Mientras cumple con el aislamiento social en su mansión en Río de Janeiro, Neymar se desayunó con una noticia fuerte de su entorno familiar: su mamá Nadine Gonçalves, 53 años, hizo público su noviazgo con Tiago Ramos, un conocido gamer brasileño de 22 años, seis menos que los que tiene el delantero del PSG.
Ney tomó la novedad con alegría en medio del revuelo mediático por la diferencia de edad: “Sé feliz, mamá te amo”. Incluso Neymar Santos padre, la ex pareja de Nadine, celebró el amor acompañando la decisión con unos emojis de aplausos en la publicación.
“Lo inexplicable no se explica, se vive”, fue la frase con la que Gonçalves presentó públicamente a su pareja. El joven brasileño, que forma parte del team 4K EASY GAME, uno de los mejores equipos de e-sports en Brasil, hizo lo propio en su cuenta de Instgram en la que poseía 352 mil seguidores al momento del posteo, y ahora casi alcanza la línea de los 400.000: “Inexplicable”, escribió junto a un corazón.
En la adolescencia, Tiago intentó ser un famoso futbolista, al nivel de su ahora hijastro. Jugó en Ferroviario de Fortaleza, un importante club de la zona de Ceará, que en la actualidad milita en la Serie C del Brasileirao. Sin embargo, terminó dejando de lado la pelota para dedicarse de lleno a los e-sports, donde divisó que tendría un mejor futuro.
Pero Tiago nunca dejó de cuidar su físico. Fanático del gimnasio, el joven suele mostrar su cuerpo trabajado en las redes sociales, donde se transformó en un verdadero influencer. Incluso comparte videos de algunos de sus ejercicios, cosechando centenas de “Me gusta”.
Ramos siempre fue admirador de Neymar, desde la época en la que descollaba en el Santos, antes de saltar al Barcelona y de transformarse en la figura planetaria en la que se convirtió gracias a sus aptitudes futbolísticas.
“Sé que algún día te voy a conocer”, supo publicar el gamer en su cuenta de Instagram, acompañando el deseo de una imagen con Neymar. Pues bien, la relación ahora será todavía más profunda que una conversación trivial.
El atacante, en tanto, continúa acatando el confinamiento social que rige en Brasil por el coronavirus en su casa de Mangaratiba. Una residencia repleta de lujos que compró cuando visitó su país en la previa a disputar los primeros Juegos Olímpicos que se realizaron en Sudamérica. Tiene todas las comodidades: desde una piscina climatizada -además tiene una al aire libre- hasta un helipuerto. Además, posee seis habitaciones, un sauna, sala de spa y jacuzzi, mesa de pool, una cancha de tenis y un gimnasio totalmente equipado.
En la mansión está acompañado de un grupo nutrido de integrantes de su círculo íntimo, entre los que se encuentran su hijo David Lucca, preparador físico Ricardo Rosa, sus amigos Beto Paiva y Jota Amâncio, su fotógrafo de confianza Gil Cebola y el empresario Vinicius Martínez. Allí espera por el regreso del fútbol, una vez que pase la crisis del COVID-19. En ese momento se podrá dar el primer cara a cara formal con su mamá y Tiago Ramos, su joven padrastro.
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