Desde que el coronavirus invadió al mundo (causando más de 110.000 muertes), poco a poco las ligas de fútbol fueron anunciando las suspensiones de sus campeonatos. El deporte en Latinoamérica quedó prácticamente fuera de circulación, si no fuera por Nicaragua, cuyo torneo es el único que se mantiene en pie pese a todo.
El país caribeño optó porque la pelota siga rodando, y en diálogo con Infobae, Pablo Gállego, goleador del Managua, contó cómo vive este duro presente que atraviesa el planeta.
El español de 26 años lucha por el título a falta de dos fechas para el final en medio de rezos constantes y el estrés que le genera el hecho de tener a toda su familia en una de las regiones más afectadas por el virus. Sin embargo, aseguró que no tiene miedo.
“Se hace pesado jugar cada tres días, y la verdad, quien diga lo contrario miente”, afirma el delantero y segundo máximo goleador de la Primera División de Nicaragua. “Queda poco para terminar la temporada y luego los playoffs. Ya es mucha acumulación de minutos. Esta temporada se está haciendo muy larga porque prácticamente he descansado dos partidos entre todas las competiciones”.
El oriundo de Huesca es consciente de la situación que está viviendo el mundo y no es ajeno a lo que sucede. A pesar de que el país en el que vive no es considerado de riesgo, el estrés lo persigue al estar tan alejado de sus familiares: “Es un estrés enfrentar cada partido. Uno pierde energía pensando en la familia, en mi caso en España donde ahí es un problema que está dando mucho de qué hablar y que está paralizando la sociedad. Aquí en Nicaragua, gracias a Dios no nos encontramos en esa situación porque aquí no se ha salido de control, pero por lo que ocurre en España sí. Vivo mucho más preocupado y el fútbol pasa a un segundo plano cuando hay vidas en juego, más cuando es la de tu familia y amigos”.
“El pueblo de mis abuelos es bastante chico. Con 800 habitantes tiene ya seis muertos y muchas personas en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos). Es un pueblo que, para lo pequeño que es, como era muy turístico y llevaba gente de todos los puntos del país (Pirineo Aragonés), mis abuelos están con muchísimo cuidado, van a comprar con muchísimo cuidado porque si el virus los agarra en la situación y condición en que están, seguramente no podrán resistir”, se lamenta Pablo, cuyo hermano trabaja en un hospital.
Pese a estar muy atento a lo que ocurre en España, que ya lleva más de 162 mil casos confirmados y 16.000 muertos, el joven de 26 años reconoce a Infobae que nunca pensó en regresar: "Mi familia sí, ellos están preocupados y les gustaría que estuviera allí, pero bueno, aquí en Nicaragua dentro de todo se mantiene una cierta normalidad, los hospitales no están colapsados y no se siente ese estado de emergencia que hay allí. Creo que lo más sensato era quedarme aquí porque en el caso de viajar a España hubiera pasado por aeropuertos y conexiones de trenes y buses hasta mi ciudad. Era muchísimo más riesgoso ir a España que quedarme aquí, en donde estoy seguro que no contagiaré a nadie de mi familia”.
En lo que respecta al fútbol, con las principales ligas suspendidas (Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia, México, entre otras), Nicaragua es el único país latinoamericano en donde la pelota continúa rodando en los estadios de Primera División.
“La liga puso algunas medidas de prevención. Ellos tienen reuniones periódicas con el Ministerio de Salud y lo primero que decidieron fue jugar a puertas cerradas. También se establecieron una serie de medidas antes de los partidos y en las entradas a los estadios. Por ejemplo, antes de entrar a uno, te bajan del autobús y todos tienen que limpiarse bien las manos hasta el codo y otras medidas básicas que se han impuesto de manera obligatoria”.
Al ser consultado acerca de si cree que es correcto que el campeonato continúe, considera: “Si el Ministerio de Salud cree que podemos estar haciendo nuestra actividad sin riesgo, la verdad es que estoy encantado. Estaría mucho peor si estuviera aquí en Nicaragua, confinado y sin poder jugar. Si ellos han decidido que es lo correcto, seguiremos jugando y no hay nada que objetar”.
Si bien el español está seguro de que prefiere continuar, cuenta que algunos futbolistas se revelaron ante sus clubes: “Un portero del CD Las Sabanas y un paraguayo del Juventus prefirieron no jugar y están en sus casa confinados. Hay un ruso que juega en el Walter Ferreti que dejó de jugar y se fue. Los jugadores no están obligados a jugar, llegarán a un acuerdo económico con su club y será una negociación de rescisión como en cualquier otra situación. Si te obligan a jugar es un poco fuerte”.
A diferencia de sus colegas, Pablo Gállego no tiene miedo de salir al campo y mantener un roce constante con los adversario a lo largo de los 90 minutos: “Cuando uno entra al campo eso se olvida. El virus te lo puedes contagiar por el aire, yendo a entrenar y que un compañero tuyo lo tenga, se te puede quedar en una bolsa cuando vas a comprar. Hay muchas formas de que el virus te alcance así que no pienso para nada en eso. Al final, si te pones a pensar en ese tipo de situaciones vas a vivir una vida llena de miedos. Hay que ser realistas, tomar las medidas necesarias pero tener los pies en el suelo. Si juegas al fútbol y estas pensando en eso, es mejor hablar con el club e irte a tu casa”.
Además de las medidas de precaución que se tomaron en el fútbol nicaragüense, el presidente del club, Denis Salinas, puso a disposición una pastora para proteger a sus futbolistas: “Rezamos en la mañana antes de entrenar, en los viajes antes de viajar y antes de los partidos. Viene una pastora que la manda el presidente y rezamos cada día por una situación distinta. Somos un equipo que está bastante unido a Dios, es un país en el que hay mucha fe y tenemos una bonita conexión con Dios”, asegura el atacante y agrega: “Cuando comenzó a pasar esto del COVID-19 hubo una oración especial con un aceite contra el coronavirus y varias veces el rezo estuvo orientado a ese tema”.
Nicaragua cuenta apenas con siete casos confirmados y sólo un muerto en todo el territorio. “El virus está controlado, pero es un virus que mostró que pone patas arriba incluso a las naciones más poderosas, así que hay que estar prevenido e intentar acabar todo cuanto antes”, comenta. Su equipo se mantiene líder con 36 puntos por delante del Diriangén (31) a falta de dos fechas para acabar la liga regular y encarar los playoffs.
El MVP de la temporada anterior también le explica a Infobae por qué el virus no se propagó de manera exponencial como en el resto del mundo: “Lo primero a saber sobre por qué Nicaragua no es un país de riesgo es que es un país pequeño, con las carreteras en general malas y las distancias grandes. Hay mucha gente que nace en una ciudad y muere en esa ciudad y que a lo largo de su vida pudo viajar sólo cuatro veces a la capital. Entonces tiene unas características bastante propias. Además solo hay un aeropuerto en Managua que es súper pequeño. No hay entrada ni salida de gente constante. Esos son algunos factores de por qué el virus no se ha extendido”.
Finalmente Gállego, que hace 10 meses que forma parte del Managua, cuenta que, desde la llegada del virus, en la capital, “se siente mucho menos tráfico de coches y menos tráfico de personas. Cerraron cines, algunas discotecas, los colegios. Se tomaron medidas, pero no es un estado de alarma tan extremo, o un confinamiento como se ha hecho en muchos otros países. Aquí se va llevando de una manera responsable, pero no tomaron medidas tan radicales como en otros lugares".