Dicen que en la década de los 80 del siglo pasado hubo tres deportistas que le daban esperanza a los mexicanos, que vivían una de sus épocas más complicadas, marcada por el terremoto de 1985. Aquellos nombres son el del futbolista Hugo sánchez, el boxeador Julio César Chávez y el beisbolista Fernando Valenzuela, quienes a la postre se convirtieron en leyendas de este país.
En el caso de Valenzuela, este jueves 9 de abril se conmemora aquella vez que el mexicano hizo historia en las grandes ligas. Corría el año de 1981, en el Juego Inaugural de la MLB. Los Dodgers y los Astros se enfrentaban en el Dodger Stadium.
El Toro, como también era conocido, hizo vibrar a la afición de los Estados Unidos y a la mexicana con una gran actuación. El pitcher blanqueó a los Astros 2-0, lanzando las nueve entradas para cinco hits, dos bases y cinco ponches.
Este fue un parteaguas para los beisbolistas mexicanos en la máxima organización de este deporte. Con este partido, disputado hace 39 años, Valenzuela se convirtió en el primer azteca en abrir un Juego Inaugural, además de dar inicio a la “Fernandomanía” en su país de origen.
Desde entonces, 11 pitchers mexicanos más han abierto en Juegos Inaugurales. Sólo el michoacano Yovani Gallardo lo iguala con seis con los Milwaukee Brewers y les sigue el sinaloense Teo Higuera con tres, todos en años consecutivos con Brewers de 1986 a 1988.
El mexiquense Rodrigo López acompaña a Higuera con tres aperturas, seguido del veracruzano Francisco Córdova, el regiomontano Jorge De La Rosa y el sinaloense Óliver Pérez (el único activo, pero ya como relevo). Además, el tamaulipeco Ismael Valdez, el potosino Armando Reynoso, el bajacaliforniano Esteban Loaiza y el sonorense Marco Estrada están en la lista con un juego.
El máximo de pitchers mexicanos abriendo un Juego Inaugural la misma temporada es de dos y ha ocurrido seis veces, en 1986, 1988, 2003, 2005, 2006 y 2014. Nunca se ha dado un duelo de apertura entre abridores mexicanos.
Por esto y más, Fernado es considerado una figura histórica con los Dodgers y también en México. El nacido en Etchohuaquila, Sonora, abrió seis Juegos Inaugurales para los Dodgers, la tercera mejor cifra desde el nacimiento del equipo en 1904, y cuatro de ellos fueron en años consecutivos.
Tuvo un arranque de temporada que no se ha visto desde entonces en las Grandes Ligas para un novato o veterano. Ganó sus primeras ocho aperturas consecutivas lanzando juegos completos con cinco blanqueadas, tres al hilo. Asimismo, en 72 entradas ponchó a 68, regaló 17 pasaportes y aceptó 43 hits.
Curiosamente, se enfrentó en dos ocasiones más a los Astros en el Juego Inaugural, pero sin conseguir la victoria. La primera de estas fue en 1983 y se fue sin decisión al lanzar 2.2 entradas para seis carreras ante los mismos Astros, mientras que la segunda fue en 1985 y cayó 2-1 aceptando dos carreras sucias en siete episodios.
En otras dos ocasiones que abrió un Juego Inaugural tampoco corrió con buena suerte. En 1984 cargó con la derrota ante los St. Louis Cardinals al lanzar tres entradas con seis carreras, así como en 1988 fue derrotado por San Francisco Giants al aceptar cinco carreras en seis innings.
Su segunda victoria en un Juego inaugural fue en 1986 cuando derrotó a San Diego Padres con juego completo de 10 hits y una carrera.
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