La serie documental The Last Dance devolvió a la superficie la grandeza de los Chicago Bulls de Michael Jordan, Scottie Pippen y Dennis Rodman, con Phil Jackson como entrenador. El show reverdeció la gloria de las estrellas de la NBA, alimentó a los nostálgicos y presentó la estatura de tamaños atletas ante nuevas generaciones. Y, al mismo tiempo, profundizó en el perfil particular de cada personaje.
El excéntrico Gusano acaparó la atención de los capítulos 3 y 4. Con una historia de película (vivió en la calle, se quiso suicidar, tuvo romances tormentosos con celebrities como Madonna y Carmen Electra, fue actor de cine y terminó casi en bancarrota), el perfil del Gusano hechiza a los fanáticos y hasta a los que poco conocen de baloncesto.
Jason Hehir, director de The Last Dance, dialogó con ESPN y relató las dificultades que pasó la producción para acceder al testimonio del ala pivot. “Entrevistar a Dennis Rodman es como entrevistar a un gato salvaje. No está mirando nunca al mismo lugar, tiene esas grandes ojeras puestas. Todas las declaraciones volvían a Kim Jong-un (el polémico líder de Corea del Norte) y cómo él iba ser considerado en los libros de historia. Entonces yo estoy como, ‘No. Estamos hablando es de los Pistons. ¡No de Corea! ¡Quédate conmigo!”, detalló entre risas cómo intentó exprimir las vivencias de Dennis.
Fueron varios los meses que Hehir invirtió para tardó dos meses en poder conseguir la entrevista con el ex Chicago Bulls. Finalmente, cuando accedió a hablar, le abrió la puerta a una nueva odisea. “Se presentó dos horas tarde. Salió del auto, caminó, me sentí como si viera un fantasma, pasó junto a mí... Parecía que recién se había levantado. Dijo: ‘¿Para qué sirve esto?’ Le habíamos dicho una y otra y otra vez que era para un documental sobre los Bulls. Y me dijo: ‘Ok, te doy 10 minutos’", describió el realizador el momento más tenso de la relación.
“Cada página con preguntas demoraba una hora. Y tenía 11 páginas”, reveló. Buena parte del documental peligraba ante la actitud de Rodman. Sin embargo, todo se aflojó luego de que pusiera dos requisitos para comenzar a responder.
“Así que se sienta, solo estoy hablando con él y dice: ‘Necesito un sándwich de atún de Subway y un poco de té de manzanilla’, Le dimos el sandwich, el té y al final hablamos por tres horas. Es un personaje interesante para entrevistar", concluyó la anécdota.
El tiempo compartido con el Gusano, más las opiniones de sus ex compañeros y diferentes piezas de la dinastía Bulls, le permitieron a Hehir diseñar una radiografía acabada sobre Rodman. “Hicimos toda una historia sobre cómo Dennis se transformó en Dennis. Jordan no fue una figura paterna, pero él sí necesitaba al menos a alguien que le dijera qué hacer y qué no, a qué hora tenía que estar para cenar en su casa a la noche. Dennis podía estar todo el día dando vueltas por el vecindario, tirándoles rocas a los vecinos, o aterrorizando a las mascotas, pero sabía que tenía que estar de vuelta a la hora de la cena porque se lo decía Michael; fue la figura de autoridad que necesitaba”, apeló a una analogía para explicar la relación entre el interno y Su Majestad.
“Rodman es un ser emocionalmente frágil; esos tatuajes son una armadura”, concluyó.
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