La imagen de Roger Federer haciendo malabarismos en un frontón y sobre la nieve es solo la cara amable del tenis paralizado. La de Gabriela Sabatini, apostando por hacer deporte en Miami para no caerse anímicamente, es otra versión. La más dura, la más real, está en Nueva York, con la sede del Abierto de Estados Unidos reconvertida en hospital ante el potente avance del coronavirus en el país. O en Ecuador, donde un ex top ten como Nicolás Lapentti sale completamente protegido a las calles a comprar alimentos para su familia en Guayaquil, donde el virus arrasa.
Nadie sabe cuándo ni cómo se controlará la pandemia, tampoco el tenis, que vive y decide día a día, pero se prepara ya para extender la suspensión de torneos por varias semanas más mientras baraja todo tipo de soluciones, incluyendo las más heterodoxas.
¿Jugar el US Open en noviembre en California? “¿Y por qué no?”, responden a Infobae desde los centros de decisión del tenis. “Es mejor tener torneos a no tenerlos, y en estas fechas se puede jugar al aire libre en Indian Wells. En Nueva York, no”. Roland Garros también podría repensar y retrasar una semana las fechas que se autoadjudicó entre septiembre y octubre. Indian Wells, cancelado en marzo, podría ser así escenario de un torneo aún mayor, uno de Grand Slam. Aunque pensar hoy en noviembre es mirar demasiado lejos.
El anuncio de que la suspensión de torneos se extenderá más allá del 13 de julio es inevitable y cercano, según pudo saber Infobae, y nadie podría negarle lógica a esa decisión cuando llegue: el mundo lucha contra un virus que está arrasando Europa y gana cada vez más fuerza en Estados Unidos, los dos mayores escenarios del tenis, las dos zonas del planeta donde tradicionalmente se juega entre julio y septiembre.
La Federación Estadounidense de Tenis (USTA) dijo a Infobae que “en este exacto momento” el torneo está discutiendo “varias opciones en una situación que es muy fluida”, pero que confía en celebrar el US Open en las fechas previstas. “Trasladarnos a Indian Wells a fines de año no está previsto por el momento”, aseguró el vocero Chris Widmaier.
El problema, como la propia USTA reconoce, es que la situación es muy fluida, dinámica, y que lo que se piensa hoy pierde sentido en una semana. El complejo de Flushing Meadows no respira hoy tenis, porque se está convirtiendo en un hospital temporario con 350 camas. Discutir si el torneo se jugará o no es, según admitió un directivo de la federación, Danny Zausner, “muy trivial a la vista de lo que está sucediendo”. El US Open es hoy un hospital, algo inimaginable hace apenas semanas. Haremos todo lo que la ciudad y el Estado de Nueva York nos pidan", dijo Widmaier.
A eso apunta en cierto modo Alex Corretja, ex número dos del mundo y durante varios años presidente de Consejo de jugadores de la ATP. El español dijo a Infobae que es hora de medidas audaces.
“Yo intentaría hablar con todos los torneos posibles. Veo muy difícil que se pueda empezar en julio, pero pongamos que sí. No le puedes decir a Paris Bercy que celebre el torneo al aire libre en octubre, pero sí aglutinar más torneos, tres o cuatro por semana, porque eso le daría la posibilidad a jugadores que son los que más están sufriendo, que son los que están más atrás. Si Munich fue cancelado en mayo, se puede poner en julio. Y que el 180 del mundo, que no puede jugar normalmente ese torneo, esta vez lo pueda jugar”.
Corretja, que está pasando la cuarentena en Barcelona, entiende de primera mano los estragos que es capaz de causar el coronavirus porque vive en un país, España, que está entre los más castigados del mundo por la pandemia. Comentarista de tenis en Eurosport, dedica parte de su tiempo al contacto directo con los fans, aquellos que habitualmente ven torneos por televisión y hoy solo pueden rescatar viejos partidos de la pantalla. El español, campeón del Masters 1998, da clases virtuales de tenis y gimnasia. “Y con mucha música, que es vital para mí”.
Cuando se habla del tenis, el foco está puesto en los jugadores y la imposibilidad de trabajar. Son prácticamente todos autónomos, no cobran un salario. Dejando de lado a los “top” y sus patrocinadores, la mayoría cobra solo cuando juegan. Y en función de lo que rinden. Pero los problemas en el tenis no son solo de los jugadores.
“Algunos torneos, en especial los más chicos, corren peligro de desaparecer. No tienen seguro (contra la pandemia) ni garantía de un rescate financiero”, escribió recientemente The New York Times. La gira de torneos latinoamericana de Córdoba, Buenos Aires, Río de Janeiro, Santiago de Chile y Acapulco tuvo la fortuna de poder celebrarse, pero la mayoría de los certámenes no pueden decir lo mismo: o ya fueron cancelados o viven en la incertidumbre.
El diario neoyorquino destaca también que algunos jugadores de ranking fuera del top 100 “solicitaron que el circuito de la ATP les adelante parte del dinero que tendrían garantizado por perder en primera ronda para así superar este difícil período”. Y añade algo sorprendente: “Wimbledon, apoyado en su fuerte posición financiera, podría incluso aportar asistencia financiera directa a jugadores y otros torneos”.
De los cuatro torneos de Grand Slam, solo el del All England está asegurado contra una pandemia, pero a diferencia de Roland Garros y del US Open, es el único de los tres grandes torneos pendientes en 2020 que ya fue cancelado. Su 134 edición se jugará en junio y julio de 2021. El césped, una superficie delicadísima, ofrece una ventana de solo unas pocas semanas al año para disputar torneos.
Por eso es que Corretja cree que, si en algún momento antes de fin de año el circuito encuentra la forma de ser reanudado, hay que aprovechar toda la artillería de que disponga el tenis.
“No creo que los jugadores top deban donarle dinero a los de ranking inferior, pero sí creo que hay que poner más torneos juntos. ¿Por qué no jugar Barcelona este año más tarde de la fecha habitual, si fuera posible? Todo lo que sean opciones de jugar tenis, bienvenido. Lo que estamos viviendo es una locura, nadie puede pensar algo estructurado, este año va a ser desestructurado. Si resulta que se decide jugar el US Open en Indian Wells en noviembre, pues... ¿qué problema hay? Son momentos dramáticos”.
“Lo que está sucediendo es más grande que cualquier deporte”, dice Andrea Gaudenzi, el nuevo presidente de la ATP, y que como italiano vive con especial cercanía y dramatismo la crisis del coronavirus.
Gaudenzi preside un organismo -uno de los siete que se reparten el control del tenis- que reúne a torneos y jugadores. De tanto en tanto rebrota la idea de que los tenistas crean su propio sindicato y se aparten de una ATP que hace ya mucho tiempo que no es la Asociación de Tenistas Profesionales, aunque conserve las siglas.
“Lo que siempre nos ha impedido cambiar esto es el hecho de que estamos siempre jugando y siempre tan ocupados... Ahora tenemos mucho más tiempo para analizar la situación”, dijo al New York Times John Isner, miembro del consejo de jugadores de la ATP que preside Novak Djokovic y en el que también están Federer y Rafael Nadal.
“Sé que hay muchos hablando de que debemos crear un sindicato de jugadores. Vamos a ver si la posibilidad existe. Si hay un momento en el que este asunto puede crecer, es precisamente este”.
A ese consejo de jugadores llegará en algún momento la pregunta de qué hacer con el ranking mundial de la ATP. El ente rector del tenis masculino enfatiza que la clasificación está “congelada” desde el 16 de marzo y que desde entonces no ha publicado más rankings.
Federer lidera el ranking de más semanas como número uno, con 310. Lo sigue el el ya retirado estadounidense Pete Sampras, con 286, y muy cerca está Djokovic, con 282. La paralización del circuito perjudicó objetivamente al serbio, que ganó todo lo que jugo este año: la ATP Cup, el Abierto de Australia y el torneo de Dubai. El suizo, en cambio, se operó de la rodilla tras Australia y anunció que no jugaría hasta la temporada de césped. Hoy nadie está jugando, pero él, de todos modos, tenía previsto no jugar.
¿Tendría Djokovic derecho a reclamar que se le sigan sumando semanas como número uno?
“Para mí no, el circuito se canceló, se rompió, se congeló”, argumenta Corretja. “Para mí esas 18 o 20 semanas que no se esté compitiendo no se deben sumar. Y cuando esto vuelva a empezar hay que sumar con los puntos de los torneos que habías ganado, que los puntos se pierdan cuando se cumpla un año del parón del circuito, que fue en Indian Wells en marzo. No sumas puntos por torneos, sumas puntos por semanas”.
¿Y si Djokovic insistiera? “Todo puede suceder, pero Djokovic es alguien muy integro, el no va a ser el que reclame semanas de número uno. Pero si lo hiciera estaría en su derecho”.
En la ATP las preocupaciones son otras, muy simulares a las de la WTA: ¿se podrá salvar algo de la temporada de tenis? Todas las hipótesis están en estudio, incluyendo la de concentrar torneos creados especialmente para la emergencia en zonas del planeta en las que sea seguro competir. ¿Y los jugadores que no pudieron entrenarse en estos meses? Como dice Corretja: la situación es excepcional, no se puede pretender la normalidad.
Lo sabe bien Lapentti, que llegó a ser número seis del mundo en 1999. El ecuatoriano vive en Guayaquil, una ciudad en la que las morgues y la policía están colapsadas ante las muertes que se producen a centenares. Un par de días a la semana puede salir de compras entre las cinco de la mañana y las dos de la tarde para que su familia -esposa y tres hijos- tengan alimentos y productos esenciales.
“En las calles ves muy poca gente... Y con el calor que hace en Guayaquil salgo con pantalón largo, camisa de mangas largas, gorra, guantes y mascarilla. Y ves a todos así, guardando las distancias”, dijo Lapentti a Infobae. “Lo que estamos viviendo es lo que ves en películas, parece mentira”.
Y mientras la ATP busca reforzar para los próximos días las presentaciones virtuales e interactivas de jugadores con los aficionados, la cuarentena es para casi todos, también para Sabatini, refugiada desde hace tres semanas en su casa en la isla de Key Biscayne, a las puertas de Miami. Corretja habló con ella para el podcast que hace junto a Javier Frana, “Subidos a la red”.
“Es una situación un poco desesperante, porque no se sabe cuándo va terminar ni cómo”, dijo la ex número tres del mundo. “Yo siempre digo que el tenis nos dio herramientas para manejar situaciones en la vida, esta también. Tenemos las armas para enfrentarla, una sabe que tiene que salir adelante, y eso es lo que siempre hacíamos cuando jugábamos, olvidarnos del punto que termino y pensar en el nuevo”.
Sabatini tiene días mejores y peores. “Somos humanos y nos caemos un poco, me pasó el otro día, que estaba caída. Pero nos levantamos y pensamos, ‘ok ¿cuál es el plan?’. Hacer ejercicio es muy importante para mí, es un elemento que necesito en el día a día, me da mucha energía, me siento bien. Y hay muchas clases para hacer ejercicio en Internet. El otro día me compré un trailer para poner la bicicleta y hacer bici acá adentro en casa”, añadió la campeona del US Open 1990, que desde que reside la mayor parte del año en Suiza se convirtió en fanática del ciclismo.
Sabatini no es optimista acerca del futuro del circuito este año. “La verdad que veo muy difícil que se pueda jugar algo. Si hoy fuera profesional me comería la cabeza pensar que no puedo pegarle a la pelota, que no puedo entrenar. Lo vi a Roger (Federer) pegándole a la pelota en medio de la montaña contra un frontón. Es simbólico también, muestra que las ganas están. Esto es algo único en la vida de nosotros, hay que repensar todo”.
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