El plantea parece haberse detenido. Varias países, como España, Francia, Rusia, Italia o Argentina, han decretado el aislamiento de la población y en muchos otros, como Estados Unidos, se ha cancelado la actividad deportiva por completo para evitar las aglomeraciones de personas. Sin embargo, hay una nación que parece resistir a la cuarentena.
Bielorrusia es una excepción en Europa y sigue negándose a parar el país en la lucha contra el COVID-19. La liga de fútbol continúa con normalidad, los restaurantes están abiertos y el presidente califica la crisis del coronavirus como “una psicosis”. Oficialmente apenas se han registrado 94 casos del nuevo coronavirus en esta exrepública soviética limítrofe con la Unión Europea. De ellos, ninguno con resultado de muerte.
Desde el inicio de la crisis sanitaria mundial, Alexander Lukashenko, su presidente desde 1994, rechaza decretar medidas de confinamiento y este sábado se calzó los patines y se unió a un partido de hockey sobre hielo, uno de los deportes más populares del país.
“Es mejor morir de pie que vivir de rodillas", aseguró y ante la consulta de una cronista sobre si había algo que lo detuviera, sostuvo: “No lo entiendo. No hay virus aquí. ¿Lo ves volando por aquí? Yo tampoco lo veo”. El presidente insistió sobre que ese ambiente era perfecto: “Es una pista de hockey, es lo mejor para la salud. Esto es mejor que cualquier deporte, este sitio es donde está la verdadera cura del virus”.
La semana pasada, el mandatario le había pedido a los ciudadanos que tomen baños de sauna y tomen vodka, aunque el no toma alcohol, porque de esa manera era imposible que contrajeran la enfermedad: “Los chinos nos dijeron que el virus muere a partir de los 60° C”.
No es sorpresa, por tanto, que la liga bielorrusa, único campeonato de fútbol de su nivel que continúa en curso, sea un símbolo de este espíritu contracorriente que vive el país en esta crisis inédita. Las únicas medidas que se han tomado en torno a este torneo son las cámaras térmicas que verifican la posible fiebre de los espectadores en la entrada de los estadios, que son además desinfectados dos veces cada día.
Este sábado, algunos miles de aficionados presenciaron en el estadio del Slavia Mozyr la victoria del equipo local ante el BATE Borisov, el mejor club del país, un encuentro transmitido en directo por la televisión rusa. Las únicas medidas de seguridad en el estadio, fueron unos ‘stewards’ con guantes y mascarillas que examinaban con cámaras térmicas la temperatura de los aficionados a la entrada de los estadios.
“Hemos tomado todas las medidas recomendadas por el Ministerio de Deportes. Todos los que están en contacto con los hinchas llevan guantes”, explicó a la AFP el portavoz de la Federación Bielorrusa de Fútbol, Alexandre Aleinik.
La capital del país, Minsk, está más en calma en los últimos días. A los mayores de 65 años se les ha invitado a quedarse en casa y los alumnos tienen autorización para no acudir a sus clases. En las horas pico, el metro no está lleno y numerosas empresas del país han optado por el teletrabajo, pero los bares, cafeterías y tiendas continúan abiertos, sin consignas especiales para sus clientes. Las autoridades justifican estas medidas suaves explicando que los infectados se encuentran en estricto confinamiento.
La viceministra de Sanidad, Elena Bogdan, aseguró que todos los infectados por coronavirus en Bielorrusia, incluso los asintomáticos, están aislados y hospitalizados. La gente que estuvo en contacto más directo con ellos también ha sido puesta en cuarentena.
En el mundo ya hay más de 700 mil infectados y han muerto 33 mil personas. Además, los expertos señalan que la cuarentena decretada en varias potencias mundiales ocasionará una de las crisis económicas más graves de los últimos tiempos.
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Con información de AFP