El enfrentamiento de octavos de final entre Liverpool y Atlético Madrid que terminó con victoria y consecuente clasificación para el conjunto español en la Champions League sigue siendo foco de polémicas. En este caso, no en cuanto a lo deportivo, sino a lo sucedido en las gradas y en los alrededores de Anfield.
Para comprender esto, hay que situarse en aquel 11 de marzo, día que el coronavirus fue declarado como una pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los infectados a nivel mundial ya eran más de 100 mil (7 veces menos que hoy en día) y las víctimas fatales eran cerca de 3.100. Aún no se había suspendido el fútbol en Europa, sino que algunos encuentros puntuales se habían celebrado sin público.
Uno de los partidos que se jugó a puertas abiertas con ambas parcialidades fue justamente el de Liverpool-Atlético Madrid por la vuelta de los octavos de final del certamen continental, a pesar de que en España ya había miles de casos y en Inglaterra el virus aún no se había propagado masivamente. Es decir, que las autoridades sabían del riesgo que el traslado de cientos de madrileños al Reino Unido generaba.
Carlo Ancelotti, actual director técnico del Everton, contó en diálogo con el sitio italiano il Corriere dello Sport que el propio Jürgen Klopp, entrenador de los Reds, le aseguró que no debió haberse disputado aquel cotejo: “Me dijo que jugar bajo esas condiciones era un acto criminal y creo que tenía razón”.
“Hoy la prioridad es la salud y cómo limitar la infección. Todo lo demás es secundario. No me preocupa cuando se comenzará de nuevo ni cuándo acabará la temporada, Créeme, no me importa, en este momento es el menor de mis pensamientos”, señaló el ex DT del Real Madrid en la misma entrevista.
Lo cierto es que tras ese encuentro, aparecieron varios casos de coronavirus en Liverpool, cuando hasta entonces no había ninguno. Aquella situación desató el enojo del alcalde de la ciudad, que la semana pasada recordó que en ese entonces ya se había anunciado el cierre de escuelas en España y que el Atlético tenía la orden de jugar sin público en su estadio, pero que igual se decidió que los fans estén presentes en Anfield. “Muchos cuestionaron la decisión en ese momento, pero la UEFA y el gobierno del Reino Unido no impusieron ninguna restricción para que el partido se desarrollase normalmente”, sostuvo.
Vale recordar que otra de las llaves de la Champions League también tuvo consecuencias sanitarias. En este caso, fue el duelo de ida de los octavos de final entre Atalanta y Valencia disputado en el San Siro (Milan) en febrero el que ocasionó conflictos a Italia: “Si es cierto lo que están diciendo de que el virus ya circulaba en Europa en enero, es probable que los 40.000 bergamascos que estuvieron presentes en las tribunas de San Siro se hayan pasado el virus entre ellos. Del mismo modo que es posible que mucha gente esa noche se haya reunido en sus casas y en bares para ver el partido y hayan hecho lo mismo”, señaló el alcalde de Bérgamo con la prensa extranjera vía Facebook el pasado miércoles. Ese encuentro fue calificado como una “bomba biológica” por un especialista en trastornos respiratorios.
Hoy en día, en el mundo la actividad deportiva está prácticamente paralizada y ya hay más de 718 mil infectados (150 mil se recuperaron) y han muerto más de 33 mil personas a causa del coronavirus, cuya propagación ha causado estragos en países como China, Italia, Irán y España.
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