. En la segunda tanda solamente dos casos. Esto ha posibilitado a clubes, como por ejemplo el FC Bayern München, a dar inicio a los entrenamiento grupales para terminar de ponerse a punto para la competencia.
Estas medidas precursoras se replicaron en otros campeonatos como en la Liga de España, que recién esta semana pudo concretar su regreso a los entrenamientos porque el Consejo Superior de Deportes (CSD) aprobó un protocolo de cuatro fases para volver a la actividad. En los últimos días se ha puesto en marcha la Fase 1, en la que los deportistas se realizaron pruebas de diagnóstico de coronavirus. Todos los resultado que den positivo van a quedar fuera de las prácticas, aún siendo asintomáticos. Ese fue el puntapié de cara a los trabajos físicos individuales que ya empezaron en el FC Barcelona, Real Madrid y el resto de los cuadros españoles con cuidados específicos similares a Alemania, como la utilización de tapabocas y guantes en los recintos o el guardado de la ropa de entrenamiento en una bolsa biodegradable que una vez usada debe ser devuelta a la oficina de limpieza en ese mismo empaque.
Distinta es la situación en países como Italia e Inglaterra. No todos los clubes han vuelto al trabajo en la Serie A. Por ejemplo, Sassuolo, Bologna y Parma, todos pertenecientes a la región de Emilia Romagna –de las zonas menos afectadas–, han confirmado sus planes de reanudar los entrenamientos esta semana con el aval del Gobierno regional. Los jugadores de otros equipos, como Juventus, Atalanta e Inter de Milán, han empezado a acudir a las instalaciones para entrenarse de manera individual pero solamente al aire libre. Es similar a lo que hizo el Arsenal FC, único club de Inglaterra que rompió con el confinamiento obligatorio del gobierno de Reino Unido. El resto de los clubes de la Premier League están a la espera de que el primer ministro, Boris Johnson, haga el anuncio este domingo 10 de mayo de las nuevas recomendaciones acerca del confinamiento para llevar adelante el ‘Project Restart’. La liga inglesa espera que el regreso a los entrenamiento sea el lunes 18 de mayo y el campeonato se retome aproximadamente tres semanas después, el 12 de junio.
Las medidas gubernamentales y las condiciones sanitarias juegan un papel principal en el desarrollo del deporte. Así como atan de pies y manos a la Premier League, también limitan el regreso del fútbol en varios países del continente americano. En la Major League Soccer (MLS) de Estados Unidos han retomado los entrenamientos esta semana, pero son un oasis en el desértico panorama que ofrecen países como Brasil, Argentina, Colombia, México y otros de la región que todavía no han profundizado en el avance del reinicio de la acción más allá de los matices de cada caso. Pero estos mismos factores políticos también han dado impulso a la Bundesliga en la confección de su operativo de retorno.
EL PROTOCOLO PARA JUGAR LOS PARTIDOS
El Gobierno alemán evaluó positivamente el plan de la Bundesliga para completar la temporada antes del 30 de junio, con partidos sin público y bajo estrictas medidas de higiene que permitan reducir el contagio en medio de la disputa de las nueve fechas restantes de la temporada 2019/20, que tienen al FC Bayern München como líder pero con el Borussia Dortmund a solamente cuatro puntos y con seis puntos de diferencia entre los primero cuatro clasificados. Serán nueve jornadas en 43 días, donde solamente se contempla jugar cada 72 horas en tres ocasiones. Mayormente habrá descansos de entre cinco y siete días.
Este catálogo de medidas de prevención que empezó en los entrenamientos, ahora se extiende a la concentración en los hoteles, viajes al estadio y disputa de los partidos. Christian Seifert garantizó que el riesgo de infección para los jugadores es “extremadamente bajo” y la DFL publicó un documento con todas las normas a seguir para concretar la vuelta, además de garantizar que toda persona que participe en los entrenamientos o en los día de partido será sometida al menos una vez por semana a pruebas para detectar posibles contagios. Si un jugador o un miembro del cuerpo técnico de un equipo se infecta con COVID-19 durante la temporada, quedará aislado, se le harán pruebas al resto de integrantes de su club y continuará con la actividad.
Básicamente el plan para los días de partido se ejecutará con 98 personas en el campo de juego: 22 jugadores, 18 integrantes de los equipos en los banquillos, 5 árbitros, 20 auxiliares, 4 recogepelotas (antes había 8), 3 personas de limpieza, 3 fotógrafos, 4 enfermeros, 4 personas de seguridad y 15 encargados de la puesta en escena tecnológica, entre integrantes del VAR y la señal de TV. A estos hay que sumarle el resto de implicados que van a estar por fuera del campo de juego, pero no habrá más de 300 personas en cada partido. Incluidos los periodistas. La acreditación de la prensa será responsabilidad del club local en coordinación con la asociación local de periodistas deportivos alemanes, aunque la sala de prensa y la zona mixta permanecen cerradas. Habrá una conferencia de un jugador al término del partido pero de forma virtual.
No solamente eso, han dividido a los estadios en tres “Zonas”. La ‘Zona 1’ es la más cercana al campo de juego: el propio césped, banco de suplentes, túnel de vestuarios, etc. Por su parte, la ‘Zona 2’ comprende toda la estructura del estadio, como las tribunas, zona mixta y pasillos, salas de control. Y la ‘Zona 3’ es exterior del estadio, o sea el estacionamiento para los móviles de TV y el resto de la áreas que están por fuera. La razón de esta segmentación es que no puede haber más de 100 personas en cada zona al mismo tiempo.
En complemento con la regulación de la cantidad de personas y la ocupación de los sectores, se tomarán medidas específicas: se controlarán temperaturas en el estadio, se confeccionarán botellas de agua con el nombre de cada futbolista, no habrá mascotas ni niños que acompañen a los jugadores al salir a la cancha, tampoco se harán las fotos grupales antes de empezar ni saludos protocolares. Las personas en el banco de suplentes tendrán que dejar uno o dos asientos libres para respetar las distancias. En las últimas horas, la FIFA aprobó que cada equipo pueda realizar cinco modificaciones por encuentro para preservar el físico de los deportistas aunque ponerlo en práctica dependerá de cada organización.
Hay algunos planteles que podrían quedar concentrados de forma permanente, confinados en las instalaciones de sus clubes antes de volver al ruedo. También la Bundesliga ha solicitados que los clubes tengan hoteles a su disposición o plantas exclusivas para los equipos.
Resta ver cómo se desarrolla la actividad bajo estas normas que podrían replicarse a lo largo y a lo ancho del mundo, aunque también pueden servir como modelo pero ser adaptados a criterio personal de cada país. Como en Corea del Sur, donde han sido extremadamente rigurosos en el regreso de la competición. “Está prohibido escupir o sonarse la nariz en exceso y los jugadores deben abstenerse de mantener conversaciones cercanas”, señaló el oficial de comunicación de la K-League, Woo Cheoung-sik, aunque admitió que no podrán castigar esto con amonestaciones. Esto podría extenderse posiblemente a otras ligas, como la Premier League, que evalúa prohibir incluso intercambiar camisetas al final de partidos o festejar goles en grupo, según informó The Telegraph en las últimas horas al filtrar algunas de las apreciaciones que estarían incluidas en el denominado ‘Project Restart’ que todavía no se conoció oficialmente.
En una semana, la Bundesliga llevará a la práctica sus medidas y expondrá ante el mundo un protocolo que podría servir de guía para el deporte mundial. La DFL ha impulsado la reanudación en todo momento porque consideraba vital que vuelva a rodar la pelota para garantizar la supervivencia económica de una industria que emplea en Alemania a 56.000 personas. Si las nueve últimas jornadas de Bundesliga se completan con éxito, los clubes alemanes recuperarán 300 millones de euros de derechos de televisión y, en algunos casos, evitarán la bancarrota. Y no solamente eso. El mundo del deporte tendrá un espejo en donde mirarse para dar pelea en tiempos de coronavirus.
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