Ronaldinho lleva 22 días preso en el edificio de la Agrupación Especializada, un grupo táctico de la Policía Nacional de Paraguay, por ingresar junto a su hermano (Roberto Asis de Moreira) con pasaportes falsos en el país sudamericano. Aunque detrás subyace un motivo más profundo: la sospecha de una trama dedicada al lavado de dinero, con Dalia López, la dueña de la fundación que lo convocó a Asunción (y que aún se encuentra prófuga) como principal apuntada.
Pese a los múltiples arrestos que se hicieron en el caso, el ex Barcelona continúa privado de su libertad y el panorama sigue siendo poco alentador. Nelson Pipino Cuevas, una de las pocas personas que pudo visitar a DInho en prisión, dio detalles del mal momento que vive el brasileño en Asunción.
“Estuve hablando con Ronaldinho. Estuvimos hablando como 5 ó 6 horas. Es una situación muy complicada, muy difícil. Es una víctima de todo esto, pero a la vez cometió el delito”, comenzó su relato el guaraní en diálogo con CNN Radio.
Según lo que pudo percibir el ex River, el campeón del mundo en Corea-Japón 2002 cayó en una especie de trampa. “Su hermano conoció a esta personas, que son mala gente. Lo metieron en esta mala jugada, y él cayó redondito. Él pecó de inocente, pero a su vez cometió un delito. Es una acción penal haber usado un documento que es de contenido falso. Se le complicó todo”, comentó.
Pipino, que manifestó que le ofreció toda su estructura para ayudarlo e intentar que cumpla arresto domiciliario en una de sus propiedades, sostuvo que “Ronaldinho está triste, no está nada feliz. A él lo caracteriza su sonrisa, buena onda y forma de ser, pero hoy su sonrisa está apagada. Esa prisión no es lujo, para nada”.
El sábado pasado, el ex Milan y Paris Saint Germain pasó en la prisión, la cual comparte con otros 195 procesados o condenados, su cumpleaños N° 40.
“De lo que percibí, él no sabe ni dónde está. Él tiene sus asesores y le manejan todas esas cosas. Él es inocente”, concluyó Cuevas, quien hace unas semanas se recuperó tras ser internado por Dengue y que actualmente se encuentra en aislamiento social a raíz de la pandemia provocada por el COVID-19.
Vale destacar que hoy, a raíz de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, la situación cambió: sólo los abogados tienen permiso a entrar al penal. Y el acceso de los empleados se hizo mucho más estricto: les toman la temperatura y controlan la higiene en el momento en el que franquean el portón principal.
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