Paige Spiranac reveló esta semana que volvió a ser víctima de su cuerpo luego de que se le prohibiera la participación en un evento de beneficencia que prefirió no nombrar. La norteamericano explicó en su podcast que su objetivo era ayudar e incluso tenía pensado donar unos palos.
La blonda, que ostenta más de 2 millones de seguidores en Instagram, contó qué le dijeron desde la organización: "Su contestación fue, ‘Nos encantaría, pero, por la forma en que los miembros de nuestra junta te ven, no puedes ayudar’. Yo quiero ayudar a los niños que no tienen nada, porque yo crecí sin tener nada. Pero no lo puedo hacer por mi escote”.
Spiranac compitió en el Omega Dubai Ladies Masters y del CoBank Colorado Women’s Open en 2016 y desde entonces se ha hecho famosa en las redes sociales por su lucha contra los estereotipos del golf. “El golf es elitista, es sofocante, es exclusivo y lo odio porque no soy eso y nunca fui bienvenida y todavía no soy bienvenida en él. El golf es el peor lugar para mí porque soy exactamente lo contrario de todo lo que un golfista debería ser”, sostuvo.
“No soy refinada. Soy cruda y real y me pongo lo que quiero. Siempre he sido muy diferente y el golf no es así”, explicó la golfista nacida en Colorado que en 2018 ya había dado una opinión similar en diálogo con el periódico británico The Guardian. “Lo llaman un juego de caballeros, pero esos muchachos definitivamente no actúan como caballeros la mayor parte del tiempo. Hay tanta hipocresía en el golf... y es muy frustrante para mí”, insistió.
Spiranac, de 26 años, comenzó jugando al golf como junior en Colorado, Estados Unidos, y llegó a ser una de las 20 mejores jugadoras del mundo. Incluso, fue elegida para el primer equipo All-American como miembro del Future Collegians World Tour. Luego, continuó en la Universidad de Arizona y la Universidad Estatal de San Diego, en donde ganó los honores All-Mountain West durante las temporadas 2012-13 y 2013-14.
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