En mayo de 2017, Sandro Rosell, ex presidente del Barcelona FC, fue detenido junto a otras cuatro personas, en el marco de una operación conjunta de la Policía Nacional y la Guardia Civil contra el blanqueo de capitale. Tras casi dos años en presión preventiva, la Justicia aplicó el principio de in dubio pro reo, es decir, en caso de duda se falla a favor del reo, y fue absuelto.
La sentencia del ex dirigente, que pasó 22 meses en tras las rejas, indicó que tras analizar la prueba practicada en el juicio no se han pudieron acreditar las acusaciones y, por tanto, ante las dudas sembradas, primó el principio de in dubio pro reo.
Este fin de semana, en diálogo con Mundo Deportivo, Rosell rememoró como fueron aquellos días en la cárcel y aunque fue breve en sus respuestas dejó algunas frases llamativas: “Recuerdo que nos dieron cuatro preservativos y cuatro bolsitas con vaselina… Me preocupé un poquito… ja, ja, ja”.
La acusación de la Fiscalía estaba relacionada con la labor de intermediación de Rosell -máximo directivo de la entidad culé entre 2010 y 2014- a través de su empresa de marketing deportivo BSM para que la Comisión Brasileña de Fútbol (CBF) cediera en 2006 a un grupo audiovisual de Arabia Saudita los derechos de televisión de 24 partidos amistosos de la selección brasileña por USD 30 millones.
“El día más duro eran todos los días en que nuestro abogado venía a decirnos que nos habían denegado la libertad condicional de nuevo. Fueron trece veces...”, contó y aseguró que sin libertad todo se vuelve más complicado: “En la cárcel, o mueres internamente como persona o te haces más fuerte”.
En la misma entrevista, quien fue presidente del club entre 2010 y 2014 aseguró que hubo un futbolista dentro de la institución que mostró ser mejor que Lionel Messi, pero que no pudo mantener su nivel a lo largo de los años: “Messi es el mejor de la historia del fútbol, todas las temporadas. Aunque para mi, y no soy objetivo, Ronaldinho fue igual de bueno o mejor que Messi durante un par de temporadas”.
Como argumento de su declaración, el español de 56 años definió lo que significó la irrupción de Dinho en el Barcelona: “Fue una pieza fundamental. Cambió la historia del Barça. Del pesimismo colectivo al optimismo. Volvió la sonrisa, la magia y los resultados deportivos al club. Y además ejerció como mentor de Messi”.
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