La expectación por una velada de boxeo en vivo y el miedo a la pandemia de COVID-19, firmaron un “empate” en Nicaragua, ya que por un lado la velada se desarrolló con éxito, pero por otro no atrajo al público esperado, a pesar de la promoción gubernamental, que incluyó entrada gratuita.
El espectáculo, que llamó la atención más por la controversia de realizarse en medio de la pandemia, que por la calidad de los boxeadores, destacó por las medidas sanitarias antes y durante el evento en el que se guardó un minuto de silencio por las víctimas de COVID-19 en el mundo.
Casi todos los boxeadores desfilaron desde los vestuarios hacia el cuadrilátero con mascarillas en sus rostros, y solamente se las quitaron cuando iniciaban los combates, algo inédito en el boxeo internacional.
Las mascarillas también fueron utilizadas en todo momento por los asistentes de los púgiles, quienes además cubrieron sus manos con guantes de látex. La mayoría de los árbitros, así como el presentador, subieron al entarimado con mascarillas para evitar un posible contagio.
Contrario a la costumbre del boxeo, de exhibir a mujeres portando los números de cada asalto, en esta velada lo hizo una sola joven, vestida de manera sobria, con su rostro oculto detrás de una mascarilla quirúrgica.
RESTRICCIONES
Previo al inicio de la velada, cada persona que ingresó al Polideportivo Alexis Argüello, en Managua, lo hizo con una mascarilla en su rostro, y debió desinfectar las suelas de sus zapatos en una alfombra con cloro, así como sus manos con alcohol.
Las personas que registraron temperaturas corporales sobre los 37 grados Celsius fueron rechazadas.
Adicionalmente los visitantes fueron obligados a mantener el distanciamiento social de al menos un metro y medio, incluso en las butacas, tal como había anunciado el promotor de la velada, el ex bicampeón mundial de boxeo Rosendo Álvarez.
Dichas medidas contradijeron la política de no restricciones ni prevención ante la pandemia, establecida por el presidente Daniel Ortega, cuyo Gobierno garantizó que la velada fuera transmitida a nivel internacional.
A pesar de los cuidados sanitarios, pudo observarse una relativamente pobre asistencia al “Alexis Argüello”, que tiene capacidad para albergar a 8.000 personas.
La escasa asistencia no pudo apreciarse en la retransmisión televisiva, que tuvo alcance internacional, puesto que no mostró los espacios vacíos.
CONTROVERSIA
Acostumbrados a pelear en escenarios pequeños, los boxeadores presentaron más espíritu que técnica, lo que fue aplaudido por Álvarez, quien dijo: “Estos muchachos están conscientes de la responsabilidad, somos la luz del mundo”.
La velada fue criticada en redes sociales por personas que la consideraron más como un evento de proselitismo a favor de Ortega, que uno deportivo.
“Boxeo desde Nicaragua, donde existe un régimen que va en contra de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, escribió un internauta. “¿Quién controla a esos canales deportivos para que sean responsables ante la pandemia?”, agregó otro.
El evento también tuvo opiniones a favor. “Pelea de calidad para el mundo”, mencionó un usuario. “Nicaragua, único lugar en el mundo donde está desarrollando boxeo”, señaló otro.
Aunque esta fue la única velada que acaparó la atención, a lo largo de la noche se disputaron otras cuatro en Nicaragua promovidas por el Gobierno, con 16 peleas cada una, y en las que no se informó sobre medidas de prevención.
La COVID-19 es un tema que causa controversia en Nicaragua, ya que el Gobierno únicamente reconoce 12 casos confirmados de la enfermedad, con tres muertos, y sin transmisión local comunitaria, pese a que ignora las recomendaciones de la OMS.
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(Con información de EFE)