En pleno reverdecer de las hazañas de Michael Jordan y los Chicago Bulls por el éxito de la serie documental “The Last Dance”, Mark Cuban, el excéntrico dueño de los Dallas Mavericks, reveló la oferta que le hizo a Su Majestad y pudo haber provocado un inesperado giro en el epílogo de la carrera del astro.
Sucedió en el momento en el que MJ decidió encarar su tercer regreso a la NBA, en los albores de la década del 2000. Luego de haberle ofrendado seis anillos de campeón a la liga de baloncesto más competitiva del mundo, optó por volver a sacudir la disciplina con la camiseta de los Washington Wizards. Sin embargo, cuando ya blandía la pluma para firmar su vínculo, apareció un nuevo actor en escena.
“El día que estaba firmando por los Wizards, en 2001, su agente David Falk me dijo: “¿Por qué no te reúnes con él?”. Así que me fui a la oficina de Falk. Tenía todos los papeles para firmar por los Wizards y ahí estaba yo, intentando convencer a Jordan para que no firmara y se viniera a los Mavericks”, contó Cuban en una entrevista con CNBC.
Cuban le había comprado la franquicia de Dallas a Henry Ross Perot Jr el 4 de enero del año 2000: para transformarse en el accionista mayoritario desembolsó 285 millones de dólares. Y quería generar un gran impacto. Por eso jugó fuerte e intentó persuadir a Jordan. “Vamos a ser creativos y agresivos y a hacer todo lo necesario para ganar”, le dijo,
En ese momento, los Mavericks contaban con un elenco prometedor. Integraban sus filas un tirador como Michael Finley, el dos veces MVP de la liga Steve Nash y el alemán Dirk Nowitzki, quien a la postre se transformó en una bandera de la franquicia. Pero Cuban no logró su cometido.
“Era un hombre de palabra y no iba a dar vuelta atrás su decisión, por lo que la reunión fue muy, muy corta”, se lamentó el empresario. Jordan disputó dos temporadas en los Wizards y, si bien no consiguió exhibir un nivel similar al de los 90, alcanzó números más que interesantes para un atleta de 38 y 39 años.
En su primer año promedió 22.9 puntos y 5.7 rebotes. En el segundo, 20 unidades y 6.1 recobres, con un 43% de efectividad en tiros de campo. Un epílogo a la altura de Su Majestad, que pudo haber cambiado de destino en el cierre de su brillante trayectoria.
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