El coronavirus sigue causando estragos en el mundo, en donde ya han sido infectadas más de 2,5 millones de personas, de las cuales casi 688 mil se han recuperado y cerca de 117 mil han muerto. En Sudamérica aún las cifran no alcanzan los números de los Estados Unidos, Italia, España, Francia o China, gracias a las medidas de aislamiento que varios países decretaron a tiempo, sin embargo el contagio no se detiene.
En Uruguay este martes se confirmó la muerte de José Pino Marciano, la número 12 en la nación y primera relacionada con el fútbol. El dirigente, quien se desempeñaba vicepresidente del Club Atlético Rentista y como delegado ante la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) de la Sociedad Anónima Deportiva de Rentistas en la rama fútbol, estaba internado desde hacía un mes en un centros de terapia intensiva (CTI).
Según las primeras informaciones, el dirigente de 69 años se había contagiado debido a un familiar que había regresado del exterior y con el que había tenido contacto, pero lo más grave fue lo que sucedió luego de haber sido infectado y antes de saber que el Covid-19 ya estaba en su cuerpo.
El 13 de marzo, se anunció la suspensión del fútbol en Uruguay, antes del inicio de la cuarta fecha del Torneo Apertura, fue entonces cuando Marciano propuso juntarse con cuatro amigos a jugar a las cartas ese mismo sábado por la tarde, como lo hacían una vez por semana.
Aquella reunión provocó que los otros cuatro integrantes de la mesa se contagien, uno estuvo internado en un centro de terapia intensiva y los tres restantes dieron positivo, aunque los síntomas fueron más leves.
“Estuvimos a distancia. No nos saludamos como lo hacíamos habitualmente, incluso nos hicimos alguna broma por la situación, pero nunca imaginamos nada de lo que luego vendría”, comentó al sitio Referí, Flavio Perchman, uno de los participantes del encuentro.
El dirigente había llegado resfriado a aquella tarde de sábado y el manoseo de cartas, sumado a la pizza que cenaron, todo esto en una reunió realizada en un ambiente cerrado, provocó que los cinco se despidieran aquel día estando infectados.
Lo que es aun peor es que el viernes 13, un día antes del encuentro con sus amigos, Marciano se reunió con el plantel de Rentistas en lo que fue el último entrenamiento del equipo. Sin embargo, nadie resultó contagiado, tal vez por el hecho de que la actividad fue al aire libre.
La muerte del dirigente conmocionó al fútbol uruguayo ya que era un hombre que más allá de su rol como dirigente siempre mostró una gran pasión por el deporte, incluso siguiendo al seleccionado a cada encuentro al que podía. Además, sus gestos solidarios y su simpatía fueron destacados en varios mensajes publicados en las redes sociales por sus amigos, colegas y compañeros.
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