El informe consta de 128 páginas. De descripciones, de detalles, de explicaciones y de conclusiones. Se repasa cada aspecto de la caída del avión que trasladaba a Emiliano Sala desde Nantes a Cardiff el 21 de enero del 2019. Allí, también, se dan a conocer imágenes inéditas que sacó el robot manejado a distancia desde el barco Geo Ocean III que se posicionó sobre el Canal de la Mancha, 40 kilómetros de la Isla de Guernsey.
El informe final que dio a conocer la Air Accidents Investigation Branch (AAIB) de Reino Unido entregó el mapa con precisiones donde se hallaron algunos restos del avión siniestrado que salieron a flote. Estas nuevas pruebas revelaron que se encontraron algunas otras partes de la aeronave que aparecieron en la superficie, más allá de los cojines que se habían conocido en las costas francesas. En la zona de Francia se toparon con fragmentos del fuselaje, apoyabrazos y un cojín. El otro cojín apareció en la Isla de Jersey.
“Asiento de pasajero del N264DB”, es el epígrafe de una de las fotos más impactantes de todo el informe. Según explican allí, la tripulación de un barco informó de su hallazgo el pasado 26 de septiembre del 2019. “Informaron a las autoridades francesas que habían atrapado lo que creían que era un asiento de avión mientras realizaban una red de arrastre, aproximadamente a 7 kilómetros al oeste de la ubicación del sitio de los restos principales. El asiento era evaluado por la AAIB como el asiento del pasajero medio izquierdo del N264DB”, explicaron allí.
En una de las explicaciones, detallan que el piloto Dave Ibbotson en el vuelo de ida “notó lo que pensó que podría ser una pequeña fuga de aceite”. Tomó fotografías que envió a un individuo y desde esas fotos el fabricante del motor identificó el componente como el conjunto separador de aire. “No había evidencia de que un ingeniero haya examinado cualquiera de las otras fallas antes de que el avión partiera en el vuelo del accidente”, especificaron.
Otras dos tomas que realizó el robot a los 68 metros de profundidad donde estaban los restos, muestran la rotura en el fuselaje central, donde se partió al medio el avión monomotor. También el daño en el techo de la sección trasera del fuselaje, que se giró por el movimiento de las mareas.
La fase de búsqueda estuvo a cargo de dos buques (Geo Ocean III y el FPV Morven), pero el primero tenía un robot a distancia. Se usó la cámara del vehículo operado remotamente.
“Los videos permitieron realizar una evaluación de los restos para ayudar a determinar secuencias del accidente y eliminar posibles causas. También permitieron una evaluación para aprovechar los posibles beneficios de la investigación en la recuperación de los restos. Dado la profundidad del agua, las fuertes corrientes de marea y las malas condiciones del mar, se consideró que los beneficios de la investigación en la recuperación de los restos durante los meses de invierno fueron compensado por los riesgos y costos involucrados. También se esperaba que los restos se deterioraran durante ese período como resultado de estar en agua salada y sujeto a corrientes de marea rápidas. La viabilidad y el beneficio potencial de recuperar los restos se revisaron periódicamente durante la investigación, teniendo lugar una revisión importante después del alto nivel de COHb en la sangre del pasajero fue identificada por el informe de toxicología. Sin embargo, se concluyó que el mal estado de los restos significaba que era poco probable que su recuperación aumentara significativamente la investigación”, fue la explicación que compartieron junto con una serie de fotos de cómo quedaron los restos.
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