Brasil es uno de los países que atraviesa una situación complicada con el crecimiento de casos de coronavirus. Según informó el Ministerio de Salud, hasta este miércoles, ya son casi 2.500 las personas que dieron positivo al control del virus COVID-19. En las últimas 24 horas, se confirmaron 12 muertes, que lo sumó para un total de 57 afectados que fallecieron.
La ciudad de San Pablo es la que registra mayor cantidad de infectados y decesos, pero más allá de las estadísticas, las autoridades en Río de Janeiro comenzaron a plantearse medidas para el futuro cercano. Y una de ellas sería la de utilizar el estadio Maracaná como un posible hospital de campaña.
“En los próximos 15 días vamos a tener 900 lugares para recibir pacientes en hospitales de campaña. Hicimos compras de emergencia de materiales y respiradores, y es muy probable que montemos un hospital de campaña en el Maracaná, pero tenemos que elegir el mejor lugar para hacerlo”, declaró el gobernador de la ciudad, Wilson Witzel, a la prensa brasileña.
Gracias al visto bueno de los dos clubes más convocantes del fútbol en Brasil, como lo son el Flamengo y el Fluminense, que se sumaron al pedido del máximo dirigente de Río, una de las ciudades de mayor recorrido turístico del mundo podría sumar un espacio enorme para albergar a los futuros contagiados con el coronavirus.
A la espera de la resolución, Witzel también avisó que el famoso Maracanãzinho también podría servir para albergar a enfermos. El gimnasio, que lleva el nombre de Gilberto Cardoso, fue inaugurado en 1954 y fue totalmente renovado en 2007 para los Juegos Panamericanos que se realizaron en la ciudad carioca. Con capacidad para casi 12 mil espectadores, el recinto además fue el escenario de dos Mundiales de básquet, uno de voleibol. En los últimos Juegos Olímpicos de Río 2016 -los primeros en la historia que se organizaron en Sudamérica- fue sede del voley masculino y femenino.
Este miércoles, Jair Bolsonaro solicitó que el confinamiento social se restrinja solo a ancianos y enfermos, en medio de las críticas de gran parte de la población por las tardías acciones que llevó adelante el primer mandatoria. A diferencia del pensamiento del presidente de Brasil, Witzel defendió el aislamiento preventivo de los ciudadanos como la mejor forma de contener el avance del virus.
Además de la posibilidad de ver al mítico Maracaná como un centro de operaciones sanitarias, ya hay otros clubes del fútbol brasileño que se prestaron para ayudar al sistema de salud en esta pandemia. En San Pablo ya comenzó a instalarse un hospital de campaña en el estadio Pacaembú y el San Pablo, Palmeiras y Corinthians ofrecieron sus estadios, el Morumbí, Allianz Arena y Arena Corinthians, respectivamente.
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